Muere Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA

Julen Madariaga Agirre, uno de los fundadores de ETA, ha muerto este martes a los 88 años después de una larga enfermedad. En 1959 fundó ETA con Benito de Valle, Rafa Albisu y Txillardegi y más tarde pasó a ser un miembro destacado de Herri Batasuna. A pesar de defender la línea dura en los años más sangrientos de la organización, con el paso del tiempo defendió la necesidad de que el conflicto se resolviera en términos políticos alejándose de la violencia. De hecho, en varias ocasiones manifestó que ETA tendría que pedir perdón por el daño causado a sus víctimas y se apartó de Herri Batasuna para fundar Aralar y ser miembro también de la organización pacifista Elkarri.

Hijo de una familia que tuvo que emigrar a Chile por la Guerra Civil (su padre era militante del PNV), Madariaga volvió a Bilbao con diez años. Licenciado en derecho y con doctorado en Cambridge, formó parte de un grupo de jóvenes que no estaba de acuerdo con el posicionamiento del PNV con la dictadura porque lo consideraba demasiado tibio. Por este motivo, creó el grupo Ekin, que se convirtió en un símbolo de la resistencia antifranquista.

Después de una intensa actividad política en la clandestinidad que lo llevó a tener que establecerse en Francia, fundó ETA en 1959. Madariaga estuvo encausado en el célebre Proceso de Burgos, al final del franquismo, y fue declarado en rebeldía. Después fue uno de los impulsores de Herri Batasuna en 1978, a pesar de que decidió dejar el partido en 1995, después de que ETA asesinara al político popular Gregorio Ordóñez a la luz del día en San Sebastián. Herri Batasuna no condenó el atentado y Madariaga optó por abandonar la formación. Partidario de dejar la lucha armada, años después de dejar la política entró a formar parte de Aralar.

Encarcelado en 2006

El mes de junio del 2006 fue encarcelado por la policía francesa con 11 activistas por la red de financiación de ETA. Estuvo retenido en París, aunque unos meses más tarde pudo volver a su domicilio de Senpere. Ocho años más tarde, Madariaga escribió su autobiografía. Aseguró que había sentido la necesidad de reunir "antes de morir" sus memorias de militante histórico en la organización, que abandonó por sus discrepancias con los postulados de la cúpula de la banda, que seguía defendiendo la lucha armada. En este libro, Madariaga asumía que no llegaría a vivir la independencia del País Vasco, por la que había trabajado toda la vida, aunque se mostraba confiado y creía que sí llegaría para las generaciones futuras.