El fantasma del 2023 que se cierne sobre Feijóo
El líder popular "supervisará" las negociaciones con Vox en la Comunidad Valenciana tras dar carta blanca a los 'barones' hace dos años
BarcelonaCuando Alberto Núñez Feijóo era presidente de la Xunta y de los populares gallegos había algo que no soportaba: que la dirección del PP estatal, con sede en la calle Génova de Madrid, le dijera lo que iba a hacer e intentara modelar sus decisiones. De hecho, el llamado intervencionismo de Madrid en las estructuras territoriales ha sido un elemento que ha tensado históricamente al partido, especialmente cuando el líder autonómico no era de la cuerda del presidente de la formación a nivel estatal. El ejemplo paradigmático ha sido la complicada relación que tradicionalmente ha habido entre el PP de Madrid y la cúpula estatal, personificada en la tensión entre Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy, o la batalla a cara descubierta entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, que acabó con la salida del ex líder popular. Cuando Feijóo tomó las riendas del partido hace tres años, decidió que la autonomía que él había reclamado como barón popular, la quería dar a sus dirigentes territoriales. Y esto es lo que hizo en el 2023 con la negociación de los pactos autonómicos con Vox. La jugada no salió bien en el partido, y ahora, con el gobierno valenciano en juego, Feijóo quiere "supervisar" la negociación con los de Santiago Abascal.
Hace dos años, el presidente del PP dio carta blanca a los suyos varones para que negociaran con Vox sus próximos gobiernos autonómicos, era la primera vez que los populares abrían las puertas de un ejecutivo en la extrema derecha. Todo ello derivó en pactos en tiempo récord en territorios como la Comunidad Valenciana, a cambio de aceptar condiciones de Vox que tensaban las costuras del PP, como cambiar el término violencia machista por el de violencia intrafamiliar; o con giros de guión en Extremadura, donde su presidenta, María Guardiola, se negó a pactar con Vox si a cambio le hacían renunciar al concepto de violencia machista. Pocos días después, Guardiola se tragó el sapo y alcanzó un acuerdo con la extrema derecha. Contradicciones y pactos que discurrieron en paralelo a la campaña de los populares para las elecciones generales del 23-J.
Precisamente por eso, el líder popular quiso inhibirse de cualquier negociación con la extrema derecha. El objetivo era que Feijóo no cargara estos pactos en la espalda, para que no perjudicara su campaña. Ahora bien, la estrategia no le salió bien por dos motivos: porque las cesiones que los populares realizaron a la extrema derecha también se le atribuyeron a Feijóo como máximo representante del partido; y porque no había marcado cuáles debían ser los límites como partido a la hora de pactar con Vox. Es la alergia a tomar decisiones de Feijóo que no sólo se evidenció en el 2023, sino que también ha quedado patente en otros momentos. Isabel Díaz Ayuso le ha acabado marcando su paso en cuestiones como la negociación del Consejo General del Poder Judicial o debates, como el aborto, que tensan el partido.
La negociación del 2025
Dos años después, el PP vuelve a afrontar una negociación con la extrema derecha en la primera comunidad en la que selló un pacto de gobierno, la Comunidad Valenciana. Un dirigente popular admite que en el 2023 no hubo "supervisión" de la dirección estatal y que esto fue un error: "Creo que la lección está aprendida". Ahora bien, hasta ahora, la sucesión de los acontecimientos en la Comunidad Valenciana demuestran lo contrario. Aunque, a medida que pasaban los días, Carlos Mazón estaba cada vez más acorralado, Feijóo evitó pedirle que se detuviera y esperó a que fuera el presidente valenciano quien le pusiera sobre la mesa su dimisión. "Puede forzarle a dejar el cargo del partido, pero no el del gobierno", apuntan fuentes de la dirección estatal. Ahora bien, en el PP el presidente del partido es también el candidato a las elecciones y, por tanto, el candidato a la presidencia de la Generalitat. Es decir que, en la práctica, si Feijóo hubiera hecho renunciar a Mazón como presidente del PP, esto habría supuesto un efecto dominó.
Feijóo, una vez más, evitó mover ficha. Fuentes de la dirección estatal recuerdan que el líder popular tenía decidido que Mazón no repetiría como candidato a las siguientes elecciones, pero no concretan si eso quería ponerle sobre la mesa en la reunión que había convocado para el 7 de noviembre –y que ya no se producirá– para hablar de la situación política en la Comunidad Valenciana un año después de la dana. Tras la experiencia de 2023, ahora la cúpula estatal asegura que "supervisará" las negociaciones entre el PP y Vox para pactar el relevo de Mazón. Sin embargo, los interlocutores de los populares serán miembros de la dirección de los populares valencianos. ¿Qué significa "supervisar", entonces? Según fuentes de la cúpula estatal, que los "mantendrán informados" de las conversaciones. "No vamos a intervenir, confiamos en la capacidad de nuestros cuadros territoriales", añaden. ¿Quiere esto decir que cuando Alberto Núñez Feijóo no esté de acuerdo con alguna parte de la negociación, respetará la autonomía autonómica, o dará un puñetazo sobre la mesa? Por ahora, es una incógnita.
Congreso del PP andaluz
Mientras, y de puertas hacia fuera, los populares intentan minimizar las contradicciones que genera dentro del PP la autonomía que Feijóo ha dado a los varones. Lo hizo este mismo sábado el presidente murciano, Fernando López-Miras, desde el congreso del PP andaluz en Sevilla: defendió que la "vía Moreno", en referencia al presidente de Andalucía, es la misma que "la vía Ayuso", pese a las patentes diferencias entre ambos. La crisis en la Comunidad Valenciana por la dimisión de Mazón y las negociaciones con Vox también planearon sobre el congreso, donde el partido ratificará a Moreno como líder por cuatro años más. El presidente andaluz ha evitado pronunciarse sobre la sucesión de Mazón argumentando que lo que quieren los valencianos es dejar de lado el "politiqueo", mientras que López Miras ha subrayado que son "los otros" -Vox- los que han decidido "qué quieren". Quien finalmente no apareció este sábado por Sevilla fue Díaz Ayuso. A última hora ha cancelado su asistencia por "motivos de salud", según fuentes de su gobierno —informa Martina Alcobendas.