LA GOBERNABILIDAD DEL ESTADO

El otoño que marcará la viabilidad de Pedro Sánchez y Salvador Illa

El catalán en Europa y la amnistía en Puigdemont marcarán el tempo de Junts para tomar una decisión

BarcelonaSalvador Illa tenía previsto realizar una réplica conjunta para todos los grupos en el debate de política general, pero la intervención de Albert Batet le hizo cambiar de opinión. El presidente del grupo de los junteros en el Parlament había comparado al presidente de la Generalitat con Donald Trump y le había vuelto a exigir que suscribiera el Acuerdo de Bruselas que rubricó con el PSOE. Isla cogió la palabra para recriminarle la comparación con el presidente de Estados Unidos, pero también para reiterar que los pactos que interpelan a los socialistas catalanes son los que salen del Parlament. Una forma de intentar neutralizar la exigencia de Junts. Ahora bien, para los junteros, el hecho de que el PSC no se haga suyo el Acuerdo de Bruselas pesa en una balanza con la que debe calibrar si finalmente deciden romper con el PSOE. Una decisión que el partido ha prometido tomar este otoño.

Una vez terminado el pleno esta semana, los diputados de Junts han sido crípticos a la hora de explicitar cuál sería su siguiente movimiento. "Paso a paso", aseguran, sin desvelar cuándo se tomará una decisión. "No será inmediato", asegura otra fuente. Lo que sí explicitan es su enfado por el posicionamiento de los socialistas en el plenario, ya que votaron en contra de llevar el referéndum al espacio de negociación en Suiza y también del concierto económico, así como no avalar el traspaso de competencias en inmigración de la Generalitat –los socialistas pidieron sacar la mención a "la actitud antical" haber acuerdo–. El botón rojo para retirar el apoyo a Pedro Sánchez lo tiene el expresidente Carles Puigdemont, pero antes tendrá que debatirlo tanto con la permanente del partido (que se reúne semanalmente) como también con la ejecutiva en pleno, que de momento no tiene ninguna convocatoria prevista.

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Los acuerdos pendientes

Las razones de fondo por las que Junts se plantea retirar el apoyo al PSOE es que creen que después de dos años del pacto de legislatura tienen poca teca en el zurrón. El traspaso de competencias de inmigración ha fracasado ya por el veto de Podemos y, esta misma semana, el Tribunal Constitucional, pese a admitir el recurso de amparo de Puigdemont por la inaplicación de su amnistía, ha rechazado las medidas cautelarísimas para retirar la orden de detención en España de forma inmediata. Además, queda pendiente la oficialidad del catalán en la Unión Europea, que se arrastra incluso antes de la investidura. ¿Cuándo pasarán las "cosas" anunciadas en otoño? ¿O cuáles serán las "consecuencias", en palabras de la portavoz de Junts, Mònica Sales, del debate de política general?

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La cuestión es que de ahora hasta el 21 de diciembre hay unas cuantas fechas rodeadas en el calendario que pueden encauzar o acabar de estropear la relación con los socialistas. El 21 de octubre hay otra reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, en la que España podría hacer un gesto e intentar forzar a que se volviera a debatir el catalán. Ahora mismo no está previsto, ya que sólo deben discutirse los próximos presupuestos europeos, una propuesta legislativa para reducir la burocracia y el cumplimiento de Hungría de la legislación de la UE, entre otras cosas. En el marco de estas negociaciones, el gobierno español podría jugar con el catalán como contrapartida, pero es difícil reducir las reticencias de otros estados, sobre todo de Alemania.

En la última comparecencia conjunta de Sánchez y el primer ministro, Friedrich Merz, el alemán fió a la inteligencia artificial la llegada del catalán oficial a la UE, ya que uno de sus argumentos para estar en contra es el coste adicional de los traductores. Las otras oportunidades para esta cuestión en Europa serán el 17 noviembre y el 16 diciembre –informa Gerard Fageda.

