Barcelona

Ciutat Vella frena la apertura de supermercados y tahonas por el crecimiento "desmesurado"

El Ayuntamiento endurece el plan de usos del distrito y también vetará nuevas oficinas de cambio de moneda para hacer frente al monocultivo turístico

BarcelonaNuevas limitaciones en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona para intentar hacer frente a los monocultivos turísticos. El gobierno municipal ha anunciado hoy que endurecerá las condiciones recogidas en el plan de usos del distrito para frenar la apertura de nuevos supermercados de más de 400 metros cuadrados (hasta ahora se limitaba a los más pequeños) en lugares donde ya haya una concentración elevada, de oficinas de cambio de moneda y de panaderías con obrador. Esta última licencia se ha usado en los últimos años para abrir establecimientos de comida para llevar.

El regidor de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, ha remarcado que han detectado que estas actividades se están implementando de manera "desmesurada" y ha citado como ejemplo la docena de súpers de más de 400 metros cuadrados que han abierto desde que se aprobó la regulación, en 2018, o el boom de panaderías que, en la práctica, venden pizza o empanadas para llevar. También se quiere limitar la apertura de establecimientos alimentarios de venta al por mayor que se ha detectado que acaban funcionando como comercios minoristas. Por eso, el gobierno municipal ha considerado que es el momento de revisar las normas del juego: endurecer estos puntos y, en paralelo, hacer más fácil la apertura de espacios culturales y deportivos, que se considera que ahora tienen una regulación demasiado exigente.

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Lo que se ha aprobado ahora es una suspensión de licencias acotada a cuatro meses para poder introducir los cambios que se acuerden en el plan de usos. Una medida que, como ha remarcado el PSC, ha sido clave para garantizar el apoyo de los socialistas a los cambios. "No podemos poner bastones en las ruedas sine die", ha defendido la regidora de Comercio, Montserrat Ballarín (PSC), que ha coincidido que han pasado suficientes cosas en los últimos años como para hacer necesario cambiar las normas del juego que regulan los establecimientos del centro de Barcelona.

La Rambla, al margen

Lo que no queda incluido en esta nueva regulación es la Rambla, que se considera una zona con dinámicas propias y ya se dejó al margen del plan de usos. Según Rabassa, lo que se busca con la modificación es proteger el comercio local y hacer frente a los monocultivos turísticos.

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El plan de usos del 2018 es el sexto de los que se han aplicado en Ciutat Vella, que es la zona más veterana de la ciudad en la regulación de actividades de esta forma. El plan actual incluye todo el distrito menos la Rambla, y la modificación que ahora se quiere aprobar tendrá el mismo marco territorial. El primer paso ha sido la publicación, este viernes, en el Butlletí Oficial de la Província de Barcelona (BOPV) de la suspensión de licencias.