El Parlament da marcha atrás y acuerda eliminar las licencias por edad

BarcelonaPunt y final a las licencias por edad. La exclusiva del diario ARA se salda con una rectificación por completo de la mesa del Parlament, que este martes ha echado atrás la reforma que había aprobado ahora hace apenas tres semanas y, según fuentes parlamentarias, ha decidido eliminar este complemento que permitía a los trabajadores de más de 60 años seguir cobrando el sueldo sin trabajar hasta la jubilación.

La decisión de este martes se ha tomado por unanimidad, es decir, con el voto favorable del PSC, ERC, la CUP y JxCat. A partir de ahora se abre una negociación entre la mesa y los trabajadores para reformular el modelo del que actualmente se benefician 21 trabajadores, que perciben anualmente 1,7 millones de euros.

Es decir, el acuerdo para revertir la licencia de edad está, pero ahora tendrá que empezar una negociación con el personal de la casa. Por un lado, se ha pactado acabar con este régimen especial y, por otro, estudiar si se puede hacer con efectos retroactivos, lo cual –apuntan– es difícil.

La licencia por edad se instauró en 2008, bajo la presidencia de Ernest Benach y por unanimidad de todos los grupos. El expresidente de la cámara ha justificado la creación del régimen especial por “contexto” y para “rejuvenecer” la administración, a pesar de que la figura no permitía sustituir las plazas sino que se tenían que abrir nuevas si había necesidad de recursos humanos. Ayer la presidenta del Parlament, Laura Borràs, defendió la reforma hecha a finales de diciembre del 2021, remarcando que la había impulsado cuando llegó a la presidencia y que era la primera presidenta que abordaba esta cuestión después de que Núria de Gispert, Carme Forcadell y Roger Torrent la pasaran por alto. Ahora bien, esta modificación, negociada y acordada a finales del año pasado con el consejo de personal no acababa con el privilegio de estos trabajadores, puesto que no eliminaba la licencia por edad, tal como explicaba este martes el ARA. Solo reducía de cinco a tres años la posibilidad de acogerse a la licencia de edad, es decir, cobrar sin trabajar.