Negociacions

El Govern abre el baile de los presupuestos sin un aliado claro

Los comunes y el PSC se ofrecen a negociar ante la oposición de la CUP en el rumbo del ejecutivo

BarcelonaCon la candidatura de los Juegos de Invierno agonizante y el diálogo con el Estado en mantillas, si una cosa puede exhibir el Govern de Aragonés en su primer año es haber aprobado los presupuestos cuando tocaba. Por primera vez en doce años, el ejecutivo consiguió tenerlos en vigor el 1 de enero de este año, sin prórrogas ni retrasos. Pero ahora ya toca pensar en las cuentas del año que viene y este miércoles el conseller de Economía, Jaume Giró, inició una ronda de contactos con todos los partidos –menos Vox– para encontrar un socio. El ejecutivo tiene ahora mismo dos grandes problemas: uno de carácter económico, como es la incertidumbre que genera la guerra de Ucrania –hiperinflación–, y el otro de carácter político, que es que ya hace tiempo que no tiene un socio estable en el Parlament.

El Parlament ha sido el escenario de los primeros contactos, aprovechando que había pleno. Por parte de Economía han estado presentes el conseller, Jaume Giró, y su número dos, Jordi Cabrafiga. De momento no se marcan un socio prioritario, a pesar de que admiten que se intentará hablar con la CUP para rearticular a la mayoría independentista. Aun así, fuentes de la conselleria reconocen que conseguir su apoyo es complicado. Desde Presidencia también piensan con los cuperos y añaden a los comunes a la ecuación, dos grupos que ven como "socios principales". Además, dan señales claras de querer ahorrarse un pacto con el PSC. "Como el año pasado. Negociamos con la CUP y pactamos con los comunes", resumen.

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A pesar de este planteamiento inicial, el Govern difícilmente podrá contar con la CUP. Los cuperos fueron decisivos para investir a Pere Aragonès, pero desde entonces se han ido distanciando del ejecutivo. "Estamos muy lejos", explican al ARA fuentes de los anticapitalistas. La fractura es tan grande que incluso se plantean no entrar en una negociación formal, a diferencia del intento real de llegar a un acuerdo que sí que hubo hace un año: "En la situación actual y sin ningún cambio en las prioridades –del Govern– no tiene sentido que negociemos lo mismo que hicimos para los de 2022 y que no salió", añaden las mismas fuentes.

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Con estas coordenadas, los comunes vuelven a aparecer como el socio más factible. Fuentes del partido aseguran que el portavoz económico del grupo, Joan Carles Gallego, ha trasladado a Giró la disposición que hablar, pero advirtiendo que quieren empezar a negociar antes de que el Govern presente formalmente el proyecto, puesto que, si no, es más difícil cambiar las partidas entre departamentos y, por lo tanto, hacer cambios sustanciales. Los comunes reclamarán unas cuentas expansivas e incrementar los ingresos públicos a través de la fiscalidad. Y hay un último factor en juego: también quieren analizar primero "el grado de cumplimiento" del pacto actual antes de firmar un nuevo acuerdo. Lo harán la semana que viene.

Con el PSC la situación es diferente. Los socialistas, que apuestan por reforzar en las cuentas las ayudas a familias y empresas que están sufriendo la crisis, vuelven a ofrecerse para negociar las cuentas y así se lo hicieron saber este miércoles al conseller. "Tendemos la mano al Govern", expresa una voz autorizada de los socialistas, pero sabiendo que no son la primera opción del ejecutivo de Aragonés. ERC y Junts pactan a menudo con los socialistas, pero todavía los incomoda hacerlo. Este miércoles representantes del PSC se vieron con Giró en un encuentro "cordial, amable y correcto", y aseguran que se les comunicó que contaban con ellos, pero a la vez admitiendo las dificultades reales de un pacto por las estrategias de fondos de ERC y Junts.

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Una primera reunión clave

Sin embargo, aún están lejos los días calientes de la negociación. Ahora el primer paso se encuentra en Madrid y es la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), donde el Estado marcará el déficit y los anticipos con los que contará la Generalitat. Esto servirá a Giró para tener una idea global de los ingresos con los que podrá contar, que de entrada ya teme que serán insuficientes: está previsto que el Estado fije un déficit de 0,1%, lo cual quiere decir disponer de 1.200 millones menos en un contexto de dificultad económica. El conseller de Economía, como este año, volverá a reclamar más ingresos a la Moncloa.