Barcelona

Colau y Trias apresuran a Collboni a escoger entre uno u otro: "Es alcalde por accidente"

El alcalde de Barcelona aprueba el aumento del 4% de los sueldos con los votos de Junts y PP y la abstención de ERC

Barcelona"Hoy gobiernan en minoría gracias a los votos de PP y BComú y en contra de la opinión de la mayoría". "Usted es alcalde por accidente, le votamos como mal menor". Así han recibido, primero Xavier Trias, de Junts, y después Ada Colau, de BComú, el discurso inicial del nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en el pleno que da el pistoletazo de salida oficial al curso político: el que aprueba la nueva estructura municipal. Una sesión que ya ha dejado ver a los dos exalcaldes (Trias y Colau) ocupando sendos puestos entre las sillas de la oposición. Ambos han coincidido en la crítica a la ambigüedad inicial del gobierno de Collboni y en pedirle que se posicione de forma clara sobre con quién va a gobernar. Si lo hará, de nuevo, con los comuns, o si buscará el entendimiento con Junts.

Trias ha avisado de que, en función de cuál sea la respuesta, encontrarán en ellos mano tendida u oposición. Y Colau ha advertido a Collboni de que no confíe en el recurso de la "geometría variable" para aprobar temas neoliberales con Junts y los sociales con los comuns. Y aseguró que sabe, por propia experiencia (ella empezó con 11 concejales), que la ciudad no se puede gobernar "bien" con tan pocas manos y que el reparto de carteras que hoy se aprueba es "de supervivencia". Los socialistas, en cambio, han sacado pecho de tener mecha para rato y poder gobernar el tiempo que sea necesario con sus diez concejales. "No es óptimo y no es nuestro objetivo", admitió Collboni, quien, con todo, defendió que ya gobiernan y que continuarán gobernando.

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Vox y 'Gladiator'

El pleno ha aprobado, sin sorpresas, todos los elementos de la nueva estructura, incluida la subida del 4% de los sueldos de los cargos políticos, congelados desde el 2011. Pero este punto ha generado mayor confrontación. Vox, que ha votado en contra de prácticamente todos los puntos al considerar que la nueva organización los minimiza con una especie de "cordón sanitario", se han pronunciado "absolutamente en contra". Los comuns, que cuando llegaron al Ayuntamiento ya intentaron sin éxito una bajada general de sueldos, han votado en contra del aumento del salario de los políticos (pero no el de los técnicos y gerentes) y han criticado que un alcalde que ya cobraba más que el presidente del gobierno español se suba todavía más la nómina (Collboni cobrará 104.000 euros brutos anuales). ERC se ha abstenido en este punto, que, sin embargo, ha quedado aprobado con los votos de PSC, Junts y PP.

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El resto de decisiones que se discutían, como el nombre de las cuatro comisiones con las que funcionará el Ayuntamiento o sus presidencias, sólo han contado con el rechazo de Vox, que ha avanzado que pedirá algún cambio para fijar un reparto "estricto" de presidencias y asesores (tendrá sólo dos asesores, uno para cada concejal). Para ejemplificar su queja, ha recurrido al símil cinematográfico: de la película Gladiator, cuando atacan a escondidas al protagonista para que luche con desventaja. "Nos quieren dar una puñalada para que no podamos rendir".

"Jugó mal las cartas"

También el otro socio necesario para hacer alcalde Collboni, Daniel Sirera (PP), admitió que aquella fue una "decisión no exenta de riesgos" y reprochó a Trias que intentara optar a la alcaldía de la mano de ERC. "No se presentó solo, jugó mal sus cartas", le dijo. Y ha alabado decisiones del nuevo alcalde socialista como volver a poner la foto del rey y la bandera española en su despacho. Trias ha asumido el dardo haciendo valer el nuevo papel clave de Junts en la negociación de la investidura del presidente español. "Ahora nos dicen que tenemos la oportunidad de detener la derecha. Son los mismos que hace cuatro días menospreciaban a Puigdemont, cómo cambian las cosas...", ha dicho.

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El PP ha garantizado que estará "al lado" del nuevo alcalde pese a que los comuns "también puedan estar de alguna manera", aunque su línea roja inicial era, precisamente, que los de Colau no entraran en el gobierno municipal. Y ERC, en un papel más neutral, no se ha posicionado sobre posibles acuerdos de futuro y se ha limitado a defender que su función será la de "fiscalizar". Todo, para empezar un curso político con un gobierno monocolor socialista que en el Ajuntament todo el mundo da por hecho que podría cambiar ya en otoño. Sea como fuere, el nuevo mandato municipal ya está en marcha.