¿Qué electorado no logra seducir a Salvador Illa?

BarcelonaYa hace más de un año que Salvador Illa fue elegido presidente de la Generalitat con 42 diputados, después de la travesía del desierto del PSC durante la década del Proceso. Ahora bien, en estos momentos la demoscopia indica que, en el mejor de los casos, el actual jefe del ejecutivo catalán se mantiene, en términos de apoyos electorales, como en los últimos comicios e incluso, según algunas encuestas, pierde apoyo. Es decir, Salvador Illa no está pudiendo ampliar el perímetro que obtuvo en los comicios del 12 de mayo de 2024.

El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat indica que el PSC se estanca, mientras que en el último sondeo hecho público sobre unas elecciones al Parlament, el de La Vanguardia, los socialistas bajan hasta 36 diputados. ¿Cuál es el electorado que se resiste a Salvador Illa? ¿Y qué electores tiene más posibilidades de atraer para consolidar su presidencia? Para analizarlo, más allá de fijarnos en las posibles transferencias de voto al Parlament, son relevantes otros indicadores que da el propio CEO: Salvador Illa tiene una buena valoración como líder entre los votantes de sus socios, Esquerra y Comuns, así como en una parte del electorado de Junts y el PP; mientras que tiene pocas simpatías en la CUP y genera rechazo al electorado de Aliança Catalana i Vox.

El grado de aprobación

Un indicador positivo para Salvador Illa es la opinión que merece su Gobierno entre la población: a pesar de no generar un entusiasmo transversal, tampoco genera un amplio rechazo. Pese a que la valoración media sobre su gestión sea de 4,9 (más alta que la del gobierno español), cuando se pregunta a los encuestados si aprueban o no al ejecutivo, hay un 66% que dicen que sí, más que en los últimos años. También hay un 63% de los encuestados que le aprueban como líder, y es el dirigente político catalán que genera menos desaprobación (33%).

Si esto se mira según la simpatía por los partidos, se puede observar que quien da mejor nota al gobierno son los votantes del PSC (6,2), Esquerra (5,7) y Comuns (5,6), mientras que los siguientes ya son los de Junts (4,9). Quien da peor nota a la "valoración de la gestión" del ejecutivo de Isla es Vox (3,1) y Aliança Catalana (3,5), mientras que el PP (4,6) y la CUP (4,5) le dan una valoración similar. Si la pregunta es sobre el grado de aprobación, supera el umbral en todos los partidos menos en los simpatizantes de las extremas derechas. También, entre la población en general, hay más encuestados que creen que la situación política es mejor que hace un año, al tiempo que bajan los que creen que está igual o peor.

El otro dato que apunta hacia dónde tiene margen para crecer Salvador Illa (y hacia dónde no) es la respuesta a la pregunta del CEO que pide a los encuestados que digan cuál es su segunda opción de voto. Los socialistas aparecen como segunda preferencia para los votantes de Esquerra (29%), los de Comuns (36%) y también para aquellos que optaron por otras opciones extraparlamentarias (33%). Es la tercera vía para los votantes del PP (22%) y, en menor grado, aparece como cuarta opción para los votantes de Junts, codo con codo con Aliança y la CUP. Donde tiene menos opciones de rascar a Salvador Illa, según indica esta pregunta, es entre los votantes del partido de Sílvia Orriols.

La transferencia de voto

Sea como fuere, los indicadores positivos del liderazgo de Salvador Illa no se están traduciendo actualmente en una transferencia de voto directo, de acuerdo con el CEO, más allá de ERC o Comuns. O, al menos, en las encuestas no se detecta que esté cogiendo electores a su derecha.

Según los datos del propio Barómetro, de julio, el presidente mantiene en el zurrón al 82% de quienes declaran que le votaron en las últimas elecciones al Parlament, y rasca de Comuns (6%) y Esquerra (8%), con los que tiene más frontera. Un comportamiento electoral similar al de la izquierda española en la competición entre PSOE, Sumar y Podemos.

Ahora bien, de momento no hay traspaso de votos con otros electorados, ni desde el punto de vista ideológico ni desde el nacional. Las encuestas detectan una mínima atracción de votantes de Junts y el PP (3%), y menos aún de Vox y Aliança (0%), y un 1% tan sólo de la CUP. ¿Qué implica esto? Pues que demoscópicamente, Salvador Illa sólo crece potencialmente a expensas de sus socios, lo que podría poner en riesgo futuras aritméticas.

La aritmética

Las encuestas dan una situación de difícil gobernabilidad en Cataluña. Ahora mismo el PSC (42), Esquerra (20) y los Comuns (6) suman de forma justa la mayoría de 68 diputados; por tanto, a Isla tampoco le interesa limar en exceso las perspectivas electorales de sus socios. Si bajaran demasiado las izquierdas y el PSC no mantuviera los escaños actuales o creciera pero no lo suficiente, la posibilidad de la actual mayoría sería inviable. Es, de hecho, el escenario que dibujaba la última encuesta de La Vanguardia, en el que los tres partidos de izquierdas se quedaban en 61 diputados.

En este contexto, pues, la otra posibilidad de Salvador Illa es intentar ganar adeptos en el centro político, sobre todo hacia Junts, entre cuyo electorado saca mejores números que entre los votantes populares. Una estrategia que ya intentó poner en práctica en la campaña electoral, con el paseo con el fundador de CiU Miquel Roca o fichando a consejeros como Miquel Sàmper o Ramon Espadaler. Sin embargo, de momento no está teniendo una traducción en la transferencia de votantes.