Una prueba más de que Carles Puigdemont no podrá ser presidente
BarcelonaEn Cataluña ha habido cinco gobiernos de coalición desde 1980, y en absoluto todos se ha cumplido esta condición: el presidente del Parlament y el de la Generalitat siempre han tenido colores distintos. El socio mayoritario presidía el Govern y el minoritario la cámara catalana. Ocurrió con Pasqual Maragall (PSC) y Ernest Benach (ERC); con José Montilla (PSC) y, de nuevo, Benach; con Carles Puigdemont (CiU) y Carme Forcadell (ERC); con Quim Torra (Juntos) y Roger Torrent (ERC) y, en la pasada legislatura, con Pere Aragonès (ERC) y Laura Borràs y, más tarde, Anna Erra, ambas de Junts. Incluso si tenemos en cuenta a los gobiernos de CiU –eran dos partidos que formaban una federación– se cumplía el patrón: Generalitat por Convergència y Parlament por Unió. El premio grande para el partido grande y el de consolación para el pequeño. Ahora, Puigdemont quiere ser candidato a la investidura sin tener la mayoría necesaria para ganarla y su partido no quiso renunciar a tener la segunda autoridad del país.
Josep Rull presidirá la cámara y será el encargado de elegir candidato. O Puigdemont o Salvador Isla. Ninguno de los dos tiene por ahora los votos suficientes para salir adelante, pero solo el socialista parece tener posibilidades mínimamente coherentes. Isla solo debería convencer a ERC, aunque este lunes ya ha demostrado que le hará sudar. Los republicanos rechazaron la oferta del PSC que les habría hecho presidir el Parlament a cambio de dejarlos en la rampa de salida hacia un tripartito. De momento, se han querido ahorrar el trance, pero no se cierran la puerta a seguir negociando. Y, de hecho, el resultado en la mesa sube el precio que deberá pagar Isla si quiere evitar una repetición electoral. De momento, sin embargo, saca adelante el pacto independentista, suficiente para controlar la mesa del Parlament pero no para llegar a la mayoría necesaria para investir al futuro presidente de la Generalitat.