La legislatura catalana

ERC deja los presupuestos de Salvador Illa en manos de su futuro presidente

Rovira pilotará las negociaciones hasta el congreso de noviembre pero el veredicto lo tomará la nueva ejecutiva

BarcelonaDesde el batacazo del 12-M, Esquerra está inmersa en una pugna interna por el control del partido con el congreso del 30 de noviembre en el horizonte. El partido lo pilota de forma interina la secretaria general, Marta Rovira, después de que Oriol Junqueras plegara como presidente el 10 de junio. En los últimos meses, ha tenido que tomar decisiones tan relevantes como la de investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat y ahora también tendrá que abordar la primera fase de la negociación de los presupuestos del próximo año. "No nos quedaremos con los brazos cruzados y dejaremos que pase el congreso. La política la hacemos todos los días desde todos los niveles. No dejaremos de hacer política estas semanas", decía la portavoz de los republicanos en el Parlament, Marta Vilalta, hace pocos días . Ahora bien, la decisión final no la tomará la actual dirección de los republicanos, sino que lo dejará en manos de quien gane el congreso del 30 de noviembre.

"Desde esta dirección que ha hecho el trabajo político, y que ya lo ha hecho prácticamente todo, tocará en la nueva dirección empezar a tomar las decisiones políticas de futuro, que es inmediato", decía Marta Rovira este sábado en el consejo nacional del partido. Y una de estas decisiones a corto plazo pasa por si ERC avala las cuentas de Isla. Fuentes republicanas apuntan a que la actual dirección tiene el "mandato" de pilotar el partido hasta el congreso del 30 de noviembre y, por tanto, que seguirá adelante con las negociaciones, aunque admiten que es poco probable que haya un preacuerdo cerrado antes de diciembre. A diferencia de la investidura, con una cuenta atrás hasta la repetición electoral que terminaba a finales de agosto, la aprobación de los presupuestos no es tan urgente, así que, aunque hubiera un documento terminado, la actual ejecutiva considera que no puede validarlo con el congreso del partido en marcha –se convocará formalmente el 7 de octubre.

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El veredicto final recaerá, pues, en una de las cuatro candidaturas que se presentan en el congreso: la que lidera Oriol Junqueras, Militancia Decidim; Nueva Izquierda Nacional –próxima a Marta Rovira, que no se presenta a la reelección–, que encabezan Xavier Godàs y Alba Camps; Foc Nou, el proyecto impulsado por el exconseller Alfred Bosch, y la candidatura de la corriente crítica del partido, el Col·lectiu 1-O. Sobre el papel las dos primeras son las que tienen más opciones de imponerse en el congreso y, aunque no se han mojado públicamente sobre la relación que ERC debe tener con el PSC, son partidarias de cumplir los acuerdos previos con los socialistas. Foc Nou y el Col·lectiu 1-O, en cambio, rechazan cualquier pacto con el PSC y reniegan de la investidura de Isla. Hasta el 15 de octubre no se sabrá cuáles logran recoger suficientes avales para pasar el corte.

Un tempo diferente

Si un eventual pacto no se cierra antes del 30 de noviembre, es difícil que el Gobierno de Salvador Illa pueda presentar unos presupuestos que entren en vigor el 1 de enero del 2025, el objetivo marcado por el ejecutivo. Conseguir que los presupuestos entren en vigor con el inicio del año forma parte del relato que intentan construir los socialistas desde las elecciones: la normalidad ha vuelto a Catalunya después del Proceso. El 1 de enero es una fecha simbólica, pero lo es más la estabilidad parlamentaria y, por tanto, el Govern no pondrá en riesgo un posible acuerdo con ERC reclamando celeridad a los republicanos.

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Según fuentes republicanas, el PSC es consciente de que no habrá acuerdo antes del congreso de noviembre, aunque fuentes de la conselleria de Economia aseguran que no les han trasladado estos tempos. Sea como fuere, la interlocución entre el Govern y Esquerra ya ha comenzado. La semana pasada mantuvieron una primera reunión en la que participaron la consellera de Economía, Alícia Romero, y el secretario general del departamento, Juli Fernández; y por el lado republicano, estuvieron la portavoz en el Parlament, Marta Vilalta –próxima a Nova Esquerra Catalana– y los dos responsables de la comisión de Economía del grupo parlamentario, Albert Salvadó y Joan Ignasi Elena –de la esquina de Junqueras.

El cumplimiento del acuerdo de investidura

Vilalta decía hace dos semanas que, en función de cómo evolucionaran las primeras conversaciones con el Govern, los republicanos decidirían si "abrían" un proceso de negociación formal por las cuentas. Ahora bien, es evidente que hay varios puntos de el acuerdo de investidura con los socialistas que dependen de partidas presupuestarias y, por tanto, los republicanos son los primeros interesados ​​en forzar al Gobierno a avanzar en la materialización del pacto. De hecho, lo admitía el mismo partido después de la primera reunión con la consellera de Economia. "Unas cuentas deben incluir, como punto de partida y como mínimo, los compromisos del acuerdo de investidura que implican la partida presupuestaria", afirmaban fuentes del partido.

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Insistió Marta Rovira este sábado, cuando lanzó otra advertencia al ejecutivo de Salvador Illa: "Si no se cumple el pacto, llegaremos al final del camino". La dirigente republicana exigió "avances rotundos" en el cumplimiento del acuerdo para mantener abiertas las negociaciones de las cuentas. En los últimos días, los republicanos han exigido pasos a la hora de aplicar la nueva financiación pactada con los socialistas en paralelo con la negociación de los presupuestos. Esquerra ha intensificado los avisos después de que la portavoz del Govern, Sílvia Paneque, situara la financiación en un segundo estadio, es decir, que se abordara tras aprobar las cuentas.