Casales de verano para olvidar las bombas
Fundesplai organiza campus para 328 niños y adolescentes ucranianos refugiados en Catalunya con el objetivo de integrarlos en la sociedad y educarlos emocionalmente
Platja d'AroEl hotel Comptat Sant Jordi de Platja d'Aro recibe estos días de verano a muchos turistas que vienen a la Costa Brava a disfrutar del sol y la playa. Como es habitual durante estas fechas aquí y en otros muchos puntos de la costa ampurdanesa, familias con niños llenan los apartamentos y restaurantes. Detrás de la piscina, un grupo de unos quince niños y niñas juegan y ríen como unos veraneantes más, como mínimo aparentemente. Ellos, sin embargo, no tienen fecha para marcharse del complejo y volver a su casa como el resto de los huéspedes.
Mariia es la madre de una de estas niñas, que tiene siete años. Huyeron de Ucrania cuando estalló la guerra y llegaron a Catalunya el 5 de marzo, después de refugiarse unos días, primero en Polonia y después en Alemania. Su marido tuvo que quedarse en Yitomir, el pueblo a 120 km de Kiev donde viven, para cumplir con el servicio militar que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski requiere a todos los hombres mayores de edad. La Cruz Roja los acogió y les da desde el 1 de abril alojamiento provisional en este hotel de la Costa Brava. "Mi hija ahora está bien, tiene amigos ucranianos en el hotel con quien jugar", explica.
Desde que empezó el verano, Fundesplai está poniendo a disposición de las madres que lo quieran casales de verano para los niños ucranianos refugiados para ayudar a los niños y niñas a afrontar en mejores condiciones la situación y a hacer amigos que pasan por una situación similar. Estas actividades de verano se enmarcan dentro del plano Temps x Cures del departamento de Igualdad y Feminismos. Generalitat, ayuntamientos, Cruz Roja y Fundesplai trabajan de manera coordinada para ofrecer a los refugiados "servicios de cuidados eficientes y adaptados a sus necesidades", unos servicios que incluyen atención lúdica en los dispositivos de alojamiento de urgencia, servicios de canguro y apoyo a domicilio en casos de emergencia.
"Cuando llegamos la situación no era tan buena –prosigue Mariia–. Mi hija estaba muy cerrada y no quería hablar con nadie. Tenía muy presente el recuerdo de las bombas". Mariia y su hija, como el resto de los menores y generalmente madres que los acompañan, reciben atención psicológica para afrontar las secuelas de la guerra que no se notan a simple vista y que, según les han dicho los profesionales, pueden derivar en consecuencias a largo plazo. "Cuando mi hija escucha ruidos fuertes, se encierra. Le vienen bombas a la cabeza", explica Mariia, que, a pesar de la mejora que ve en su hija, admite que el peso de la guerra todavía las acompañará bastante tiempo.
Trabajar las emociones
"Con los niños, basamos la dinamización en valores como el vínculo y el respeto", detalla Maria Brugués, una de las educadoras de Fundesplai que cuida de los niños y niñas ucranianos alojados en Platja de Aro. "Quizás de entrada no ves su estado de ánimo, pero poco a poco vamos trabajando las emociones para que aprendan a canalizarlas", añade. Los dinamizadores apuntan que las actividades que preparan tienen que tener en cuenta la mochila emocional que los niños arrastran debido a su situación. Las dinámicas, pues, se adaptan a la situación de cada día y no pretenden forzarlos a hacer nada en este caso. "Hay días que algunos niños vienen enfadados y no quieren hacer nada. Si el grupo está disperso, no los haremos sentarse", continúa la monitora.
Del mismo modo, Brugués explica que la actitud de los niños pequeños no es la misma ni mucho menos que la de los adolescentes: ellos son más conscientes de la situación y de los amigos y familiares que han dejado en Ucrania o que tienen distribuidos por Europa.
Un proyecto que va más allá
El programa Temps x Cures, más allá de acoger a los 20.000 refugiados ucranianos que han llegado aproximadamente desde marzo, tiene previsto dar asistencia a más de 200.000 niños catalanes en todo el territorio entre el año pasado y este año, según apunta la directora general de cuidados del departamento de Igualdad y Feminismos, Núria Vergés.
Según Vergés, la voluntad de la Generalitat es atender a largo plazo a los refugiados ucranianos en Catalunya, pero el plan actual es de "emergencia" y, de momento, admite que solo se alargará hasta finales de año. La asistencia a largo plazo, que tendrá como objetivo integrar completamente a estas personas a la sociedad si así lo desean, "aún no está definida y no se materializará en este contrato", afirma la directora general.
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