Tribunales

Un ciberacosador de menores con dos caras

Un depredador sexual de menores para el cual piden 140 años se defiende diciendo que le piratearon el Instagram

Barcelona¿Una persona puede tener dos caras? Esto es lo que opina la Fiscalía de un ciberacosador sexual de menores para el cual pide 140 años de prisión. Para la familia de su novia, era un joven responsable que se prestaba a ayudar el hermano pequeño de la novia durante el trance de la separación de sus padres. Pero en las redes se convertía en un depredador que, oculto detrás de un perfil falso de Instagram, era capaz de amenazar de muerte al adolescente y manipular a algunos de sus amigos como títeres sexuales. Según la Fiscalía, el acusado amedrentó al chico hasta conseguir que lo pusiera en contacto con varias amigas a las cuales acabó forzando para mantener videollamadas desnudas o masturbándose si no querían que su amigo o ellas recibieran daño.

Ante el tribunal de la Audiencia de Barcelona –que lo ha empezado a juzgar este martes–, el acusado ha vuelto a adoptar el primero de los roles y se ha presentado como una víctima más. A preguntas de su defensa –se ha negado a contestar a las acusaciones–, el hombre ha negado haber forzado a los adolescentes y se ha defendido explicando que hacía tiempo que le habían pirateado la cuenta de Instagram. La tesis de la defensa es que el acoso era obra de una banda de la Mina con la cual el mismo acusado y el hermano de su novia habían tenido un conflicto anterior. El chico, sin embargo, lo ha negado.

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Todo empezó en el verano de 2018. Uno de los adolescentes, de 15 años, empezó a recibir amenazas de muerte en Instagram. El perfil que las enviaba lo sabía todo de su vida y utilizaba los detalles para hacer más creíbles las amenazas. "Si no haces lo que te digo, te mataré", le repetía el perfil en mensajes diarios a altas horas de la madrugada. Entonces él no lo sabía, pero se trataba del novio de su hermana. "Para mí era más que un amigo, era un referente", ha explicado el chico. El acusado se ofrecía a llevarlo a la escuela, se convirtió en su confidente e incluso, cuando le confesó que hacía meses que lo asediaban, le ofreció consejo.

"Tenía mucho miedo"

Aumentando el engaño, le dijo que él también conocía a la supuesta banda de la Mina que lo amenazaba y que mediaría. Nunca le recomendó ir a la policía. "¿Por que no lo denunció?", le ha preguntado la fiscal. "Tenía mucho miedo", ha dicho el chico. Es el mismo temor que el acusado infundió en una decena de chicas más –de entre 13 y 14 años– con las cuales el joven se puso en contacto. El acusado utilizaba detalles y fotografías para hacer más reales las amenazas. "Un día en el parque recibimos una foto desde este perfil del lugar donde estábamos sentados en aquel momento", recordaba el novio de una de las víctimas. Su pareja llegó a hacer más de veinte videollamadas sexuales con el acusado, que siempre tenía la cámara apagada. En una de las ocasiones el depredador les obligó a grabarse a los dos manteniendo relaciones sexuales.

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La novia de la primera víctima también acabó en la boca del lobo. "Lo conocía, hacía seis años que salía con una chica, era adulto y parecía muy responsable", ha dicho. Ha explicado que un día, mientras estaba con ella, el procesado habría "fingido" recibir una llamada del supuesto acosador pidiéndole que se liara con ella si no querían acabar mal los dos. "Tenía 13 años, era muy inocente", se ha justificado.

Finalmente una de las víctimas se decidió a denunciar. Poco antes, en una de las videollamadas la cámara se conectó por error y dejó a cuerpo descubierto parte del rostro del depredador. Las víctimas entonces no lo reconocieron, pero han asegurado en el juicio que a partir de aquel momento el hombre empezó a abonar la tesis de que hacía tiempo que le pirateaban la cuenta de Instagram.