El ESCENARIO POSTELECTORAL

Todas las carpetas de la negociación del futuro Govern

La presidencia del Parlament es la primera prueba de fuego de las conversaciones

QUIM BERTOMEU / NÚRIA ORRIOLS
y QUIM BERTOMEU / NÚRIA ORRIOLS

BarcelonaDice la teoría que la negociación es un método de resolución de conflictos en el que todas las partes ceden en algo para llegar a un acuerdo. Y en las conversaciones para formar el nuevo gobierno de Catalunya hay unas cuántas carpetas que requerirán cintura de ERC, JxCat y la CUP para evitar una repetición electoral: desde el rumbo que tiene que tomar el Procés hasta el reparto de los cargos del Govern, pasando por la relación con otras fuerzas -como los comunes y el PSC- y la composición de la mesa del Parlament. La cuenta atrás ya ha empezado y el primer plazo de la negociación es el 12 de marzo con la constitución de la cámara.

La mesa del Parlament

El primero solucionador de toda la negociación

De los siete miembros que tiene el órgano rector de la cámara, si el soberanismo juega bien las cartas se podría llevar cinco. Pero el núcleo del conflicto es quién se queda la presidencia. La CUP ha dado el paso de pedirla pero JxCat también aspira a ella porque ya es tradición que el máximo representante de la cámara sea para la segunda fuerza independentista. ERC aguanta la respiración confiando que finalmente acabe en manos de los anticapitalistas, pero a la vez reclama a la CUP que dé a cambio una estabilidad sostenida durante la legislatura. Ahora bien, si ERC opta por aliarse con la CUP para la presidencia del Parlament, fuentes de Junts admiten que se complicaría el apoyo a la investidura. Si la negociación de la mesa es pacífica, será más fácil que el resto vaya rodado.

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El papel de Borràs

Valora estar en el Govern o situarse en la presidencia del Parlament

Desde Junts afirman que el rol de Borràs no está cerrado y que hay hasta tres opciones: estar en el Govern, ocupar la presidencia del Parlament o ser presidenta del grupo parlamentario. La decisión es importante por el recorrido de su liderazgo en JxCat, condicionado por la espada de Damocles que representa su causa en el Tribunal Supremo.

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En función de Borràs se ordenarán el resto de piezas de Junts. Si se sitúa en el ejecutivo, la vicepresidencia se tendría que separar del ámbito económico para asociarla a otra área o recuperar la conselleria en cabeza. En este escenario, Junts necesitaría una figura para la presidencia del Parlament, cargo para el que aparecen unos cuántos nombres: Gemma Geis, Albert Batet, Meritxell Budó o Josep Costa. La situación sería diferente si Borràs optara por la cámara, porque otro dirigente ocuparía el liderazgo de JxCat en el Govern. Se apunta hacia Elsa Artadi, que podría ser vicepresidenta económica. Ahora bien, no es la única dirigente con aspiraciones en Economía: también está Ramon Tremosa y Joan Canadell.

Estrategia compartida

El referéndum puede volver a ser el mínimo común denominador

Para no repetir las desavenencias, los partidos aseguran que han empezado la negociación hablando de estrategia. El referéndum vuelve a aparecer como idea clave, a pesar de que con muchos matices. ERC propone pedirlo al gobierno español a través de la mesa de diálogo; JxCat llevaba en el programa (junto con la DUI) pedir a la UE que presione para forzarlo, y la CUP aboga por un nuevo referéndum (unilateral) en 2025. De estas hojas de ruta, se intentará pactar una, además del margen que se da a la interlocución con el gobierno español. También será clave la agenda de izquierdas que quieren potenciar tanto ERC como la CUP.

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Interior y los Mossos

La conselleria que todo el mundo quiere evitar ya se perfila para ERC

“Es probable, es probable”. Es lo que responden la mayoría de voces republicanas cuando se les pregunta si ERC asumirá la conselleria de Interior, seguramente la que más desgaste genera. Esquerra tiene asumido que es uno de los precios a pagar a cambio de liderar la Generalitat. Hoy por hoy se lo toman por el lado positivo, porque les da margen para garantizar a la CUP que habrá cambios en el departamento y así conseguir sus votos para la investidura. De momento, republicanos y anticapitalistas se han comprometido a hacer un “plan de choque” para cambiar el modelo de seguridad. La idea es llevar el debate al Parlament y que sea la cámara la que haga un encargo al Govern sobre qué hay que cambiar. Fue así como en 2013 se aprobó prohibir las pelotas de goma. ¿Y quién sería el sustituto de Sàmper? ERC piensa en un conseller consolidado o buscar un perfil independiente.

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Intercambio de conselleries

Si la CUP no entra, se vuelve a perfilar un gobierno 50-50

A pesar de no haber debatido a fondo la cuestión, si la CUP no entra en el Govern se perfila una coalición 50-50. Para JxCat se podría mantener el esquema de esta legislatura, pero al revés. Esto implica que podría asumir conselleries como Salud, con Josep Maria Argimon, Economía y Exteriores. En campaña también propuso fusionar Empresa con Treball, ahora en manos de ERC. A la vez, los republicanos ya han dicho que también aspiran a nuevas conselleries como la de Transició Climàtica (que puede afectar al departamento de Territori que pilota Damià Calvet) y la de Feminismes.

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El rol de los comunes

ERC y JxCat tienen visiones diferentes

ERC quiere que los comunes tengan un papel participativo durante los próximos cuatro años, ya sea entrando en el Govern o bien participando en la gobernabilidad. Sería la manera de visualizar lo que los republicanos llaman una legislatura de “vía amplia”, es decir, que la gobernabilidad del país se hace extensiva a otros actores soberanistas y de izquierdas. Pero la jugada es complicada porque los comunes y JxCat se vetan. Esquerra mantiene los contactos con los de Jéssica Albiach.

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Presupuestos

La difícil operación de ligarlos a la investidura

Uno de los anuncios importantes que Pere Aragonès hizo en campaña era que quería ligar la investidura a los presupuestos. Es decir, negociar dos pactos por el precio de uno y garantizarse las cuentas durante un año. Los republicanos aseguran que insistirán en esta opción pero admiten que cada vez se les complica más. Ya será bastante complicado convencer a la CUP o a los comunes para que den sus votos para la investidura para añadir, además, un acuerdo por las cuentas. El próximo conseller de Economía, por lo tanto, tendrá deberes.