Fran Hervías: de hombre fuerte de Rivera a enemigo público de Cs
El ex secretario de organización naranja da el salto al PP en plena crisis interna
BarcelonaEl cuartel general de Ciudadanos recibía el sábado, en plena guerra abierta con el PP, una estocada que provenía de dentro: de sus propias entrañas. Fran Hervías, ex secretario de organización y artífice de la estructura interna del partido en todo el Estado, anunciaba su salto al PP a dos días de la celebración de una ejecutiva crucial para Inés Arrimadas. Conocido con el apodo de Señor Lobo -por el personaje de Pulp fiction -, la despedida del antiguo hombre fuerte de Albert Rivera que mantenía cargo de senador supuso una prueba de que el llamamiento del PP a sumar a los “decepcionados” de Cs no se quedaba en la retórica.
Como muchos secretarios de organización, Hervías (Tossa de Mar, 1983) tiene muchos seguidores que le son leales, algunos de los cuales le deben de la carrera. También muchos detractores, que denominan los primeros herbívoros, como una manera de identificarlos. Hasta que se apartó de la ejecutiva por los malos resultados del 10-N, en Catalunya, esta sensación de bandos era quizás más evidente que en otras comunidades. Hervías, que a base de recorrer España en largas rutas -muchas en su propio coche- se encargó de la implantación de Cs en el Estado, no tenía la misma influencia en este territorio desde que Carlos Carrizosa se quedó con la organización autonómica en 2017; según fuentes próximas al líder catalán, por la voluntad de Rivera de disponer de un hombre fuerte en la organización en una comunidad clave. Pero esta bicefalia tensó las relaciones entre los dos dirigentes.
Hijo de un guardia civil y una ama de casa, Hervías se afilió a Cs en 2006 movido por sus convicciones a favor de la unidad de España. Sus referentes políticos son, asegura, Albert Rivera y José Manuel Villegas, ex secretario general de Cs, a quien considera su maestro. Como pasa en muchos cargos naranjas -como la propia Arrimadas-, Hervías no era un joven especialmente politizado: fue la aparición de Cs lo que "despertó” esta inquietud. Su vocación eran la geografía y la climatología y, de hecho, llegó a trabajar con una beca para el Servicio Meteorológico de Cataluña, hasta que dio el paso definitivo a la política profesional.
Desde el 2014 hasta el 2020 ocupó la secretaría de organización. Su idea de cómo tiene que funcionar un partido es vertical, admiten también voces próximas a él, que aseguran que nunca le tembló el pulso a la hora de hacer cambios internos. Prueba de esto fue su decisión de retirar en 2015 la candidatura entera de Cs en Barberà del Vallès, pocos días antes de las municipales, después de revelarse que el cabeza de lista, Francisco Delgado, había estado en Plataforma per Catalunya. “Su papel era frenar cualquier cosa que pudiera salpicar a Cs”, señala un ex concejal catalán.
Exigía “lealtad” al partido, aunque el trato era cordial. “No hacía ostentación del cargo”, recuerda una fuente dentro del partido. Pero ver aparecer su nombre en la pantalla del teléfono solo podía ser sinónimo de ascenso o caída, como recuerda el exfundador de Cs, Xavier Pericay, en su último libro, Vamos, en el que asegura que “solo Fran estaba facultado para decidir quién era tóxico y quién no”, y “solo él sabía a quién convenía hacer subir a un cargo”.
Un paso meditado al PP
Después de quince años, pasa ahora al PP. Mantiene buena relación con el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, desde que en 2015 negociaron con él la formación del gobierno de la ciudad de Granada, que el PP entregó a los naranjas a cambio de Murcia. Precisamente, Andalucía -donde vive en la actualidad con su mujer, Virginia Millán, que ocupa un cargo adjunto al Defensor del Pueblo promovido por Cs- ha sido una de sus áreas de influencia: Cs gobierna con mayoría absoluta en Quéntar, pueblo de origen de su familia. Asegura que decidió dar el paso al PP el 18 de febrero, después de una reunión con Carlos Cuadrado y José María Espejo. Fuentes de la cúpula lo señalan ahora como un instigador de la quiebra de la moción de censura en Murcia, pero él lo niega taxativamente. Sea como sea, se suma a las filas conservadoras en plena opa hostil contra Ciudadanos. Un gesto que muchos han leído como un desafío.