Ciencia

El descubrimiento de una galaxia similar a la Vía Láctea cambia la concepción temprana del universo

El hallazgo puede ser el primer paso para entender mejor la concepción del universo

ARA
y ARA

BarcelonaLa revolución que las observaciones del telescopio James Webb han supuesto para la ciencia del cosmos empieza a dar sus frutos: un equipo de investigadores liderados por el Centro de Astrobiología (CAB) ha descubierto la galaxia similar en la Vía Láctea más lejana de las observadas hasta ahora, lo que revela que el Universo estaba más organizado de lo que se pensaba desde una era temprana. El hallazgo, que publica este miércoles la revista Nature, muestra una galaxia que forma una espiral en torno a una barra de estrellas –similar a la imagen de la Vía Láctea– que se habría formado hace 11.700 millones de años, cuando el universo sólo contaba con 2.100 millones de años. años.

El descubrimiento de Ceers-2112, el nombre científico que los investigadores han dado a la galaxia recién encontrada, desmonta la concepción de que la estructura de las galaxias en espiral, como la Vía Láctea, no se habría consolidado hasta que el universo alcanzó la mitad de su edad actual (hace algo menos de 7.000 millones de años). "Nuestro estudio revela que ya existían galaxias similares en la Vía Láctea hace 11.700 millones de años", ha explicado en una entrevista con EFE uno de los principales autores, Luca Costantin, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el CAB de Madrid.

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Costantin ha detallado que Ceers-2112 se considera una galaxia espiral vallada “porque presenta una especie de brazos espirales que giran alrededor de una zona central, donde hay una estructura de estrellas en forma de barra. Y lo más peculiar es que la galaxia tiene la misma cantidad de estrellas que en este momento del universo tenía nuestra galaxia”. El 70% de las galaxias conocidas hasta ahora en el universo cercano tienen esta estructura espiral.

La observación de Ceers-2112, según el investigador, ha sido posible gracias a las extraordinarias capacidades del telescopio espacial James Webb, la tecnología e instrumentación del cual han permitido descubrir y estudiar en detalle la morfología de galaxias lejanas como ésta. Concretamente, los datos científicos se tomaron durante las observaciones del telescopio en una región del cielo ubicada entre las constelaciones de la Osa Mayor y el Bover.

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Primer paso

Y esto es sólo el comienzo. "Tenemos frente a entre 8 y 10 años de observaciones de este telescopio que permitirán encontrar nuevas galaxias y entender mejor los procesos físicos que se produjeron en la primera fase de existencia del Universo", asegura Costantin. Los siguientes movimientos pasarán, por tanto, para continuar estudiando la galaxia encontrada para descifrar su composición química y entenderla mejor.

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"Investigar cómo adquieren las galaxias la estructura que las caracteriza hoy es esencial para conocer los procesos de formación y evolución del Universo", ha añadido otra de las autoras, Cristina Cabello, investigadora del Instituto de Física de Partículas y del Cosmos de la Universidad Complutense de Madrid. “El extraordinario trabajo de observación descrito e interpretado en este estudio identifica la inesperada existencia de materia altamente organizada y ligada gravitatoriamente en forma de galaxia vallada, que contiene alrededor de 4.000 millones de masas solares en un momento en que el Universo sólo tenía 2.000 millones de años”, ha señalado Juan Pérez-Mercader, investigador principal en Física aplicada a la Astrofísica ya la Cosmología de la Universidad de Harvard.

Pérez-Mercader, fundador y primer director del CAB, ha explicado que somos ante una investigación "cuyas observaciones e interpretación cuantitativa de vanguardia apuntan que todavía nos queda mucho por aprender de la evolución del Universo, y sobre la historia de la materia oscura y su interacción con la materia bariónica (materia ordinaria que forma a los seres vivos, los planetas y las estrellas) para comprender los procesos para dar lugar a una galaxia como esta”.

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Este descubrimiento indica “la presencia de una evolución mucho más rápida de lo que se esperaba esta galaxia, que probablemente será la primera observada de su clase, y habrá que estudiar mucho hasta darle sentido e incluirla dentro de nuestra comprensión de la historia temprana y la evolución hacia la pubertad del Universo”, ha añadido. Para el fundador del CAB, el hallazgo también supone “un triunfo para una nueva generación de científicos del cosmos que ahora pueden hacer y liderar a nivel internacional una magnífica investigación científica desde España”.

En la investigación han participado 33 investigadores pertenecientes a 29 instituciones de 8 países. Entre las instituciones españolas afiliadas, además del CAB, se encuentran las universidades Complutense de Madrid, Laguna, Valladolid y el Instituto de Astrofísica de Canarias.