Un problema llamado Illa
BarcelonaLa legislatura española empezó sobre un juego de equilibrios que la victoria de Salvador Illa el 12-M hizo saltar por los aires. El esquema tradicional de intercambio de apoyos parlamentarios funcionaba siempre que los soberanistas tuvieran el gobierno de la Generalitat. Pero sin mayoría independentista en el Parlament, Junts no tiene alicientes para facilitar las cosas a Pedro Sánchez, porque entonces estaría haciendo lo mismo, oh pecado mortal, que Esquerra. Además, los junteros tampoco tienen ningún problema con votar junto a PP y Vox, algo que sería anatema para los republicanos, por lo que pueden hacerle la vida imposible a Sánchez, con el que no tienen proximidad ideológica. La legislatura española, pues, pende de un hilo, y en consecuencia devuelve la euforia al PP, que ve inminente su regreso a la Moncloa.
En resumen, la victoria de Illa le ha complicado mucho la vida a Sánchez, que pretendía gobernar en Madrid y Barcelona con el apoyo de los mismos a los que ha ahuyentado de Palau. Muy difícil, incluso para Sánchez.