El TC también anula las resoluciones (ya mutiladas) del Parlament contra la monarquía

BarcelonaEl 7 de agosto del 2020 el Parlament reprobó a Felipe VI; afirmó que la monarquía borbónica "ha sido y es un pilar capital de la persecución de los derechos del pueblo catalán"; reivindicó el 1-O y la declaración unilateral de independencia; apostó por la República Catalana como "el único camino para superar este régimen monárquico", y denunció que el pacto constitucional de 1978 "blinda la continuidad de una monarquía delincuente". Todas estas expresiones, aprobadas por la mayoría independentista como respuesta a la salida de España de Juan Carlos I, generaron una gran polémica en la cámara. Cs pidió amparo al Tribunal Constitucional (TC) y este jueves se lo ha concedido. Con un voto discrepante, el alto tribunal ha concluido que se vulneraron los derechos de los diputados –no se pueden debatir ni aprobar cuestiones relacionadas con la autodeterminación y contra la monarquía– y ha anulado la admisión a trámite que la mesa hizo de todas las resoluciones. Lo más curioso de todo es que ninguna de las expresiones que recogemos al inicio de este artículo ni siquiera llegaron a ser publicadas en el Butlletí Oficial del Parlament.

Aquel pleno de un viernes de agosto acabó con una polémica más entre independentistas cuando los letrados se negaron a publicar las expresiones que entendían que contravenían las advertencias del TC que han ido llegando al Parlament en los últimos años. El entonces presidente del Govern, Quim Torra, incluso reclamó el cese del secretario general de la cámara, Xavier Muro, y cargó contra quien era presidente del Parlament, Roger Torrent.

En todo caso, el debate se hizo, las resoluciones se aprobaron –aunque una parte no fuera publicada– y ninguna de ellas generó ninguna obligación concreta a la Generalitat más que el posicionamiento simbólico del Parlament contra la monarquía borbónica. A partir de ahora, a instancia del TC, se retirarán también todos los puntos que sí que fueron aprobados, como "el Parlamento declara que Catalunya es republicana y, por lo tanto, no reconoce ni quiere tener ningún rey" o la reprobación al gobierno español "por haber colaborado en la fuga de Juan Carlos I y como cómplice de la impunidad perpetrada por la monarquía borbónica".