Gabriela Ramos: "Culpando a los inmigrantes sólo se consiguen sociedades más frágiles"
Subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco
BarcelonaLa mexicana Gabriela Ramos, subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco, exhibe diplomacia en su sonrisa y en un discurso medido en el que evita cualquier reproche incluso a los ministros que han declinado su invitación al Foro Global contra el Racismo y las Discriminaciones que la Unesco ha llevado a Barcelona.
El racismo se practica sin vergüenza y no sólo en la calle, también en las instituciones.
— Lo cierto es que ahora vemos una tendencia de promoción de discurso racista en altos niveles de poder y éste es un problema. Desde la Unesco hemos querido tomar una fotografía a escala internacional, porque es difícil tener indicadores comparables en términos de definiciones y de qué es lo que preguntan las diferentes instituciones estadísticas. Simplemente, navegamos por internet y registramos las noticias de medios de comunicación de buena reputación respecto a cómo ocurre el racismo y la discriminación, cuáles son los casos, cuáles son los tipos. Pudimos concluir que casi un tercio de los perpetradores son individuos, un tercio, instituciones, incluyendo escuelas, sistema policial, bancos, etc. Y otro tercio es sistémico, quizá sea el más invisible e imposible de identificar, porque tiene que ver con que comunidades racializadas tienen menos acceso a la educación, a los trabajos, a la vivienda.
Pero es sintomático que horas después de la caída del régimen de Bashar el Asad, países de la UE se apresuren a devolver refugiados sirios. ¿No marca el camino de la xenofobia?
— Creo que uno de los temas en los que deberíamos cambiar las narrativas es el tema de la migración, porque es evidente que el tema de la integración no es un tema sencillo cuando tienes lenguas diferentes, culturas diferentes, códigos diferentes, claro que no es sencillo, pero es posible hacerlo. Y Europa es un continente que envejece, es un continente que necesita mano de obra. Entonces, desde la perspectiva económica, los migrantes son positivos para Europa.
Pero la ultraderecha se esparce por todas partes, también por los gobiernos.
— Bueno, yo no quiero meterme en temas de discusiones de política ni de caracterización de ultra o no ultra, porque no es mi papel en términos de la Unesco. Lo que sí puedo notar es que existe evidentemente una instrumentalización de este fenómeno, que es complejo, para utilizarlo de chivo expiatorio de muchos de los problemas sociales que estamos enfrentando. No podemos aceptarlo. Yo no hablo de quien lo está haciendo pero es una salida fácil.
¿Hay que hablar de integración?
— Es evidente que la integración no es sencilla. Pero ciudades como Barcelona o Londres, donde existe un gran porcentaje de población extranjera, funcionan muy bien. ¿Por qué? Porque existe una política efectiva de integración. Y Alemania también tiene una política de integración efectiva, porque inmediatamente cuando llegan los migrantes o los candidatos a refugiados aprenden la lengua, dan clases de alemán. Pero si tú no haces esto, y lo que estás haciendo es simplemente crear en algunos lugares en Europa, y no diré nombres, guetos, a donde llegan comunidades de cierto perfil, cierta cultura, y se cierran y se quedan en pobreza, en precariedad, y además no hablan el idioma, etcétera, etcétera, etcétera... La migración no es un problema. Lo que es un problema es no estar con las políticas adecuadas para conseguir una integración.
Pues no hay forma de hacer una política europea migratoria.
— Cada país decidirá qué nivel de migración desea aceptar. La Unesco no entra, al respecto, esto es una cuestión de soberanía de los países. Pero en términos de evidencia, la migración existe y seguirá existiendo. Entonces es mejor gestionarla bien, porque construir muros no funciona.
¿Qué genera el racismo?
— Ésta es una pregunta muy interesante, porque hay una línea muy, muy fina respecto a tu identidad, y de tu identificación con tu identidad. Tú eres catalana, o eres española, o eres europea, y ésta es tu identidad, y eres católica, y eres, no sé, demócrata, etc. Cuando esta definición te lleva a separarte de los demás, es decir, es que éstos no son catalanes, éstos son latinoamericanos, y los latinoamericanos son agresivos, criminales, los estás estereotipando.Entonces, en este devenir de la creación identitaria, la categorización del otro respecto de ti como diferente, sigue sin ser un problema hasta aquí, pero después existe la esencialización de creer que todos estos que no son como tú, ya los identificas con ciertos comportamientos, y después pasas al estereotipo y los prejuicios.
¿Y cómo se combate un discurso racista?
— Lo que intentamos hacer justamente es tratar de construir una narrativa mucho más fidedigna y basada en la evidencia. Porque estas narrativas fáciles de culpar a quienes son diferentes o de fuera sólo consiguen que se construyan sociedades mucho más frágiles. Porque viven en el miedo, con menos confianza en el vecino, y esto es costoso para todos. Entonces, justamente decimos que no debemos temer a la diversidad, sino que debemos gestionarla, tratar de alejarnos de estas construcciones de narrativas tan divisorias.
Luego están las redes sociales, que amplifican ese odio.
— Sí, las redes no ayudan porque el odio es muy sencillo. Son un reflejo del mundo real, pero también son un magnificador gracias a que no tienen control ni marco ético. Magnifican estas divisiones, porque además existe el anonimato.
¿Deberíamos acabar con el anonimato virtual?
— Deberíamos tener una identificación digital. Pero debemos admitir que no es sencillo porque en un país autoritario, esto puede generar problemas por la falta de libertad de expresión. Pero es necesario hacerlo porque nuestras sociedades están muy polarizadas.
¿Usted ha impulsado las recomendaciones sobre ética en la inteligencia artificial de la Unesco, no cree que se reproduce el colonialismo, ahora con la información?
— No, yo no lo calificaría así, porque esto le atribuye una intencionalidad al desarrollo tecnológico que yo no comparto, porque se están haciendo esfuerzos por evitarlo.
Los algoritmos o el ChatGPT no tienen un sesgomarcado?
— Sí que hay que tener estándares muy claros respecto a cómo deben desarrollarse las tecnologías, pero yo no creo que sea una cuestión premeditada. Estados Unidos, China y Reino Unido concentran el 90% del desarrollo de la IA, pero lo curioso es que Estados Unidos hace nueve veces más de lo que hace China, y 19 veces lo que hace Reino Unido. Los desarrolladores del ChatGPT no son racistas, porque esto les daría una connotación de existencia individual y no la tienen, o autónoma, y no la tienen. Es a estos desarrolladores a los que debemos abordar para que mejoren sus diseños.