"'¡Viva España!', '¡Viva el rey!'": unas 300 personas reciben a Juan Carlos I en Sanxenxo

El emérito da la mano a algunos fieles, animados por algunos periodistas a dedicarle cánticos

Sanxenxo"¡Canten un viva el rey o algo!", dice un periodista que graba con el móvil. Y los socios del Real Club Náutico de Sanxenxo responden a la invitación: "¡Viva el rey! ¡Viva el rey!". Juan Carlos I se ha reencontrado este viernes a mediodía con sus compañeros de regatas y con los vecinos de la localidad pontevedresa, casi dos años después de su salida en Abu Dabi. Muchos reconocen su comportamiento reprobable, pero lo desatan del afecto que él ha mostrado durante tantos años por la gente de las Rias Baixas. El rey emérito ha respondido saludando, dando abrazos e, incluso, dando la mano a algunos de los socios que se encontraban más cerca. Ha sido un recibimiento cálido para Juan Carlos I, pero en un reducto donde se siente cómodo y protegido, donde no hay oposición a su figura.

El rey emérito llega al club náutico de Sanxenxo

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En el balcón del club los socios han desplegado una gran bandera de España, otras se han ubicado a la entrada del club donde se congregaban los medios de comunicación y los habitantes que no tienen acceso al recinto lo miraban desde algo más allá, en el paseo del puerto. Ha llegado de copiloto en el coche de su amigo Pedro Campos, quien lo acoge en su casa, como este jueves cuando aterrizó en el aeropuerto de Vigo. También lo acompañaba la infanta Elena, el único apoyo de la familia que se está haciendo visible en esta primera visita a España.

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La movilidad de Juan Carlos I es muy limitada. Ha bajado del coche con algunas dificultades; lentamente y ayudado del bastón y cogido del brazo de un hombre, ha andado hasta donde lo esperaba el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, otro de sus fieles. También estaba el presidente del clúster de turismo de Galicia y de la cofradía de pescadores, entre otros representantes institucionales. Los periodistas no han conseguido unas palabras del emérito y eso que lo han intentado. "¿Volverá en el mes de junio?", "¿Participará en la regata?". Han probado suerte uniendo esfuerzos y tres o cuatro se han puesto de acuerdo para gritar a la vez: "¡Acérquese!". Telmo Martín decía desde la distancia que no podía llevarlo hasta allí.

Después de hacerse una fotografía con los tripulantes del Bribón, ha entrado en el club. Allí una periodista gallega le ha entregado unos zuecos típicos de las zonas rurales de Galicia que tenían su cara y la de la reina Sofía dibujadas. "Pero si no llueve", asegura que le ha dicho Juan Carlos I. Ella le ha explicado que hace años ya le habían regalado unas a su esposa. A continuación, adentro del club ha recibido un aplauso de la junta directiva y socios del club, así como de miembros de las demás tripulaciones que participan en la regata. Habrá que ver ahora si se decide a ocupar la plaza de patrón del Bribón o la observa desde una lancha. "¡Fabuloso, fabuloso!", expresaba María Esperanza, una mujer que sufría por si los periodistas le tapaban la llegada de Juan Carlos I, a quien tantas veces ha visto en Sanxenxo.