Sánchez estrecha lazos con Rabat y culmina el giro sobre el Sáhara

El presidente justifica el cambio de posición por el "interés general" de España

MadridLa parte del PSOE del gobierno español ha dejado vacíos sus escaños –excepto el de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero– para la votación de este jueves de una iniciativa favorable a la misión de la ONU por el referéndum en el Sáhara Occidental. Pedro Sánchez estaba con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la Moncloa, horas antes de encontrarse con el rey de Marruecos, Mohamed VI. Y solo los socialistas han votado no a la resolución, lo que evidencia su soledad en el giro unilateral sobre el conflicto. Pero Sánchez asumirá ese coste, que considera menos importante que la ganancia que puede suponer reconducir la amistad con el vecino de la orilla sur del Mediterráneo: “Lo que importa a Marruecos es la posición del presidente. Es la mejor solución para el interés general de España”.

Así se ha expresado el presidente del ejecutivo del Estado en una conversación informal con periodistas en el avión camino de Rabat; mucho más explícito que en los últimos días. El martes el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, que había sido el responsable del partido en la comisión de Exteriores, todavía pretendía desvincular la posición sobre el Sáhara de la visita a Marruecos cuando pedía “separar” y “distinguir” ambas cuestiones. Sánchez ya no se ha escondido y lo lamentaba el representante del Frente Polisario en el Estado, Abdullah Arabi, tras la votación en la Cámara Baja. "Respetamos las relaciones de España con Marruecos, pero no aceptaremos que vayan en detrimento del pueblo saharaui", ha avisado.

Cargando
No hay anuncios

Sánchez ha tomado partido por Rabat y el aislamiento en el Congreso refleja el distanciamiento con el Sáhara Occidental, así como con sus legítimos representantes. Esta semana no ha habido contactos directos entre el Frente Polisario y el PSOE para negociar sobre la iniciativa que debía votarse en la Cámara Baja, tal y como confirman al ARA fuentes de ambas partes. Sí que lo ha habido por vía indirecta e inicialmente se arrancó el compromiso de que los socialistas votaran a favor, porque la parte dispositiva del texto era asumible. El miércoles por la noche hubo un cambio de última hora que Ferraz achacó al discurso del diputado de Unidas Podemos Gerardo Pisarello, muy duro con su socio de gobierno. Y Sánchez ha manifestado desde Rabat que la exposición de motivos de la iniciativa era inaceptable por las críticas al ejecutivo, aunque Gómez había dicho el martes que haría la vista gorda porque, técnicamente, esta parte no era la que se sometía a votación.

La hipótesis que ha expresado la vicepresidenta segunda del gobierno español, Yolanda Díaz, es que la visita a Marruecos tenía "algo que ver" con el cambio de criterio. EH Bildu y el Polisario también han dejado caer la sospecha de que haya habido un aviso de Rabat, aunque a Mohamed VI lo que "le importa es la posición del presidente", según Sánchez. Sea como fuere, el revés del Congreso al líder del PSOE se ha consumado gracias al seno del PP a la iniciativa y las abstenciones de Vox y Cs. En las filas socialistas solo ha habido un voto distinto, el de la diputada Beatriz Carrillo, que el PSOE ha achacado a un error. El vasco Odón Elorza ha acatado a disgusto.

Cargando
No hay anuncios

Nueva etapa

Esta mañana Sánchez trasladó a Feijóo que era optimista de cara a la nueva etapa con Marruecos, según explicó el todavía presidente gallego, que le reprochó las formas pero no tanto el fondo del cambio de posición sobre el Sáhara. El presidente español, que comparecerá después de cenar con el rey alauí, aseguró que los frutos del reencuentro llegarán en los próximos días y afectarán a la reapertura de fronteras y la reactivación de la operación Paso del Estrecho. "Por múltiples motivos, no solo el migratorio, teníamos que normalizar relaciones", ha apuntado Sánchez, que sacrifica el apoyo al pueblo saharaui por una nueva hoja de ruta con Marruecos aún por detallar. Moncloa, mientras, asume el aumento del precio del gas de Argelia, aunque mantiene que el suministro está garantizado y lo desvincula del giro con el Sáhara.