Pobreza

Uno de cada tres habitantes de la región de Barcelona vive en exclusión social

Un estudio de Cáritas alerta de que la pandemia ha llevado a 300.000 personas más a la precariedad

ARA
y ARA

Barcelona885.000 personas de la diócesis de Barcelona viven en situación de exclusión social, cosa que representa alrededor de un tercio (el 32%) del conjunto de la población de la zona. Es la alerta que ha dado este martes Cáritas, que, a través de un estudio hecho en colaboración con la Fundación Foessa, ha constatado que ahora hay 300.000 personas más en situación de precariedad que antes del estallido de la pandemia. La conclusión del informe es que por ahora uno de cada tres habitantes de la región de Barcelona tiene dificultades para acceder a derechos básicos como la vivienda, la alimentación o la calefacción. 

El informe también expone que se han doblado los casos de trastornos mentales diagnosticados (la cifra pasa del 8% de la población al 17%) y que 20.000 familias han perdido oportunidades laborales por culpa de no tener acceso a la tecnología. Para llegar a estas conclusiones se han encuestado a 1.800 personas en la diócesis de Barcelona, 3.000 en Catalunya y 19.000 en España, y los resultados se han comparado con el último estudio de las mismas características hecho en 2018. Es decir, antes de la pandemia.

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Una de las constataciones del informe es que el empobrecimiento de la población es mucho más acentuado en Barcelona que en el conjunto del Estado: en España la población que está bajo este umbral representa el 23%, mientras que a la diócesis de Barcelona sube hasta el 32%. Y este porcentaje también supera el del conjunto de Catalunya, que se sitúa en un 29%. "Esto se debe, en parte, a una población que depende mucho de las rentas del trabajo y a una proporción alta de personas de origen extranjero, que acostumbran a ser más vulnerables a las crisis económicas", según ha radiografiado Raúl Flores, que es el coordinador del equipo de estudios de Cáritas Española.

El estudio pone el foco, entre otros aspectos, en el empeoramiento de las condiciones de trabajo. En este sentido, revela que 97.000 familias de la diócesis viven con todos sus miembros en el paro (un 3% más que en 2018), y hay 60.000 hogares que tienen la persona que sustenta la familia en situación de paro de larga duración (un 2% más que en 2018). La fotografía muestra, también, que hay 140.000 familias que no tienen acceso a medicamentos por problemas económicos y 33.000 (suman 118.000 personas) que han afirmado haber pasado hambre a menudo en los últimos 10 años, o que la están pasando ahora. Y la exclusión social es más presente en las familias con niños o adolescentes (40%) y todavía más entre las monoparentales y numerosas, en que se acerca al 50%.

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Las familias manifiestan dificultades en todos los ámbitos de la vida, pero destaca que un 36% han tenido que reducir los gastos en alimentación, y un 52% los gastos en vestimenta y calzado. Además, un 11% se han visto obligadas a compartir piso con personas desconocidas, y el 26% han tenido impagos relacionados con la vivienda. 

En cuanto a los problemas de vivienda, Cáritas denuncia en el informe que 520.000 barceloneses viven en una vivienda que no tiene las condiciones para vivir, y que 300.000 residen en un piso que no saben si podrán mantener el mes siguiente por cuestiones financieras y de pago.

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También ponen de relieve que España es uno de los países de la Unión Europea con un parco público de vivienda más reducida. "En Austria y en Dinamarca las viviendas públicas suponen más de un 20% del total. En España, no llega al 1,2%", ha denunciado Míriam Feu, jefa de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona.

20.000 oportunidades perdidas

Los representantes de Cáritas también han puesto el foco en la brecha digital. Denuncian que hay 340.000 familias en Barcelona que no tienen acceso completo al mundo digital y que hasta 20.000 tuvieron que dejar escapar oportunidades por este motivo. Por ejemplo, no pudieron seguir las clases escolares o participar en algunos procesos de selección. Cáritas añade que se puede sufrir de carencia de acceso a la tecnología sin darse cuenta. "Porque acceso a la tecnología no es solo acceso en internet, sino tener los dispositivos adecuados para conectarse. No es lo mismo mandar un mensaje o ver un vídeo, que lo puedes hacer con un móvil, que hacer un curso en línea de competencias profesionales en el que tienes que interactuar", ha argumentado Flores.

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También ha remarcado que, aunque este sea un país rico, viven personas pobres, porque los recursos están mal repartidos. "Y os tenemos que explicar que en este aspecto la situación también ha empeorado", ha dicho. Para argumentarlo, ha mostrado una imagen de un edificio dividido en cinco plantas. "Los vecinos de este edificio son los cinco percentiles de población ordenados, cada 20%, de más ricos a más pobres. Y lo que hemos detectado es que los vecinos del primer piso, los más pobres de la sociedad, han perdido un 41% de los recursos, y los del quinto, los más ricos, han ganado un 20% más".

El estudio se acaba con cinco propuestas para revertir la situación: reimpulsar el modelo de estado del bienestar, aumentar la cobertura de la renta general garantizada y del importe mínimo vital, una política de vivienda que amplíe el parque público, planes de ocupación dirigidos a los colectivos más vulnerables y avanzar hacia unos servicios sociales adaptados a las realidades del siglo XXI.