ELECCIONES VASCAS

"Hay demasiado miedo a ofender a los no euskaldunes"

La poeta Itziar Ugarte alerta de que el uso del euskera está bajando en las zonas donde tradicionalmente era mayoritario

OñatiLos euskaldunes utilizan la palabra arnasgun, que significa "espacio de respiración", para referirse a las zonas de preeminencia lingüística vasca, es decir, donde saben que pueden hablar su lengua con la máxima normalidad y sin interferencias. Oñati, una población guipuzcoana del Alto Deba, es arnasgun, pero algunos de sus habitantes creen que ya no tanto. "El cambio es muy visible incluso en esta plaza, donde puedes ver a dos niñas de 10 años hablando en euskera que, cuando ven un contenido en una pantalla en castellano, empiezan a hablarlo también entre ellas", explica la poeta Itziar Ugarte, que recibe al ARA en la imponente plaza de este pueblo de aires señoriales.

"En los últimos años el euskera sufre un fenómeno doble: por un lado, baja su uso en las zonas tradicionalmente euskaldunas, y en paralelo crece en lugares donde antes no se hablaba tanto, como Bilbao o Vitoria", afirma.

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La hija del profesor

Ugarte (Oñati, 1995) es hija de un profesor de euskera y de una higienista dental a la que desde pequeña le inculcaron el gusanillo de la lectura y la escritura. "Los libros y la prensa siempre estaban muy presentes en casa", comenta. Estudió periodismo en Bilbao y ahora es redactora de Cultura del diario Berria. En 2021 publicó el poemario Gu gabe ere (Susa Literatura). "A ver qué tal mi castellano, que no lo hablo casi nunca", nos avisa riendo. Los últimos datos del gobierno vasco indican que en 10 años la cifra de vascohablantes ha pasado del 37,2% al 43,3%, casi un millón de personas (a los que habría que sumar los de Navarra y País Vasco francés).

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"El problema ahora no es tanto de conocimiento como de uso, necesitamos espacios donde poder hablarlo sin que pase aquello tan típico que una persona no lo entiende y todo el grupo cambia de lengua", recalca Ugarte, que considera demasiado tímidas las políticas lingüísticas del gobierno vasco. "Hay demasiado miedo a ofender a los no euskaldunes, y nosotros debemos conformarnos con los migas", denuncia.

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Existen paralelismos muy evidentes con el caso catalán. "Cuando tenía 10 años había muchos más contenidos infantiles en euskera en ETB. A los niños de ahora les entra mucho más contenido en español desde las pantallas que a nosotros, que no teníamos TikTok ni nada de eso, y los dibujos animados estaban en euskera", explica.

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La escritora recuerda que el sociolingüista Iñaki Iurrebaso ha alertado en los últimos tiempos de que las políticas lingüísticas están siendo superadas por la realidad y que es necesario cambiar de estrategia. Y es que las dinámicas mundiales juegan en contra de las lenguas minoritarias.

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Una de las obsesiones de Ugarte es la poca visibilidad de la cultura vasca, incluso entre los euskaldunes. Según un estudio reciente, sólo una cuarta parte de los euskaldunes consume prensa y cultura en su lengua, cosa que la mortifica. "A mí me pasó con una amiga euskalduna de Gernika cuando vivía en Donosti. Éramos vecinas de Harkaitz Cano, un escritor que para mí es un referente. Y le digo: "Mira, Harkaitz Cano". Y me responde: "¿Quién es ese?" Y yo pensaba: si tú, euskalduna de Gernika, no sabes quién es Harkaitz Cano, apaga y vamonos. Ya no leerlo, es saber que existe siquiera", suspira.

La parte positiva es que existe un núcleo muy fiel y militante de la lengua. En las celebraciones de la copa del rey del Athletic se hizo viral el mensaje de Asier Villalibre en favor del euskera. "Seguid hablando y estudiando en euskera. ¡Viva Euskal Herria!", dijo a los jóvenes desde el balcón del ayuntamiento.

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"Entre los autores en euskera bromeamos que no existes hasta que sales a El Correo o en el Diario Vasco, los diarios más vendidos aquí y que están en castellano", dice Ugarte. Y eso en un país que este domingo tendrá cerca de un 70% de voto abertzale. "Son cosas distintas. Una cosa es votar a nacionalista y otra tener conciencia lingüística o de la cultura vasca", puntualiza antes de desaparecer con su bicicleta por las estrechas calles de Oñati.