Protesta contra la amnistía

Los últimos de Ferraz

La protesta ha perdido bastante estas últimas noches pero un grupo aún se resiste a renunciar a los cortes de calles

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Varias personas acudieron a la llamada ante la sede del PSOE de Madrid el día de la Constitución

MadridPasan del "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo" al "Pedro Sánchez, hijo de puta" en cuestión de minutos. En la calle Ferraz, cinco semanas después de que empezaran las protestas, algunos cánticos se mantienen inalterables, pero la liturgia de la concentración ha ido cambiando a lo largo de los días. Desde la semana pasada, comienza con un rosario. Decenas de personas rezan durante una media hora ante la parroquia que hay en la esquina de la sede del PSOE. Después, cortan la calle y comienzan con el repertorio habitual —"No es una sede, es un puticlub", "Puigdemont en prisión" o "No me da el hambre una dictadura como la venezolana"—. El jueves por la noche, bajo la lluvia, se reunieron 100 personas, según la Delegación del gobierno español en Madrid. El día antes habían sido 75 —la cifra más baja desde que empezaron las protestas—. Lo anterior, 150.

Los manifestantes de Ferraz pasan de rezar el rosario a cortar la calle

Los mismos manifestantes constatan que la protesta pierde fuerza, aunque no acaba de morir del todo. "Si somos cuatro gatos, no entiendo por qué viene tanta policía", dice una de las concentradas, una jubilada que explica al ARA que no ha fallado casi nunca. Comenta que los estudiantes y las personas en edad de trabajar han ido flaqueando. La mayoría de los fijos están jubilados. "Entre estar sintiendo mentiras en televisión o estar aquí, mejor tener el orgullo de estar aquí poniendo un granito de arena", continúa. Otra mujer de 68 años relata que sólo ha faltado uno de los 35 días. Denuncia que lo que está pasando es muy "gordo" y sostiene que "hace falta un Milei" en España. También compara la "resistencia" de Ferraz con la que existía contra Hitler en la Alemania nazi.

Con el incremento de la media de edad, el ambiente es más tranquilo que el de la primera semana, cuando se llegaron a concentrar hasta 8.000 personas y se produjeron decenas de detenciones en medio de los disturbios y las cargas policiales. Los ultras encapuchados hace ya días que no pasan por Ferraz, según comentan algunos agentes de policía, y la protesta se disuelve por sí sola a las pocas horas. Ahora bien, todavía pueden sentirse cánticos franquistas y pueden verse algunas banderas preconstitucionales.

Cánticos franquistas y banderas preconstitucionales en Ferraz

¿Hasta cuándo aguantará la protesta? Vox la sigue atizando y la utiliza como arma arrojadiza contra el PP. El líder de la extrema derecha, Santiago Abascal, marcó perfil propio el miércoles concentrándose en Ferraz al mediodía —cuando acudieron 500 personas, más que las que acuden las últimas noches— en lugar de ir al acto del día de la Constitución en el Congreso. Los menos manifestantes de las noches aseguran a este diario que no tienen intención de dejar de asistir y se sienten cánticos que hablan de convocarse el 31 de diciembre para dar la bienvenida al 2024 desde la calle Ferraz.

Por ahora, los habituales, que ya se conocen, se despiden con un "mañana más". "Casi siempre venimos los mismos", comenta una mujer cuando se marcha a las nueve de la noche, sólo una hora después de haber empezado con el corte de la calle. "¿Ya se va?", se queja otro hombre mientras se va quedando solo en la primera fila, equipado con la bandera española y con un paraguas con los mismos colores.

Los vecinos y los comercios están "hasta las narices"

Quien quisiera que se marcharan definitivamente son vecinos y comerciantes. "Estoy hasta las narices", explica al ARA una vecina del tramo de calle afectado. Un camarero dice tener "ganas de llorar" mientras recoge las mesas de la terraza, harto de sentir los mismos cánticos cada noche. Los propietarios de otro restaurante protestan desde la puerta y piden a la policía que les disuelva. "¿Y nuestros derechos quién los protege? —añaden–. Nos estamos arruinando. Mis hijos no comen banderitas españolas".

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