Drogas recreativas, pero muy peligrosas

Barcelona“La cocaína y el éxtasis tienen rasgos en común: hay personas que solo las consumen cuando salen de fiesta y esto les hace pensar que no están enganchadas a ellas”, avisa el subdirector general de drogodependencias de la Agencia de Salud Pública, Joan Colom. Esta “percepción de riesgo bajo” que algunas personas pueden tener de las drogas recreativas o de fin de semana “es peligrosa” porque se hace más difícil darse cuenta de la adicción. Además, “son drogas que provocan unos efectos que hacen que puedas tener la percepción de que no son tan problemáticas”, añade el doctor. Por contra, el riesgo de intoxicación por el consumo de estas sustancias es real. 

Como todas las drogas, el éxtasis tiene mil nombres y el más seductor de todos es el que lo denomina la droga del amor. El éxtasis permite desinhibirse más fácilmente y potencia la capacidad de conocer a otras personas y ser más empático. Durante la primera media hora después de su consumo, provoca también más agudeza de los sentidos, euforia y sensación de bienestar. Pero como todas las drogas, el éxtasis tiene dos caras y es peligroso, adictivo y nocivo para la salud. El bienestar que genera al principio va acompañado de un aumento de la temperatura corporal y de una rápida deshidratación. Si se consume mientras se hace ejercicio, como bailar, y en ambientes muy calurosos, puede tener consecuencias graves, según advierte el Instituto Nacional Sobre el Abuso de las Drogas de los Estados Unidos. Su consumo, además, puede generar también dolores renales, problemas cardíacos, mareos y pérdida del conocimiento. También provoca confusión mental y tensión involuntaria de la mandíbula. 

El éxtasis, que se consume por vía oral, se inventó en 1912, pero su consumo no se popularizó hasta la década de los 70. En nuestro país tuvo un fuerte auge en los años 90, durante la famosa Ruta del Bakalao.