La noche que Vox vetó a TV3

Las televisiones públicas volvieron a destacar y lucir en los especiales electorales. Aunque los espectadores de TV3 hemos normalizado la puesta en escena espectacular a la hora de ofrecer resultados y el análisis, con la eficacia habitual de Ariadna Oltra, Toni Cruanyes, Raquel Sans y Pere Bosch, lo cierto es que siguen dando veinticinco vueltas al resto de emisiones. Los datos explicados a través de la realidad aumentada que fue gestionando Sans no sólo eran estéticamente fascinantes, dignos de premio, sino también de una claridad incuestionable. líder. Por ejemplo, cinco minutos antes de dar paso a los sondeos, entrevistaban a una filósofa para reflexionar sobre el proceso electoral. RTVE también envió cuatro camiones-pantalla para que la gente pudiera seguir los resultados de la jornada electoral desde la calle y al aire libre: Cádiz, Ezcaray, Barcelona y Madrid. Una iniciativa innovadora aunque relativamente útil, pero es una manera de sacar pecho en el despliegue de medios.

En La 1 dieron una información muy relevante sobre TV3. En una de las conexiones previas con la sede de Vox, el redactor enviado por la televisión pública española advertía de que había acreditados 82 medios pero alertaba: el partido de ultraderecha había vetado a tres medios: la Ser, El País y, por primera vez, TV3. Una decisión que evidencia las políticas de Vox incluso antes de formar gobierno. Más preocupante es todavía el poco énfasis del resto de cadenas españolas en algo tan grave. Que en su momento fuera La Sexta la cadena vetada por la ultraderecha –un problema que parece que ya han solucionado–, suponía un victimismo constante por parte de los presentadores.

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En Telecinco, mucho antes de tener acceso a los datos de los sondeos, debatían sobre la avería de Renfe que había dejado sin votar a parte de los usuarios de la línea. Con Pedro Piqueras al frente de la especial, se abrió un debate encendido. Lo inaudito es que Narciso Michavila, el responsable de GAD3, la empresa que se encarga de los sondeos, participó en la discusión con una vehemencia excesiva que no correspondía a quien parecía que sólo debía limitarse a presentar los datos de las encuestas.

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Una vez aparecidos en pantalla los resultados de los sondeos de RTVE/Forta y Mediaset, los dos canales de Atresmedia tardaron pocos segundos en tomarlos. La Sexta y Antena 3 son las rapaces oficiales de sondeos. Atresmedia, que intenta capitalizar las campañas electorales acaparando debates y cara a cara y con La Sexta fanfarroneando de su despliegue periodístico, a la hora de la verdad no tienen sondeo propio. Pagan los demás y Atresmedia se aprovecha.

Anuncios inoportunos

Por si fuera poco, en el momento en que se hicieron públicos los primeros resultados, a las nueve y tres minutos de la noche, con el 6% escrutado, la única cadena que no informó puntualmente fue La Sexta porque estaban haciendo anuncios. Mucha fanfarria insoportable y alarmismo de Antonio García Ferreras, mucha saturación de cifras en pantalla, pero cuando salían los primeros datos estaban en publicidad. A su regreso el especial de Al rojo vivo ya había un 11,2% escrutado. Si se siguen simultáneamente las emisiones de las distintas cadenas, es cuando se evidencia un Ferreras más lento de reflejos de lo que quiere aparentar con su alarmismo informativo. Una actitud informativa que, en realidad, sirve para compensar la escasa capacidad de análisis. Mientras el resto de presentadores (Cruanyes, Oltra, Frenganillo, Vallés o Piqueras) son capaces de dar paso o recoger datos con cierta valoración comparativa, Ferreras se limita a exclamar titulares y repetir datos. En relación con las privadas, su exaltación contrasta con la calma de Vallés y Piqueras. A las diez y cuarto de la noche, La Sexta ya titulaba “El PSOE podría reeditar la mayoría Frankenstein”. Un titular entre estigmatizante y tendencioso. Poco después, Ferreras bautizaba al líder socialista como “el renacido Sánchez”.

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Cuando las cadenas conectaban con el exterior de la sede del PP, era fácil detectar que en la gran pantalla de Génova tenían sintonizada Antena 3 para realizar el seguimiento de la noche electoral. No es casualidad.

Cortando a los protagonistas

Donde siguen fallando los especiales es a la hora de ofrecer las reacciones de los partidos. Con demasiada frecuencia priorizan los analistas de la mesa en las comparecencias de los auténticos protagonistas de la noche, los políticos, también cortando antes de tiempo las intervenciones.

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Si esta última noche electoral sirve para algo más allá de informarnos del resultado final es para recordarnos que los sondeos son cada vez más desastrosos. Parece que las encuestas ya no se realizan a pie de urna y es posible que esto distorsione las respuestas de los entrevistados. Las cadenas que les han pagado ya pueden reclamar que les devuelva el dinero.

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