Más de 3.000 personas centenarias en Cataluña: "Siempre he hecho lo que he querido, no me he cuidado nada"

BarcelonaAna Franco ha cumplido los 100 años este mes de junio, pero quiere dejar claro que todavía se cose ella los vestidos después de toda una vida trabajando de modisto. Lo último que se ha hecho, por ejemplo, es una blusa de color rosa, aunque este martes ha escogido una elegante chaqueta de cuero de color verde. No ha perdido el sentido el humor, es muy irónica y en la residencia donde vive juega al dominó siempre que puede, explican sus familiares, que reconocen que todavía no pueden ganarla. Estuvo más de tres décadas trabajando como jefe de una fábrica textil en Suiza haciendo todo tipo de encargos, desde protecciones para trabajadores de una central nuclear hasta trajes de boda, y dice que todas las prendas que hace una modista son importantes y cada una tiene su secreto para que salga bien. Sin embargo, no tiene tan claro que haya un secreto para vivir un siglo; al menos ella sostiene que no ha hecho nada especial para conseguirlo: "Siempre he hecho lo que he querido, no me he cuidado nada. He bailado mucho y me he divertido bastante".

Es una de las 12 personas centenarias que el Govern ha homenajeado este martes por la tarde porque, por primera vez, el número de mayores de 100 años en Catalunya supera el umbral de los 3.000, según las últimas estimaciones de población del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat). Estas personas son cada vez más numerosas desde los años 80 y, en estos momentos, ya se sitúan en 3.051. Se trata de una muestra más del progresivo envejecimiento de la ciudadanía, ya que la cifra de personas mayores de 100 años prácticamente se duplica cada década, mientras que la población de menos de 15 años va a la baja. De hecho, esta tendencia se mantiene estable desde 2018: la población joven se reduce y el resto de grupos aumenta, especialmente los mayores de 65 años.

Ana nació en 1925 y, en plena Guerra Civil, trabajaba haciendo las cartillas de racionamiento que se entregaban para conseguir productos de primera necesidad, como ropa y comida. Cuando acabó la guerra logró trabajo en una joyería y hacía piezas de bisutería hasta que una amiga suya la convenció para marcharse a Suiza porque allí había más trabajo que aquí. Después de una temporada trabajando como camarera, encontró trabajo de modisto en la fábrica donde la acabarían haciendo cabeza durante más de 30 años. "Soy muy sencilla, me gustan las cosas naturales", explica ahora que ya está jubilada, aunque sigue cosiendo siempre que puede. Como ella, el número de personas centenarias ha crecido exponencialmente en los últimos años.

Si en 1985 había 185 personas en Cataluña que tienen 100 o más años, en 1995 ya había 370, y en las siguientes décadas el número aún se aceleró más: en 2005 eran 815 y en 2015 eran 2.06. En la última década no se ha seguido el mismo ritmo en la progresión, pero en todo caso han aumentado un millar y la gran mayoría son mujeres: ellas son 2.549 y ellos, 502. Para el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ésta es una "señal de la calidad de vida" que existe en el país. "Hay que trabajar, debemos comer bien, pero tenemos calidad de vida", ha defendido Illa, que también ha reivindicado la sanidad pública y un sistema de cuidados que atienda al envejecimiento de la población. Para el presidente, tener una población envejecida es "una riqueza".

Más envejecida

Catalunya alcanzó el pasado julio los 8.154.627 habitantes, una cifra provisional que representa un aumento de 41.137 personas durante el primer semestre del año, de acuerdo con las estimaciones que el Idescat ha publicado este martes. En términos interanuales –es decir, en comparación con los datos del 1 de julio de 2024– supone un crecimiento del 1,1% de habitantes. En cuanto al aumento de las personas centenarias, Daniel Rosselló, médico especialista en geriatría del Consorcio Sanitario de Terrassa y vocal de docencia de la Sociedad Catalana de Geriatría y Gerontología, explica que entre un 20% y un 40% de estos casos tan longevos están asociados a factores genéticos, si bien es necesario más investigación.

Para entender el envejecimiento de la ciudadanía es necesario mirar la evolución de los diferentes grupos de edad desde 2018. En este tiempo, la población de 0 a 15 años ha disminuido en 97.786 personas, mientras que los grupos de 16 a 64 años y de 65 años o más han aumentado en 497.957 personas y 2. Ahora bien, si tomamos los datos del último año, el grupo correspondiente a los menores de 15 años desciende un 1,9%, la franja de entre 16 y 64 años aumenta un 1,4% y los mayores de 65 años crecen un 2,3%.

Rosselló asegura que los profesionales de geriatría cada día ven cómo sus pacientes tienen edades "más extremas". De hecho, este último grupo representa ya el 26% del total de la población, lo que supone un nuevo récord histórico y un incremento de diez puntos respecto a hace cuatro décadas. "Para nosotros, los pacientes de 80 años son jóvenes", afirma el experto.

Crecimiento generalizado

El grupo de personas de entre 60 y 79 años alcanza máximos, y ya supone un 20,1% de la población. En cambio, el grupo de mayores de 80 años, que también crece ligeramente respecto al primer semestre de 2025, ahora con el 5,95% de los habitantes, no supera en porcentaje el récord del 6,1% alcanzado en 2017 y 2018.

La población aumenta en todas las demarcaciones en el primer semestre de 2025: en Barcelona en 26.292 personas, en Tarragona en 7.310, en Girona en 5.072 y en Lleida en 2.463. En relación a un año atrás y en términos relativos, donde más aumenta la población es en Tarragona y en Lleida, con un crecimiento interanual del 2,2% y del 1,4%, respectivamente. En Girona el crecimiento interanual es del 1,1% y en Barcelona del 0,9%.