La consulta de Junts

Junts decide salir del Govern

La militancia apoya abandonar la coalición con Esquerra por un 55,73% de los votos

BarcelonaJunts ha decidido salir del Govern de la Generalitat: esta ha sido finalmente la decisión que ha tomado este viernes la militancia de Junts en la consulta sobre si el partido tenía que seguir haciendo coalición con Esquerra en el ejecutivo catalán. Con una participación récord del 79,18% -de los 6.465 afiliados que estaban llamados a votar- y después de tres días de campaña intensa entre partidarios del sí y del no, el resultado ha sido el siguiente: un 55,73% ha avalado salir del Govern en contra del 42,39% que quería continuar (un 1,88% ha optado por votar en blanco). La fotografía, pues, es completa de lo que piensa hoy Junts per Catalunya: no quiere seguir con Esquerra Republicana en la Generalitat y pasa a la oposición en el Parlament.

La formación ha dado el resultado este viernes pasadas las cinco de la tarde después de 48 horas de votación -la consulta empezó el miércoles a las 00:00- y ahora mismo ya está reunida la ejecutiva del partido para valorar la situación. Hacia el anochecer, ofrecerán una rueda de prensa.

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Así acaban las últimas semanas de tensión con Esquerra, que se ha negado a aceptar ninguna de las condiciones que pedía Junts per Catalunya para seguir en el Govern. Los de Laura Borràs reclamaban que se cumplieran tres cuestiones que aparecen en el acuerdo de legislatura: crear una dirección estratégica del Procés, coordinar los grupos parlamentarios en Madrid y que en la mesa de diálogo se hable de amnistía y autodeterminación. Según explicó el secretario general, Jordi Turull, el pasado viernes en rueda de prensa, habían pedido a ERC que se impulsara la coordinación entre partidos y entidades independentistas bajo la "coordinación técnica" del Consell per la República antes del 15 de noviembre; así como también se habían abierto a cambiar su propuesta de delegados en la mesa de diálogo para que asistieran: pusieron sobre la mesa que pudieran ir solo miembros del Govern y del grupo parlamentario, descartando así que acudieran miembros con tan solo responsabilidades orgánicas de partido. "La respuesta de Esquerra fue que no había nada que hablar", aseguró Turull. Ante esto, varios dirigentes de Junts han interpretado que ERC los estaba empujando fuera del ejecutivo.

Los republicanos piensan lo contrario. Según el president, Pere Aragonès, Turull ha intentado "externalizar" una discusión interna sobre sí Junts tenía que estar o no en la Generalitat, afectando a la "estabilidad" del Govern y, en este sentido, les pidió a los de Borràs que se aclarasen sobre si querían continuar. "Primero es necesario que haya lealtad", han insistido por activa y por pasiva.

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La negociación (y la tensión) entre Esquerra y Junts ya hace semanas que dura, pero la cuerda se tensó al máximo en el debate de política general. El 29 de agosto JxCat dio un mes de tiempo a los republicanos para cambiar el rumbo y reconducir el Procés, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto. Sin ningún resultado sobre la mesa la semana pasada, en el marco del debate de política general en el Parlament, la cúpula de Junts decidió -sin que lo supieran todos los consellers del Govern- pedir una cuestión de confianza al president, Pere Aragonés, si no "concretaba" cómo se cumpliría el acuerdo de legislatura. Esto enojó al jefe del ejecutivo catalán, que respondió con el cese del vicepresidente, Jordi Puigneró, que era el único que tenía constancia de que el presidente del grupo en el Parlament, Albert Batet, lanzaría esa propuesta por orden de Turull y Borràs.

A raíz de esta decisión de Aragonès, Junts decidió avanzar la consulta que tenían ya prevista sobre la continuidad del Govern -la dirección descartó salir de forma inmediata sin consultar la militancia- y el pasado viernes la situaron este 6 y 7 de octubre. Es decir, con solo siete días de margen para que la militancia se decidiera sobre si mantenerse o no dentro del ejecutivo. La votación ha puesto en evidencia las diferentes almas que hay en el partido: la más institucional y la más activista.

