CONFLICTO VASCO

Muere Juan María Uriarte, el obispo de la paz

Uriarte fue mediador entre ETA y el gobierno de Aznar en los años 90

TarragonaMonseñor Juan María Uriarte, obispo emérito de San Sebastián (2000-2010), ha fallecido hoy a consecuencia de un ictus. El pasado domingo ingresó en el hospital bilbaíno de Basurto y, aunque tenía momentos de lucidez, ya no se ha recuperado.

Juan María Uriarte había cumplido 90 años el pasado 7 de junio, con un regalo muy especial del obispo de Bilbao, Joseba Segura, que se había iniciado en el sacerdocio a su lado: un anillo episcopal, porque el suyo lo habían robado. Joseba Segura también estuvo junto a don Juan María –entre ellos, Juan Mari– en las tareas de mediación del conflicto vasco, empezando por las conversaciones de paz entre representantes del gobierno de Aznar y de ETA el 19 de mayo de 1999 , en Zúrico, con el secretario general de Presidencia Javier Zarzalejos y el dirigente de ETA Mikel Albisu Antza encabezando las delegaciones. Antes había habido una reunión preparatoria –moderada por el obispo-- entre la izquierda aberzale, con Arnaldo Otegi por delante, y la misma representación gubernamental. Uriarte fue considerado el mediador idóneo, pactado por ambas partes; le avalaba la amistad con Jaime Mayor Oreja, de cuando fue obispo de Zamora (1991-2000), y que era respetado por la izquierda independentista, que le conocía también como tío de la abogada de tantos presos y parlamentaria Jone Goirizelaia.

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La labor pacificadora no prosperó políticamente en ese momento, pero hubo gestos que acreditaban voluntad de entendimiento, como la larga tregua de ETA a raíz del pacto de Lizarra-Garazi, el acercamiento de 120 presos y la regularización de un número indeterminado de refugiados en Francia, alguno de los cuales pudo regresar a su casa. Sin embargo, Monseñor Uriarte continuó participando en encuentros restauratorios de víctimas de ETA y de los GAL, y entre víctimas y victimarios. En esta dinámica presidió la sesión académica de la Facultad de Historia de la UB, el 21 de noviembre de 2012, en la que Pernando Barrena, portavoz de Sortu, reconoció y lamentó explícitamente el dolor y el sufrimiento causados ​​por la violencia de ETA, ante víctimas de Hipercor –Robert Manrique fue ponente– y una muy significativa, Rosa Lluch, en una jornada que evocaba el duodécimo aniversario del asesinato de su padre. La reconciliación "no reclama que los enemigos se conviertan en amigos, sino que se vuelvan a respetar y aceptarse mutuamente", decía en una exposición lúcida y muy argumentada, recogida por las publicaciones de la UB.

Monseñor Uriarte -como Joseba Segura- fue mucho más allá de propiciar la paz y se comprometió a procurar la reconciliación; lo reflexionó en el libro La reconciliación (Sal Terrae, 2013). Le ayudó en esta misión, que consideraba esencial, su licenciatura en psicología por la Universidad de Lovaina, que también desarrolló en conferencias y clases magistrales a curas y religiosos de toda España.

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Tenía una visión intelectual de la Iglesia que le permitiría hacerse entender fácilmente con no creyentes, incluso en la delicada cuestión del celibato. Y, en los últimos años, reflexionó mucho sobre la muerte, que decía que afrontaba con respeto pero no con miedo, porque el miedo es un lastre para las personas. En el obituario hecho público este sábado por la diócesis de Bilbao –él era vizcaíno, de Fruiz, y vivía en el barrio de Indautxu– se resaltaba su inspiración en la epístola de Pau a los tesalonicenses en la frase pronunciada en el ' homilía de su último cumpleaños: “Recibe, Señor, mi muerte y transformálala en resurrección”.