Protagonista colateral

El juez que persiguió a periodistas y ahora pone en el punto de mira a Pedro Sánchez

A punto de llegar a la edad de jubilación, Peinado ha abierto la causa contra la empresaria y esposa del presidente español, Begoña Gómez

BarcelonaJuan Carlos Peinado dirige desde el juzgado de instrucción 41 de Madrid la causa más mediática en España: el caso que afecta a Begoña Gómez, empresaria y esposa del presidente español, Pedro Sánchez, al que quiere tomar declaración el martes en la Moncloa. Ahora bien, ¿quién es Peinado? ¿Cuál es su trayectoria? Mientras sus resoluciones ocupan portadas, él, en cambio, permanece alejado de las cámaras. No ha concedido entrevistas y las fotos de él que se han publicado son contadas. De su vida personal sólo ha trascendido el nombre de una hija suya, Patricia Peinado, concejal del PP en Pozuelo de Alarcón. Y, pese a que en septiembre cumplirá 70 años, seguirá ejerciendo: ha pedido al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) –y desde enero tiene su permiso– seguir trabajando hasta los 72, una opción que tienen todos los jueces que quieren aplazar su retiro.

La relación del magistrado con los periodistas le explica bastante bien su carrera. Hace cinco años, imputó a doce redactores de ocho medios distintos por una supuesta revelación de secretos al haber publicado información sobre la causa de la Operación Judas, entonces todavía bajo secreto de sumario, en el que miembros de los CDR fueron acusados ​​de terrorismo. Un abogado que estuvo involucrado en el caso recuerda que las resoluciones erráticas sobre los periodistas llevaron a Peinado a desdicharse de las imputaciones que él mismo había defendido. La investigación no prosperó, pero ese movimiento le valió al juez la reprobación de diferentes asociaciones de profesionales. De hecho, vive ahora en propia piel su medicina: se enfrenta a una querella –que ha presentado, justamente, un periodista, Máximo Pradera– por revelación de secretos en el caso Begoña Gómez.

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Peinado, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, tampoco se ha ganado la simpatía de sus alumnos. Según publicó la Cadena SER, en febrero unos 50 estudiantes presentaron una queja en el centro en el que pedían que se le sustituyera después de criticar a una alumna por llevar velo al aula y poner trabas a un alumno con discapacidad para poder utilizar un ordenador para examinarse.