¿Qué aprender de los errores de Valencia para canalizar la ayuda?
Cataluña tiene protocolos para actuar en caso de emergencia: desde cómo organizar el voluntariado ocasional hasta dónde situar los puntos de distribución de alimentos
BarcelonaLa emergencia por la DANA de Valencia ha vuelto a evidenciar el impulso de ayudar de la sociedad cuando existe una catástrofe. Se trata de un impulso que, de no estar bien organizado, puede acabar siendo ineficaz. Los llamamientos de alcaldes de los pueblos afectados diciendo que no necesitaban más alimentos se sucedían a la vez que en toda la geografía surgían puntos de recogida de alimentos y de ropa. "Siempre habrá recogidas solidarias, esto es así", afirman desde una pequeña entidad que tuvo que abrir el local a las donaciones que los vecinos les hacían llegar, aunque no estaban de acuerdo. Valencia, como la pulsión de grupos de voluntarios yendo a recoger a menores ucranianos en la frontera al inicio de la guerra, son lecciones para evitar.
La solidaridad espontánea
Para el presidente de la Federación Catalana del Voluntariado Social, Ramon Nicolau, Valencia evidenció que la solidaridad se activa "desde el minuto cero", pero también que hay que saber encauzarla en caso contrario, señala la jefa del Servicio Logístico Operativa Territorial de Protección Civil, Rosa Mata, existe un "riesgo" que todo resulte un desbarajuste, porque la "coordinación" es clave. caso de una emergencia local, la autoridad recae en el alcalde (que puede), o en el titular de la consejería de Interior, si se activa el Centro de Coordinación Operativa de Cataluña (CECAT) o es una situación de más alcance. En cualquier caso, insiste la responsable, siempre existe una "máxima coordinación" porque el mundo local es el que tiene el conocimiento sobre el terreno. Además, se pueden movilizar a los voluntarios de Protección Civil (con una formación específica). y Cruz Roja o se puede pedir colaboración de otros ayuntamientos.
Organización de personas
El primer fin de semana después de la gran riada, los miles de voluntarios llegados para ayudar con la limpieza desbordaron todas las previsiones e hicieron que la inmensa mayoría se autoorganizaran para llegar andando a los pueblos afectados. En este punto, Mata apunta a la experiencia de las inundaciones de Alcanar, en la que el Ayuntamiento hizo un llamamiento para pedir a los voluntarios que se necesitaban. Este detalle es importante, porque con el control del personal se pueden "dar instrucciones" claras sobre qué deben hacer, dónde pueden trabajar sin riesgos ni peligros y –también básico– se les pueden ofrecer herramientas y material de protección. Mata apela también al "sentido común" para que el afán de ayudar siempre sea prudente y no entorpezca los trabajos urgentes. "En Valencia hemos visto a mujeres embarazadas de voluntarias, con el peligro que hay en un área llena de barro y chatarra", subraya. Durante la emergencia de Alcanar, se realizó un seguro a todos los voluntarios registrados.
Recogida de material
¿Es práctico recoger material para después enviarlo a cientos de kilómetros de distancia y redistribuirlo? La respuesta es que no y que, en la medida de lo posible, estas iniciativas deberían sustituirse por la recogida de dinero, siempre, eso sí, a través de entidades e instituciones de confianza. Pese al acuerdo mayoritario, en cada emergencia se multiplican iniciativas de este tipo, que complican y encarecen la distribución de las donaciones. Es difícil frenar estas ganas de ayudar, admiten las entidades, para las que negarse puede resultar contraproducente e incluso generar mala imagen. En Valencia, pocos días después de la DANA, se rechazaron camiones enteros con comida, porque no hacían falta y porque, con los locales destrozados, el reparto era complicado.
Anticipación y comunicación
Mata sostiene que el mando de la emergencia debe ser capaz de "reaccionar y anticiparse" a los problemas o situaciones antes que la población y afirma que para ello es necesaria una preparación previa de canales de información para comunicarse de una forma rápida y clara. En una emergencia existen muchas áreas que pueden quedar afectadas, como ha ocurrido en Valencia, donde el agua y el barro han inhabilitado escuelas, centros de salud y tiendas. De la DANA puede extraerse la lección de reforzar la coordinación entre municipios y de entender que las zonas afectadas son también puntos de peligro. Junto con una guía del voluntariado ocasional, Protecció Civil ha elaborado recientemente una guía de cómo deben habilitarse centros de acogida según la duración de la atención (pabellones, albergues, viviendas, etc.) y de dónde situar los puntos de recogida y distribución de material.