Colas interminables para conseguir un Labubu en Barcelona

Barcelona"Es como volver a ser pequeño con los cromos, pero ahora esto es lo jackpot de los juguetes para grandes", reconoce Pau con dos cajas de cartón de unos 10 centímetros en sus manos. Él y su amigo Marc son sólo dos de las más de 2.600 personas que este sábado han inundado el Portal del Ángel de Barcelona por ser de los primeros en conseguir una figura de Pop Mart. coleccionistas y ahora ha aterrizado en pleno centro de Barcelona con los Labubus –unos muñecos de peluche que se cuelgan en la mochila– como principal reclamo. y, como ocurre con los sobres de cromos, tú compras una figura por unos 15 euros sin saber qué personaje te tocará. Labubu The Monsters Wacky Marte, que está formada por personajes disfrazados de alimentos como un bote de fideos chinos o una gamba rebozada con tempura, uno de los productos que ya se ha agotado en el primer día de la nueva tienda en la capital catalana.

La forma y motivos para interesarse por las figuras que ha popularizado Lisa de Blackpink –un grupo de K-pop que actúa el 9 de agosto en Barcelona– son muy diversos. "Hace tiempo que lo vi por Instagram y con mis amigas somos muy fans del blind box –las cajas con productos sorpresa–; no queríamos perdérnoslo", explica Alexia, que tiene 14 años y ha convencido a sus padres para venir desde Hospitalet a hacer cola.

Los preciados 'secretos'

En cambio, Jordi, de 29 años, que sus amigos consideran "la mano de la suerte", lleva años aficionado a hacer colecciones y el año pasado empezó a interesarse por las figuras de Pop Mart. "Había una tienda en la calle Pelayo e iba a menudo a probar suerte. Allí fui conociendo a otra gente con la que teníamos lo mismo feeling y ahora son mis mejores amigos", recuerda. Le llaman mano de la suerte porque dentro de su pandilla siempre piden que sea él quien elija qué caja compran para intentar conseguir los secretos, unas figuras limitadas y desconocidas que existen en cada colección, y que son muy difíciles de encontrar. Para ello, Jordi se ha estudiado al detalle las características de cada figurita que se detallan por internet. "Miro el peso, si tienen piezas, si se mueven..." explica sacudiendo una de las cajitas, un movimiento que se repite entre los clientes que hay en el local.

"Esta mañana ha venido mi mejor amiga –ha dormido haciendo cola para ser de las primeras– y me ha conseguido un secreto; sé que tienen mucho valor, pero yo me lo quedaré porque es lo primero y es especial que lo haya conseguido alguien que quiero", detalla Jordi. Aclara que se la quedará porque, como explica Marc, "dentro del juego también hay una parte especulativa". "Pagas 15 euros para ver qué figurita te toca, pero si consigues un secreto de una colección muy limitada, puedes venderlo por internet por 300 o 400 euros", explica, aunque él también asegura que su intención no es hacer negocio con las figuritas. "Para mí tiene la misma gracia que cuando de pequeño iba a una de esas máquinas en las que había unas bolas con juguetes sorpresas. Tiene un punto mágico que lo hace emocionante", defiende.