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¿Riesgo de escisión?

Los resultados han sido muy ajustados, puesto que con una participación muy alta se ha impuesto por poco el no. Un 55% por salir del ejecutivo y un 42% por quedarse en la Generalitat. Hay que ver cómo, por ejemplo, la ejecutiva rehace la formación en la oposición, siendo el tercer partido del Parlament. Como ha ganado salir del ejecutivo, la escisión ahora al menos no será inmediata, puesto que los únicos que habían abierto la puerta a marcharse habían sido los del 'no'. "No descarto nada", ha asegurado el diputado Jaume Alonso Cuevillas esta semana, añadiendo un aviso a navegantes: "Estaré atento a lo que haga Carles Puigdemont". También el diputado Joan Canadell, que ha considerado una "posibilidad" hacer una lista con la ANC en las próximas elecciones.

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La votación se ha convertido en una especie de autodefinición pública y en directo del proyecto de JxCat, que se ha mantenido en pugna interna constante desde su nacimiento en 2017 entre la estrategia de los dirigentes de la antigua Convergència, la visión del ex president Carles Puigdemont y la manera de hacer política de los independientes que se incorporaron al espacio después del 1-O. El conseller de Economía, Jaume Giró, este viernes por la mañana en TV3, admitía la trascendencia del resultado, fuera cuál fuera: "Nos jugamos mucho [...]. Está en juego la propia esencia del partido". Se ha impuesto el alma más activista; el sector institucional sale derrotado de esta votación.

Los dirigentes que salen reforzados

Después de una campaña en la que la mayoría de dirigentes se han posicionado -menos el secretario general, Jordi Turull- es evidente que hay quien sale reforzado y otros dirigentes que se quedan en una situación delicada. De los cargos orgánicos e institucionales que han expresado su voto en público destacan los siguientes: a favor del no, la presidenta del partido, Laura Borràs; los vicepresidentes Josep Rius, Francesc de Dalmases y Aurora Madaula. En cambio, entre los partidarios del sí estaban los consellers Jaume Giró, Victoria Alsina, Lourdes Ciuró y Violant Cervera o el ex secretario general Jordi Sànchez. Quien no se ha mojado y, por lo tanto, queda entre dos aguas es el secretario general, Jordi Turull. En los últimos días, después del fracaso de la negociación con Esquerra, se decantaba por el no, pero finalmente ha decidido no decir nada porque todo su entorno (los llamados turullistas) estaba trabajando para quedarse en el ejecutivo y porque teme una ruptura del partido. Hay que tener en cuenta que Puigdemont, que no ha anunciado públicamente su voto, estaba a favor del 'no' a seguir a la Generalitat.

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En estos últimos días nadie sabía realmente qué podía pasar y tanto los partidarios de quedarse en el Govern como de salir se veían con posibilidades de imponerse. Todos se han dedicado a pasar el rastrillo para intentar obtener el mayor apoyo posible. Y es que la dirección de Junts, dividida por la mitad sobre si era mejor o no salir del Govern de la Generalitat, decidió traspasar la decisión a los militantes sin tener la certeza de lo que saldría.

Todo un experimento, inédito, teniendo en cuenta que nadie tiene controlada del todo la verdadera composición de la militancia de Junts per Catalunya: se sabe que una parte procede de CDC (pero no en qué proporción) y que hay nuevos afiliados que no vienen de este mundo. Es decir, a diferencia de la mayoría de consultas que hacen los partidos políticos -en los que las direcciones intuyen ya lo que puede salir a través de la pregunta-, en esta votación el resultado era incierto. Los únicos indicadores de estos días han sido Twitter, donde se han ido posicionando las caras más visibles del partido -más decantadas hacia el no-, y también las asambleas comarcales, donde están implicados solo una proporción de militantes que se decantaban por quedarse en el Govern. Con una participación casi de la totalidad de la militancia, ninguno de los dos indicadores podía ser fiable. Los del sí y los del no iban a tientas. Finalmente, Junts ha decidido irse a la oposición.