España, el país donde el sistema electoral más beneficia a la derecha

BarcelonaNo aparece de forma explícita en la Constitución española de 1978, pero el marco electoral establecido por real decreto en 1977 y consolidado por la ley orgánica del régimen electoral general (LOREG) ha marcado en grande la política española y catalana. A diferencia de lo que hacen un centenar de constituciones de todo el mundo, la española incluye pocos detalles sobre el sistema electoral: que el Congreso debe tener entre un mínimo de 300 y un máximo de 400 escaños (tiene 350 desde 1977), que la circunscripción electoral debe ser la provincia y que tendrá una forma de la población inicial y una "presentación mínima" los diputados se realizará con "criterios de representación proporcional". La LOREG consolidó en 1985 que a cada provincia le corresponde un mínimo inicial de dos escaños y que la fórmula de Hondt sería la utilizada para repartirlos.

La elección de este sistema fue del todo menos baladí. La decisión, 47 años después de la aprobación de la carta magna española, sigue teniendo un efecto trascendente en la vida electoral del Estado. Tal y como es bien conocido por la investigación existente, la élite gobernante elige un sistema electoral y unas normas que le permitan mantenerse en el poder. Intentan hacer lo posible por no dejar las riendas del estado, sobre todo en transiciones, como la española, en la que el establishment del régimen autoritario es el encargado de diseñar el paso a la democracia.

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Una conocida anécdota lo ilustra: una periodista le preguntó a Pío Cabanillas, el entonces subsecretario del ministerio de Información y Turismo (del que era titular Manuel Fraga), qué partido preveía que iba a ganar las primeras elecciones. "No sé quién, pero vamos a ganar", fue la respuesta. La estrategia de ingeniería electoral (también podríamos llamar manipulación) se puso en práctica diseñando un sistema electoral que favoreciese a la élite gobernante. Así, se diseñó un sistema que diera a la Unión de Centro Democrático (UCD) la mayoría absoluta de escaños con el 30-33% de votos, cifra que la mayoría de encuestas les daban. Se llegó a cambiar la propuesta inicial de 4 escaños a 2 por provincia porque igualaba demasiado a los distritos pequeños con los grandes. La garantía de una victoria fue uno de los motivos, según muchos de los protagonistas de la época, de la propia creación de UCD. Las reglas del juego eran tan importantes que casi ninguna de las enmiendas de la oposición se aceptó.

Biaix en la representació dels votants: benefici electoral a dreta o esquerra generat pel sistema electoral
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Aunque las elecciones generales se celebran el mismo día, los especialistas hablan a menudo de tres subelecciones: las de los distritos pequeños (de 1 a 5 escaños), medios (de 6 a 9) y grandes (10 o más). Las dinámicas en cada uno son muy diferentes y han generado importantes sesgos: el primero, la creación de un sistema electoral que beneficia a los partidos mayoritarios (más de la mitad de los distritos tienen menos de 5 escaños); el segundo, la sobrerrepresentación inicial de las zonas rurales y más conservadoras (allá donde la UCD esperaba sacar mejores resultados); y el tercero, el hecho de que la baja participación electoral, impulsada en parte por el sistema electoral, beneficie habitualmente a los partidos conservadores.

El valor de un voto en España

Estos sesgos mayoritarios y conservadores no son necesariamente inevitables. Por ejemplo, las zonas rurales de México o Perú, menos pobladas y sobrerrepresentadas, eran más bien de izquierdas. Y algunas zonas urbanas y pobladas, y por tanto infrarrepresentadas, no siempre son de izquierdas, como por ejemplo el caso de Madrid. Según un reciente estudio realizado por los politólogos Pablo Beramendi (Duke), Carles Boix (Princeton), Marc Guinjoan (UAB) y Melissa Rogers (Claremont) en el que se comparan 247 elecciones en 65 países, el sistema electoral español es uno de los que genera un mayor sesgo conservador (PP y PP) más bajo, Vox. Dado que el sistema electoral es el mismo en las elecciones catalanas, los sesgos en nuestro país también se producen, a pesar de las diferencias en el sistema de partidos y el uso de las provincias como distrito electoral, unos límites poco coherentes con la realidad territorial (e histórica) de Cataluña. Pero esto ya es harina de otro costal.

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El gráfico curioso de la semana

Malos resultados electorales... cambios de logotipo

En septiembre Esquerra Republicana de Catalunya decidió actualizar su imagen gráfica. Doce años después del último cambio, el partido decidió renovar los colores, grafía y otros elementos del logotipo. Según la base de datos Political Parties Logo Database, hacer retoques en el logotipo del partido es bastante habitual. Desde 1980, en los 17 países y 157 partidos considerados, ha pasado más de 600 veces. La práctica más habitual es cambiar la imagen (más de 300 veces) o la letra (270), mientras que variar el color de la formación política es mucho menos común. También varía en función del país. Así, mientras en España sólo en cerca de una cuarta parte de los comicios ha habido logos nuevos, en Islandia o Finlandia lo más común es que el electorado se tope con un rebranding de la mayoría de las formaciones políticas.

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Proporció d'eleccions amb algun canvi en el logotip dels partits polítics
Dades de diferents països en el període entre el 1980 i el 2014