Barcelona

El primer proyecto que Collboni deja caer: los ecochaflanes del Eixample

El nuevo gobierno critica el urbanismo táctico y sólo hará una de las cinco actuaciones comprometidas en la calle Aragó

BarcelonaSi hasta ahora el gobierno de Jaume Collboni ha ido asumiendo el grueso de los proyectos puestos en marcha por el de Colau (como la reforma de la ronda San Antonio o las restricciones a los grupos turísticos en Ciutat Vella), este viernes ha anunciado la primera renuncia. Las damnificadas son las reformas tácticas que debían realizarse en cinco chaflanes de la calle Aragó: los bautizados como ecochaflanes, que eliminaban plazas de coche (y reubicaban contenedores) para ganar espacios de estancia con nuevo mobiliario, jardineras y bancos. El Ayuntamiento ha comunicado que hará sólo uno, de ecochaflán, el de Aragón con Bruc, y que lo hará sin el cuestionado urbanismo táctico. Será, pues, una obra pensada ya para ser definitiva porque los de Collboni creen que así se integrará mejor en su entorno y porque rechazan utilizar urbanismo táctico fuera del contexto de emergencia. Denuncian su elevado coste de mantenimiento y, en algunos casos, los problemas de accesibilidad porque crea nuevas rampas y escalones, y lo avalan con un informe del departamento de Obres i Manteniment del Eixample fechado el 6 de julio.

Lo que quedará en nada son los otros cuatro chaflanes de la calle Aragó que se tenian que reformar con elementos tácticos: Viladomat, Urgell, Nàpols y Entença. ¿El motivo? Además del rechazo al urbanismo táctico, la "dificultad" que aseguran que comporta tener que reubicar contenedores y plazas de carga y descarga en la trama del Eixample, sobre todo –añaden– en torno a las calles de la nueva supermanzana.

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Los ecochaflanes del Eixample eranuno de los proyectos seleccionados en los presupuestos participativos. Estaban aprobados desde abril, con un presupuesto de unos 700.000 euros, y se había anunciado el inicio de obras para junio. Ahora, sin embargo, se hará solo el de la calle Bruc, donde coinciden l'Escola de la Concepció, el mercado, el Conservatori Municipal y la sede del distrito del Eixample. Según el Ayuntamiento, el hecho de que se concentren tantos equipamientos hace necesario que la intervención no sea táctica porque es una realidad "más compleja" que la de un entorno escolar, ya que tiene más necesidades de movilidad y reurbanización. Y la idea es hacer esta reforma durante el primer trimestre del próximo año.

"Un desprecio"

La decisión de no realizar los ecochaflanes comprometidos es "un desprecio a lo que han votado los vecinos", a juicio de Genís Domínguez, de Eixample Respira, que es la entidad que había impulsado la iniciativa y que hoy mismo ha recibido la llamada que les informaba de que no se hará. Lamentan que ya introdujeron muchos cambios en la propuesta para hacerla más asumible y que se pasó, por ejemplo, de los 14 ecochaflanes iniciales a sólo cinco. Y que la decisión va en contra de la que ahora es su principal lucha: reducir el actual papel de Aragó como autopista urbana. "Si se había votado así, debería haberse respetado aunque haya habido cambios en el gobierno", añade Xavier Riu, de la asociación de vecinos de la Esquerra del Eixample. También Barcelona en Comú ha criticado la decisión. Consideran que lo que se va a hacer es un "proyecto mucho menos ambicioso" y que no respeta la votación vecinal. La exresponsable de Urbanisme, Janet Sanz, defiende en este sentido que los ecochaflanes ya habían pasado "todos los avales técnicos".

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Lo que el gobierno municipal sí ha confirmado es que mantiene la eliminación de un carril de tráfico en las calles Aribau y Muntaner, que era otro de los proyectos escogidos en los presupuestos participativos en el Eixample y que, aunque se ha retrasado, se prevé empezar en septiembre. También se hará entonces la propuesta de hacer más verde y jugable la plaza Letamendi y la pacificación de los entornos de las escuelas Arbret y Llorers, en la calle Aragó. No se menciona, en cambio, lo que era otra de las grandes reivindicaciones vecinales: la pacificación de la calle Rosselló desde la Modelo y hasta Urgell, que era propuesta de la asociación de vecinos. "Nos dicen que no está muerto, pero habrá que afinar algo", explica Riu.