Después del 23-J

El PSOE asume que el PP le quita un escaño a Madrid y Sánchez necesitaría el 'sí' de Junts a la investidura

Tras el recuento del voto exterior, el bloque progresista se quedaría con 171 diputados en el Congreso y la derecha con 172

Madrid / BarcelonaTras un escrutinio de casi tres horas, poco antes de las once de la noche, el PSOE asumía la pérdida del último diputado de la circunscripción de Madrid en beneficio del PP. Así lo indicaban apoderados presentes en el recuento. No es menor el cambio de manos: llevándose Alberto Núñez Feijóo el 137 escaño y Pedro Sánchez bajando a los 121, automáticamente se produce un cambio de mayorías en el Congreso: el bloque progresista –PSOE, Sumar, ERC, EHBildu, PNV y BNG– pasa a 171 diputados y el de derechas –PP, Vox, UPN y Coalición Canaria– a 172. Esto provoca que Sánchez necesitará el voto favorable de Junts –o de dos de sus siete diputados, como mínimo, y que el resto se abstengan– para ser investido presidente. El PP ha arrasado en el voto extranjero en Madrid y se ha producido una remontada que, con los números en la mano, era bastante difícil. El partido de Carles Puigdemont, pues, podrá subir el precio en la negociación y Ferraz ya le ha instado a no dar alas a PP y Vox.

1.748 votos es la diferencia de la que partían PSOE y PP en la lucha por el 37º diputado que reparte la circunscripción de Madrid. Los socialistas defendían su 11º y los conservadores buscaban el 16º: Carlos García Adanero, el tránsfuga de UPN que votó en contra de la reforma laboral y que ahora pasaría en el PP, repetiría como diputado. Teniendo en cuenta que la participación de los madrileños que están en el extranjero fue de 46.394 personas, menos de lo que podía ser teniendo en cuenta que con la eliminación del voto rogado hay menos trabas burocráticas, Feijóo necesitaba ampliar la distancia entre su porcentaje de voto el 23-J y el de Sánchez en la capital española, que fue del 40,5% y del 27,9% respectivamente. A la espera de conocer los números, lo habría logrado.

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Otra casuística que podía alterar las mayorías era que el PP le tomara un escaño en Junts en Girona. De entrada ya era complicado porque la formación independentista tiene más apoyos que el partido españolista en esta demarcación (19,6% a 9,7%) y, de hecho, Génova no contaba con darle la vuelta a la situación. El recuento ha confirmado los pronósticos. En Girona, el PP se ha quedado en 363 votos de Junts. Como era de esperar, los junteros han obtenido más votos –336 frente a los 275 de los populares–, aunque por el efecto de la ley de Hondt, la diferencia entre ambos se ha reducido a 255 votos, insuficiente porque el PP le tomara el diputado a Junts.

En Tarragona, también había una cierta amenaza sobre el último escaño de Junts, en este caso por parte del PSC, que no ha alcanzado la preciada cifra de los 20 diputados en Catalunya. Los socialistas partían de 1.298 votos de distancia del partido de Laura Borràs y se ha quedado muy lejos de la proeza. El PSC ha logrado 658 frente a los 200 de Junts y ha dejado las cosas tal y como estaban.

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Vox retiene el de Cantabria

También bailaba el quinto escaño de Cantabria, que fue para Vox el 23-J. El PP se quedó a 428 votos y debía obtener un buen grosor de los 3.503 que han participado desde el extranjero. Pese a ser la fuerza más votada entre los cántabros que se encuentran fuera del Estado, se ha quedado a 173 votos de la extrema derecha, que retiene el escaño. Sin embargo, este hipotético cambio no habría alterado el tablero de mayorías, dado que seguiría siendo un diputado que contaría en el bloque de la derecha.

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Una de las notas destacadas del recuento exterior es que la izquierda obtiene más apoyos fuera de las fronteras españolas. En Baleares, las cinco provincias de Castilla-La Mancha y todas las de Andalucía salvo Málaga y Cádiz, se ha impuesto el PSOE. En prácticamente todas, excepto Sevilla y algunas andaluzas en las que había habido empate, ganó el PP el 23-J. Además, Sumar ha ganado en Vox en cuatro de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, excepto Guadalajara, y también en Baleares; y Compromís ha sido segunda fuerza en Valencia y Castellón y tercera en Alicante.

En cuanto al global de la participación, 233.688 residentes en el extranjero votaron en las elecciones generales, lo que supone el 10,04% de los casi 2,3 millones de españoles registrados en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) . La cifra es superior a la de los comicios del 10-N de 2019, cuando votaron 145.908 electores, pero demuestra que la eliminación del voto rogado no ha logrado corregir la histórica baja participación de los votantes que se encuentran en el extranjero.