Madrid ya tiene ocho veces más salas de juego que Barcelona
En la capital española se han abierto 50 nuevas desde 2019, mientras que en la capital catalana ya no se autorizan
BarcelonaEn abril de 2021, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó un plan que permitía aplicar criterios urbanísticos para, en la práctica, impedir que abrieran nuevos locales de juego y apuestas en la ciudad. El objetivo era hacer más restrictivas las normas del Govern, que es quien otorga las licencias y que ya tenía un tope fijado para estas actividades en el conjunto del país, y garantizar que, a partir de entonces, la cifra de 51 establecimientos de este tipo que hay en la ciudad (35 salones de juego, 15 bingos y 1 casino) se mantuviera e, incluso, tendiera a la baja. Se estipulaba que no podría abrir ninguna sala de juego a menos de 800 metros de cualquier centro educativo, ni a 450 metros de equipaciones como centros de salud o bibliotecas.
Estos requisitos hacen inviables las nuevas aperturas y garantizan que, si uno de los locales que ya funciona baja la persiana, solo pueda abrir otro en el caso muy remoto de que se cumpliera con el nuevo régimen de distancias. La decisión se tomó, según el gobierno de Colau, para proteger la salud de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, teniendo en cuenta el crecimiento "alarmante" del problema de las adicciones. La encuesta de salud de la ciudad, sin ir más lejos, refleja que, el último año, el 6,5% de los hombres y el 1,7% de las mujeres han hecho un uso "problemático" del juego. Y que el porcentaje en el caso de los hombres crece hasta el 18% si se mira la franja de edad 25-34 años.
Desde que Barcelona aprobó la regulación, la lista de salas de juego en la ciudad no ha cambiado. Se mantiene en 51, mientras que con la pandemia este tipo de establecimientos han tenido un crecimiento pronunciado en ciudades como Madrid, que ya partía de una cifra mucho más alta (378) y donde se han abierto 50 nuevos desde 2019. Ahora, la capital española tiene concedidas 428 licencias de salas de juego de azar privadas (a pesar de que una treintena constan como temporalmente cerradas en el censo de locales), una cifra ocho veces más alta que la de Barcelona. Y supera de muy largo la de toda Catalunya, donde los topes del Govern fijan un máximo de 75 bingos (ahora hay 70 autorizados y cinco peticiones en trámite), cuatro casinos (ya se ha logrado el máximo, pero se autorizarían, también, los del complejo de Hard Rock) y 127 salones de juego (ya se ha llegado al máximo), y donde no se autorizan las casas de apuestas.
Si se mira la ratio de establecimientos de este tipo en función de la población, en Madrid hay 13 para cada 100.000 habitantes, y en la ciudad de Barcelona, 3. Es decir, una ratio cuatro veces más baja en Barcelona, según recogen los datos de un informe del Ayuntamiento que compara la evolución del sector en las dos ciudades. El plan de usos aprobado en Barcelona puso en guardia a otros municipios metropolitanos, como Montcada i Reixac o Santa Coloma de Gramenet, que ante la inquietud de acabar atrayendo más negocios de este tipo aplicaron regulaciones similares. También municipios como el Prat de Llobregat o Sabadell suspendieron el otorgamiento de nuevas licencias mientras no redactaban una regulación.
La comunidad autónoma que tiene más establecimientos de este tipo es Andalucía (913, según los datos del 2020), seguida del País Valenciano y Madrid. Catalunya ocupa el octavo puesto de la lista. Si se mira el dato en función de los habitantes, sin embargo, Catalunya cae hasta la última posición y los primeros puestos los ocupan Murcia y Melilla.
Distribución desigual
Si se ponen sobre el mapa las 51 salas de juego y bingos que tiene Barcelona se ve, además, que, como pasa con las máquinas tragaperras, suelen concentrarse más en el centro y en los barrios de rentas más bajas. En el distrito de Les Corts, por ejemplo, solo hay uno y se sitúa prácticamente en la frontera con el Eixample, y en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi hay tres, pero tocando al Eixample o Gràcia, hacia las zonas de Sarrià y las Tres Torres. En el centro, en el entorno del Raval hay nueve (y tres más muy concentradas en Sant Antoni). Vilapiscina y Torre Llobeta, en Nou Barris, una de las zonas de la parte baja en cuanto a ingresos disponibles, agrupa tres en pocos metros y un cuarto también muy cerca, pero ya en el barrio de Porta.