PASOS PERDIDOS

La derecha y el Tribunal de Cuentas reman a favor de la negociación

Lo más urgente para la mesa de diálogo parece ser encontrar la forma de hacer frente a todas las causas judiciales

GERARD PRUNA
y GERARD PRUNA

BarcelonaA pesar de coincidir con el día del santo de los dos, en la reunión de martes en la Moncloa entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez no hubo -a diferencia de lo que está habitual- ni intercambio de obsequios ni un gesto o una cortesía de más. Una semana después de los indultos, lo último que querían mostrar los dos presidentes era un exceso de sintonía, sino más bien una fotografía que evidenciara que todavía hay mucha distancia y mucho trabajo por hacer. Que el encuentro de Sant Pere, en definitiva, no abre las puertas del cielo sino que apenas estrena un camino, el de la resolución del conflicto entre Catalunya y el Estado, que tiene por ahora un recorrido incierto.

Durante más de dos horas, Sánchez y Aragonès constataron que estan muy lejos de un acuerdo pero que, aun así, los dos tienen la voluntad decidida de dar una oportunidad a la mesa de diálogo que pactaron resucitar en septiembre en Barcelona. Una herramienta que tanto ERC como PSOE necesitan mantener viva como mínimo durante los próximos dos años y que, por lo tanto, tendrán que llenar de contenido en las próximas semanas. De momento se ha trazado una línea divisoria bastante clara para limitar la mesa a la resolución del conflicto y dejar fuera aspectos sectoriales -como por ejemplo los relacionados con el aeropuerto de El Prat-, que también se tratarán pero en las diferentes comisiones bilaterales.

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Entonces, ¿qué irá en la mesa de diálogo? De entrada, lo más urgente parece encontrar la forma de hacer frente a todas las causas judiciales -y a alguna de parajudicial, como por ejemplo la del Tribunal de Cuentas- que siguen entorpeciendo la negociación entre los dos gobiernos. Encontrar la manera de desempedrar el camino, para utilizar las palabras del ministro de Transportes, José Luis Ábalos. En este sentido, cobra fuerza la posibilidad de que la reforma de la sedición, que el ministerio de Justicia todavía no ha sacado del cajón y que tiene que ser una pista de aterrizaje para los exiliados, pueda formar parte de la orden del día de las primeras reuniones de la mesa.

El camino que empieza será largo y no tiene un destino claro porque tanto el gobierno español como el catalán se han adentrado con recelos y a tientas. La paradoja es que quien más los puede empujar a avanzar es la misma presión externa de los que desde el Estado quieren que la negociación descarrile. Los comunicados del Tribunal de Cuentas -como los del Consejo General del Poder Judicial en el pasado- y la guerra abierta de PP y Cs contra el PSOE en el Congreso dejan a los socialistas sin alternativas más allá de la mayoría soberanista de la investidura. De alguna manera, Sánchez ha ligado su futuro inmediato a ERC y, a pesar de las negativas tajantes a un referéndum de autodeterminación de los últimos días, en los foros de Madrid ya se especula sobre las vías que podrían facilitar algún tipo de votación en Catalunya sin necesidad de retocar la Constitución, como evidenciaba jueves José Zarzalejos en un artículo en El Confidencial.

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El detalle

  • En algunas de las imágenes que dejó viernes el reencuentro de los indultados de JxCat con Carles Puigdemont en Waterloo se pudo ver a Valtònyc, también exiliado en Bélgica. En algunas pero no en todas, puesto que el mismo rapero fue el encargado de grabar parte de las imágenes que después el partido difundió por las redes sociales en forma de montaje musical -sin letra, eso sí.
  • La semana ha estado marcada por los actos de los presos indultados, que han sido recibidos por la Generalitat y el Parlament, han viajado -de momento por separado- a Waterloo y Ginebra y han ido volviendo al día a día de sus partidos políticos. Su libertad se ha hecho notar en la política catalana pero también en las redes sociales, donde Jordi Sànchez ha podido dejar de ser @jordialapreso para volver a ser, simplemente, @jordisanchezp.