Estos son los nuevos radares para cazar 'fitipaldis' en Barcelona

BarcelonaPrimero informar y, si no hay un cambio de hábitos, empezar a sancionar. Esta es la filosofía con la que el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha este lunes 17 nuevos radares en el interior de la ciudad, doce de los cuales delante de centros escolares para garantizar que los vehículos pasan a menos de 30 km/h. Los cinco restantes se ubican en puntos donde se habían detectado excesos reiterados de velocidad, como la calle Aragó en el tramo que va de Casanova a Urgell o la Diagonal a la altura del Palau de Pedralbes y de la calle Numància, con el objetivo de garantizar que se cumple el límite de 50 km/h.

Los aparatos van acompañados de una pantalla, enfocada a los conductores, que les muestra la velocidad a la que han pasado por delante del radar y, hasta principios del año que viene, todo quedará aquí: los infractores serán advertidos de su falta, pero no recibirán ninguna multa. A partir del mes que viene, sí que se les hará llegar una comunicación a casa informándolos de la infracción y advirtiéndolos de que, a partir del mes de enero, esto conllevará una multa de como mínimo 100 euros si el radar detecta un exceso que no supera en más de 20 km/hora el límite. La sanción será de 300 euros y dos puntos del carné si la falta es superior y hasta un máximo de 600 euros y seis puntos menos en los casos más graves.

"El objetivo no es sancionar, sino conseguir un cambio de hábitos. Por eso, no escondemos los radares: explicamos dónde están y tienen una pantalla para que todo el mundo vea a qué velocidad circula", ha defendido la concejala de Movilidad, Laia Bonet, junto a uno de los radares colocados delante de centros escolares. En este caso, el radar está instalado en la calle Indústria, entre Sant Quintí y Conca, justo delante de la Escola Miralletes y el Institut Moisès Broggi, un punto donde, si los conductores no cambian mucho de hábitos, tendría que haber un montón de sanciones.

Esta mañana, a pesar de la presencia de las cámaras y detrás del punto donde se hacía la presentación oficial del proyecto, eran mayoría los conductores que superaban de largo los 30 km/h: con el semáforo de Indústria en verde y pasadas las diez de la mañana –fuera ya de las prisas de la hora punta– ha habido momentos en los que ninguno de los vehículos en circulación ha bajado de los 30 km/h: 15 de los 15 que han accedido al tramo controlado lo han hecho infringiendo el límite. Y los que corrían demasiado siempre han sido mayoría.

Mayoría de infractores

El récord que ha presenciado este diario ha sido de 50 km/h y también ha visto algún autobús de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) superando de largo los 30 km/hora, una falta que la concejala de Movilidad no ha aclarado si recaería sobre el conductor o sobre la empresa en caso de que se diera ya en fase de sanciones. En la calle Aragó, uno de los puntos que estrena radar en un tramo donde no hay entornos escolares protegidos (Casanova- Urgell), en cambio, esta mañana el cumplimiento del límite de 50 km/h era más generalizado, a pesar de que se ha instalado radar porque está identificado como uno de los puntos negros en cuanto a los fitipaldis.

Después del confinamiento de 2020, el gobierno municipal anunció que había detectado un incremento de los conductores que pulsaban el acelerador más de la cuenta y anunció un plan para instalar hasta 46 nuevos radares. La lista, sin embargo, ha quedado reducida de forma notable y, de momento, se han colocado los 12 previstos en entornos escolares, cinco de los 32 anunciados en puntos céntricos y los nuevos radares de tramo que ya están en fase sancionadora en los túneles de Glòries, la Rovira y Badal, y en la ronda Litoral. En cuanto al resto, Bonet asegura que, si hace falta, también se acabarán instalando, pero que de entrada se empieza con los 17 que se han estrenado hoy y los cuatro radares de tramo que ya están sancionando.

Según la concejala, desde junio ya han servido para enviar más de 6.000 avisos a conductores que superaban el límite, pero todavía no hay datos de cuántas multas se han impuesto desde que el 2 de septiembre se acabó el periodo informativo. La concejala de Movilidad ha insistido en que todas estas medidas buscan avanzar hacia el objetivo de tener una ciudad con 0 accidentes mortales o con heridos graves y ha admitido que preocupan los datos de siniestralidad de este 2022: 18 víctimas mortales en accidentes, 15 de las cuales motoristas.

Bonet también ha expuesto que, a pesar de la coincidencia de muchas obras en las calles de la ciudad (desde la superisla del Eixample a la nueva Via Laietana), el curso ha empezado sin grandes complicaciones de tráfico y ha confiado en que las rebajas en el transporte público contribuirán a la recuperación de pasajeros en metro y bus: ahora el metro transporta al 96% de los pasajeros que movía antes de la pandemia y el bus dibuja una recuperación más lenta y todavía solo mueve al 86% de los pasajeros que movía antes.