Felipe VI defiende a los jueces como garantes de la "concordia" y la "resolución de conflictos" en el Estado

Lesmes celebra el regreso del rey en la entrega de los despachos en Barcelona y carga contra las presiones "ilegítimas" al poder judicial

BarcelonaUn año después de la tormenta, calma y reafirmación. Monarquía y judicatura se han reencontrado este lunes en Barcelona en la ceremonia de entrega de los despachos judiciales. Un acto, el segundo más importante del año judicial, que el curso pasado puso a los jueces en pie de guerra por el veto de la Moncloa a la visita de Felipe VI en Catalunya, cuando faltaban pocos días para la inhabilitación del president Quim Torra. La cita en L'Auditori, que ha acabado con los magistrados gritando de nuevo el inédito "¡Viva el rey!" que en septiembre de 2020 ya sonó en la capital catalana, ha estado llena de elogios entre el monarca y el poder judicial. Ambas partes han reivindicado la independencia de los jueces respecto del poder político y el ejecutivo.

Después de que el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, pusiera en valor la "enorme fuerza simbólica y profundo significado constitucional" de la presencia del rey, el monarca ha definido el sistema judicial como uno de los "pilares fundamentales" de la democracia española y ha señalado a los jueces como garantía de la "concordia", la "convivencia pacífica" y la "resolución de conflictos" en el Estado. "Una sociedad moderna y avanzada como la nuestra, una sociedad plenamente democrática como es la española, solo se puede desarrollar en paz y concordia si cuenta con un mecanismo independiente y neutral para la resolución de conflictos", ha afirmado. Y ha animado a la nueva hornada de 188 jueces (la mayoría de ellos, 73, con destino en Catalunya) a defender, desde "la independencia y la imparcialidad", la legitimidad "constitucional y moral" del poder judicial.

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Su discurso lo han seguido desde el mismo escenario la ministra de Justicia, Pilar Llop, y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado. Y ha sido ante ellas cuando Lesmes ha cargado contra los "elementos extraños, no aceptables ni procesalmente ni jurídicamente" que pretenden "influir ilegítimamente" en las decisiones judiciales. Unas palabras que conectan con los reiterados toques de atención del CGPJ a varios ministros de Unidas Podemos cuando han expresado su desacuerdo con determinadas sentencias, así como a los llamamientos del Govern a la Moncloa para acabar con la judicialización del conflicto con el Estado.

"Estos elementos extraños pueden ser de muy diversa índole y corresponde al ordenamiento jurídico y, si es el caso, al órgano de gobierno de los jueces [...] establecer las barreras necesarias para que no lleguen a interferir en la labor jurisdiccional", ha sentenciado. El acto, al que también ha asistido el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Pedro González-Trevijano, llegaba poco después del acuerdo entre el PP y el PSOE para renovar, entre otros, el TC y el Tribunal de Cuentas -ambos marcadamente politizados-, pero con el mantenimiento del bloqueo para relevar el órgano que preside Lesmes, con el mandato caducado desde hace casi tres años. Ni él ni el rey han hecho referencia a la esperada renovación.

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Sin representantes de la Generalitat

En la ceremonia de esta mañana no ha habido ningún representante de la Generalitat, pero el president Pere Aragonès y el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, sí coincidirán con Felipe VI este anochecer en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. Ahí tendrá lugar la entrega de medallas conmemorativas del 250 aniversario de Foment del Treball, una de las cuales recaerá sobre el presidente de la Fundació La Caixa, Isidre Fainé. También asistirán la alcaldesa Ada Colau, los ministros Raquel Sánchez y José Luis Escrivá, además de varios barones socialistas como Javier Lambán (Aragón) y Ximo Puig (País Valenciano).

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Lejos de lo que el gobierno español podía esperar el año pasado, no se prevén grandes protestas contra la presencia de Felipe VI en Barcelona. Esta es su séptima visita a Catalunya desde principios de año, y la mayoría de las últimas manifestaciones en contra han sido muy descafeinadas. En 2020, sin embargo, en vigilias del tercer aniversario del 1-O y la sentencia de inhabilitación de Torra, la Moncloa prefirió no arriesgar la "seguridad" del monarca y "velar por la convivencia" en Catalunya. La negativa a la asistencia del rey a la entrega de los despachos judiciales enojó a la judicatura y Lesmes acabó haciendo pública una conversación en la que el monarca lamentaba no haber podido estar en la capital catalana. "Poder dedicar este año mis primeras palabras a daros la bienvenida constituye para mí, para todos nosotros, un gran honor y una inmensa satisfacción", ha dicho Lesmes este lunes, que ha añadido que el poder judicial actúa precisamente en nombre del monarca, que "simboliza la unidad y permanencia" de España.