La legislatura catalana

Rull apuesta por el simbolismo en la única institución que le queda al independentismo

Aunque el presidente de la Generalitat ha pasado página del Proceso, el presidente de la cámara le hace persistir conmemorando el 1-O y el 9-N

BarcelonaEl independentismo quedó muy debilitado en las elecciones del 12-M, fuera del Govern y en minoría parlamentaria. Sin embargo, preside la segunda institución del país: hay mayoría en la mesa del Parlament de Junts i Esquerra y Josep Rull, su presidente, muestra un perfil soberanista siempre que puede. Así, aunque Salvador Illa presida un gobierno no independentista que pretende pasar página del Proceso para "abrir una nueva etapa", la presidencia de la cámara catalana se ha convertido en el último bastión independentista y Rull lo hace notar, por ejemplo , recordando gestas o expresando la oposición a la represión. Más mirando el pasado que hacia el futuro, teniendo en cuenta la situación del independentismo: tanto Junts com Esquerra están inmersos en sus congresos internos.

En este marco se sitúa el acto institucional en el Parlament sobre la consulta independentista del 9-N por reivindicar el hito del soberanismo del año 2014, según fuentes parlamentarias; un evento ya acordado entre Junts y ERC que no es un hecho aislado. Josep Rull ya conmemoró el referéndum del 1-O el día de la efeméride con una declaración institucional solemne rodeado de los miembros republicanos y junteros de la mesa.

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Fuentes cercanas a la presidencia de la cámara reconocen que Rull es consciente de que es el único independentista que preside una institución de alcance nacional y que jugará con su visibilidad para mostrar un talante soberanista y exhibir, cuando pueda, unidad entre Izquierda y Juntos. Con una forma de hacer "conciliadora", insisten estas fuentes, tiene como "obsesión recosir" el independentismo. Una tarea, circunscrita a la mesa del Parlament, que los republicanos también ven bien, añaden, cómo se desprende de las iniciativas pactadas.

En sus discursos, Rull suele recordar que en Catalunya "no hay normalidad" –contradicente Isla, pese al buen trato institucional que mantienen–, que "la represión no ha terminado" y el conflicto político tampoco: como presidente del Parlament pone de manifiesto que hay dos miembros de la cámara –el expresidente Carles Puigdemont y el exconseller Lluís Puig– que no pueden asistir de forma presencial a realizar su labor parlamentaria por la negativa del Tribunal Supremo de aplicarles la amnistía.

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Contraste

Este pedigrí soberanista también se traduce en su agenda. Participó activamente en la recepción de Puigdemont en su fugaz regreso, cuando se comprometió garantizar sus derechos como diputado –aunque al final no participara en el pleno. Asimismo se le pudo ver en la manifestación de la Diada convocada por la ANC y protagonizó una gira de encuentros como presidente de la cámara con los diputados exiliados Carles Puigdemont y Lluís Puig, al igual que se reunió con el eurodiputado Toni Comín y recibió a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el diputado republicano Ruben Wagensberg después de que volvieran del exilio.