Colombia

¿Por qué la espada de Símon Bolívar incomoda tanto a Felipe VI?

La primera acción de la M-19, la guerrilla socialista en la que Petro militó cuando era joven, fue robar el arma en 1974

La espada de Simón Bolívar acaparó todo el protagonismo en la toma de posesión de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia. El primer jefe del ejecutivo de izquierdas de la historia de este país quiso que fuera así. Y es que el arma que empuñó Bolívar es todo un símbolo del imaginario colectivo de Colombia, pero también de la historia personal del mismo Petro, un recuerdo de su pasado guerrillero que convirtió en lucha política y que lo ha llevado ahora al frente del país latinoamericano. El arma encarna, pues, el legado de Bolívar, líder de los principales movimientos de independencia del continente ya que fue una de las que utilizó durante las campañas que culminaron con la liberación de países como Venezuela, Bolivia o Colombia del imperio español.

"Esta espada representa demasiado para nosotros, y no quiero que nunca más vuelva a estar enterrada, no quiero que nunca más vuelva a estar retenida, que solo se envaine –como dijo su propietario, el liberador– cuando haya justicia en este país. Que sea del pueblo. Es la espada del pueblo, y por eso la queríamos aquí en este momento y en este lugar”. Así se expresó Petro durante su discurso justo cuando la mítica espada de Bolívar llegaba, dentro de una urna de vidrio y fuertemente custodiada, al escenario de la plaza bautizada en honor al Libertador el pasado domingo y después de que su antecesor, Iván Duque, pusiera trabas a su salida alegando motivos de seguridad.

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Este es solo el último capítulo de la larga historia de la espada del libertador, una pieza inventariada en 1924 que lleva un escudo con relieve de la Gran Colombia y las tres estrellas del general Bolívar. Una espada que el M-19, la guerrilla socialista en la que Petro militó durante su juventud, robó el 17 de enero del 1974 en la que fue su primera acción. Un grupo de cinco hombres comandados por Álvaro Fayad, uno de los líderes de la guerrilla, entró en la Quinta de Bolívar, el museo del centro de Bogotá donde estaba la espada, y la robó.

El guerrillero dejó una nota donde hasta aquel momento estaba el arma: "Bolívar no ha muerto. Su espada rompe las telarañas del museo y se lanza a los combates del presente. Pasa a nuestras manos y apunta ahora contra los explotadores del pueblo". El golpe de efecto del robo provocó que la guerrilla pasara de una treintena de miembros a casi 200.

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17 años en paradero desconocido

Los siguientes diecisiete años la espada estuvo en paradero desconocido. Décadas después todavía no se sabe exactamente todos los lugares donde estuvo guardada, aunque según algunos historiadores pasó por un prostíbulo y durante un tiempo quedó bajo la custodia del poeta León de Greiff. En el año 1986 la guerrilla creó la Orden de los Guardianes de la Espada, con doce integrantes que recibieron una réplica de la espada en oro, entre los cuales estaban Fidel Castro, Omar Torrijos, Eduardo Galeano, Mario Benedetti o las Madres de Plaza de Mayo de Argentina. Hubo rumores de que la espada había salido de Colombia rumbo a Cuba, pero Petro lo desmintió en 1988 en una entrevista: "La espada de Bolívar será presentada públicamente; está en Colombia y seguirá en Colombia".

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La historia de la espada vivió un nuevo giro el 31 de enero del 1991 cuando, en el marco del acuerdo de paz en que se desmovilizó la guerrilla después de un proceso de dos años, el M-19 devolvió el símbolo patrio del libertador. Por decisión del entonces presidente César Gaviria, la llevaron al Banco de la República y posteriormente a la Casa de Nariño, sede del ejecutivo y residencia oficial del presidente. La espada volvió a aparecer ante los ojos de la población este domingo. Y la fecha no es casual: la tome de posesión del presidente coincide con el aniversario de la batalla de Boyacá, en la que los liberadores sellaron la independencia de la Gran Colombia del imperio español. En aquella batalla, con sus "órdenes precisas", fue donde Bolívar consiguió "acabar de una vez la obra que había tomado a su cargo", en palabras del general Francisco de Paula Santander.