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La otra cuestión clave es el regreso de Puigdemont. El presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, ya ha advertido de que difícilmente se resolverá su recurso "antes de Navidad", por tanto, el eventual retorno del expresidente, sin contar las dilaciones que pueda añadir el Tribunal Supremo, sería en primavera si el TC le da la razón. Ahora bien, antes de eso, para Junts, hay una fecha importante antes, para calibrar también su apoyo al PSOE, y es cuando el Constitucional resuelva sobre las medidas cautelares escuchadas las partes en relación a retirar la orden de detención.

Es decir: si bien esta semana el TC ha rechazado retirar la orden de detención de forma inmediata, deberá volver a pronunciarse antes de dictar la sentencia final después de haber escuchado los argumentos a favor o en contra de la Fiscalía, la Abogacía del Estado, las propias acusaciones populares y el acusación popular. ¿Qué dirá la Fiscalía y la Abogacía? Si se pronunciara a favor de dar las medidas cautelares, también sería un gesto hacia los junteros, aunque fuentes del TC siempre han dicho que no lo avalarán porque sería anticiparse al fondo del asunto –informa Ot Serra. Hay que tener en cuenta que lo que está en discusión es si se aplica o no la ley de amnistía en Puigdemont y levantarle la orden de detención sería aplicarle de facto, abriendo un choque con el Tribunal Supremo.

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En el debate de esta semana, Isla advirtió a los junteros de la alternativa al gobierno de coalición en el Estado: "Pienso que es mejor para España y para Catalunya un gobierno encabezado por Pedro Sánchez que otras alternativas que creo que serían muy malas para Catalunya y para España". El presidente socialista replicaba, así, al jefe de filas de Junts en el Parlament, Albert Batet, que le había acusado de no defender los intereses de Catalunya ante el gobierno español por la estrecha relación que Isla tiene con Sánchez. Una relación que el líder del PSC confirmó y sacó pecho como un valor positivo para Catalunya. De hecho, Illa intentó guiñar el ojo a los junteros en su discurso del martes, cuando lo abrió con un recuerdo a los diputados exiliados, Carles Puigdemont y Lluís Puig.

¿Illa presionará a Sánchez?

Mientras la distancia con Junts se ensancha, Isla le aprieta con Esquerra, con quien hace una pinza implícita para presionar al PSOE para que cumpla con el pacto por una financiación singular. El presidente, de hecho, es el eslabón débil de un acuerdo que le permitió acceder al Palau de la Generalitat, pero cuyo cumplimiento no depende de él. De hecho, en la votación de las propuestas de resolución, los socialistas avalaron que se impulsaran "antes de terminar el año" las reformas legislativas necesarias para amparar legalmente a la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), es decir, suscribían la vía de Esquerra para empezar a activar la recaudación del IRPF por parte de la ya recaudación del IRPF por parte de la 2028. Una vía que el PSOE no comparte.

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El presidente socialista es el principal interesado en que el acuerdo salga adelante, pero tampoco está dispuesto a presionar más de la cuenta a Pedro Sánchez porque entiende que la situación en el Estado es delicada. Ahora bien, sin una propuesta de financiación que se ajuste al acuerdo de investidura, el presidente se juega presentarse en el ecuador de la legislatura con dos presupuestos prorrogados y sobreviviendo con las cuentas de Pere Aragonès del 2023. El Gobierno debería afrontar su segundo año de legislatura con suplementos de crédito, un escenario que hasta ahora quería.

En las próximas semanas, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, debería presentar su propuesta para reformar todo el sistema de financiación autonómica. Y en esa reforma debería incluir el pacto de investidura, pero también conjugar los intereses del resto de comunidades autónomas. La incógnita es ver si la propuesta garantizará el principio de ordinalidad que incluía el pacto para hacer a Salvador Illa president, pero que cayó del documento sellado entre el gobierno español y el catalán después de la Comisión Bilateral.