La nueva vida de Cristina Casol, la diputada expulsada de Junts
Su situación "ha mejorado", tiene libertad de voto (también en los presupuestos) y quiere seguir en política
BarcelonaHa pasado un mes desde que la diputada Cristina Casol fue expulsada del grupo parlamentario de Junts y mes y medio desde que el Parlamento archivó su denuncia por acoso por razón de género porque no se probaron los hechos contra los junteros. Casol ahora se va adaptando a la vida de "diputada sin techo" –no adscrita–, todavía no tiene despacho, vota como quiere, está abierta a su futuro político y se expresa en libertad, estudiando incluso apoyar los presupuestos de la Generalitat, que ve "mejores" que los anteriores. ¿Cómo es su nueva vida?
En conversación con el ARA, explica que trabaja desde una sala del Parlamento que debe reservar cada vez antes de utilizarla. No come en el bar de la cámara para evitar encontrarse con miembros de Junts que califica de "agresores". Pero también es verdad que su situación "ha mejorado" porque en las dos primeras semanas fueron caóticas. De sus antiguos compañeros sólo mantiene contacto con Aurora Madaula y su entorno, quienes no firmaron el manifiesto contra ella. "Me lo estoy pasando bien, trabajo sin piedras en los zapatos, pero tengo una montaña de cosas por hacer", asegura.
Ahora debe decidirlo todo ella, sin disciplina de voto, y afirma que se reúne con entidades y concejales independientes que le piden preguntas al Gobierno. Admite que se ha equivocado en algunas votaciones porque se ha hecho un lío con las transacciones y cuando tiene dudas se abstiene. Quiere intervenir siempre que puede en todos los llenos. La mesa le ha asignado la comisión de Territori –ya formaba parte– y ella ha pedido ser ponente de la proposición de ley de vivienda de uso turístico. ¿Y dónde se sienta? "Junto al diputado no adscrito proveniente de Vox Antonio Gallego y en el blog unionista: no es fácil".
También tiene claro que quiere "seguir haciendo política", abierta al futuro. "Fui expulsada porque denuncié al machismo que sufrí, otra cosa es que no haya podido probarlo", explica. De hecho, dice que todavía tiene sus cosas en el despacho de Junts, pero que no se ha atrevido a ir. Tampoco tiene el asesor al que tiene derecho y que reclamará para ayudarla "con la agenda": "No tengo tiempo para estudiarme todos los temas", reconoce, puesto que antes se dedicaba sobre todo a los ámbitos que dominaba como arquitecta de carrera, muy relacionados con la vivienda. El otro diputado no adscrito no ha hecho uso del asesor y sólo pasa facturas por cuestiones concretas de asesoramiento que encarga.
Votaciones y futuro político
Ahora que carece de disciplina de partido podría acabar votando a favor de los presupuestos. De entrada les ve "mejores en líneas generales" y está "valorando" su posición, pero espera algunas aclaraciones del Gobierno, con quien confía en encontrarse. Precisamente, Casol defiende que una de las claves del choque constante con los junteros es que su ideología de "centroizquierda" contrastaba con el predominio "liberal" del grupo. Las políticas de vivienda es donde más se ha fijado: las cuentas contemplan 4.000 viviendas de alquiler social.
Sin embargo, sostiene que "acataba" la disciplina de voto y pone de ejemplo una votación sobre el decreto de viviendas de uso turístico, en la que habría querido votar a favor porque antepone el derecho a la vivienda, pero optó por el no de Juntos. Ahora, sin embargo, no se corta: en el pleno de la semana pasada votó en contra del Hard Rock y el "modelo ludópata asociado", también se muestra favorable al impuesto de sucesiones, sobre todo mientras Catalunya no sea independiente -"está demostradísimo que graban grandes fortunas"– y es crítica con algunas declaraciones que "vinculan inmigración y delincuencia".
Si bien quiere continuar en política, avisa de posibles tanteos: "No me he planteado el futuro todavía, necesito tiempo para ponerme en su sitio". Ahora bien, tiene una opinión formada sobre la lista cívica del ANC, que podría llegar a ver con buenos ojos: "Un cuarto espacio con gente valiente y determinada, lo firmo mañana mismo. Los votaría". Pero matiza que si llegaran al Parlament, se encontrarían con "el mismo problema" que ella y que si "solo" tuvieran siete u ocho diputados, "no valdría para nada". "Habrían que ver los programas y mayorías... y que cumplan su palabra porque Junts era un partido nuevo, pero se ha acabado comportando como uno siempre".
Pese a la distancia, no reniega aún del todo de Junts, un partido del que no ha tramitado la baja formalmente: "Me identifico, pero tengo un problema: compañeros que combatieron mi ideología con un machismo radical". Explica que se afilió a Junts porque era un partido "independentista transversal y democrático" y que Carles Puigdemont le sigue representando, pero avisa de que "las cosas han cambiado": "Se dijo que no se pactaría con los del 155 y todo el mundo allí ha pactado", lamenta.