Alrededor de 200 profesores denuncian que los nuevos currículums crearán más desigualdades entre centros

Los docentes dicen que cambiar el nombre de las calificaciones "enmascara" el fracaso escolar

BarcelonaSi el futuro currículum de la ESO y el bachillerato sale adelante tal como el departamento de Educación lo ha redactado, las diferencias entre alumnos y centros "serán todavía más graves": se devaluará la calidad del conocimiento, se diluirá la figura del profesor como especialista y se crearán "dos redes paralelas" de institutos de primera y de segunda. Todo esto lo cree un grupo de profesores catalanes que no pertenecen a ningún sindicato y que han escrito un manifiesto en el que avisan de que la educación se verá resentida si se aprueban lo que ahora son solo borradores. A pesar de que el manifiesto ha sido redactado por un pequeño grupo de cinco o seis personas que se han coordinado a través de las redes sociales, el texto ha recibido ya cerca de 200 apoyos en pocas horas y, a partir de este lunes, se colgará en Change.org para recoger más firmas.

Lo que más preocupa a estos profesores es que los borradores prevén 525 horas a repartir entre los tres primeros cursos de la ESO que se denominan "de gestión autónoma" y que dependerán del criterio de cada dirección, que podrá decidir a qué se dedican. En aquellos centros en los que las horas de gestión autónoma no se destinen "a fortalecer las materias", se producirá una "desaparición de contenidos", lo que puede crear proyectos educativos no diferentes, sino desiguales. "Esto puede conllevar la existencia de dos redes paralelas", avisa el manifiesto, y que salgan perjudicados los centros (y los alumnos) más vulnerables. Además, los impulsores del texto denuncian la carga de trabajo para los equipos directivos: "Es exageradamente fuerte tener que gestionar este volumen de horas, es un trabajo monumental, y más viniendo de donde venimos y con el curso que tendremos", afirma al ARA Joan Ramon Pla, profesor de física y química en un instituto del Vallès Oriental e impulsor del manifiesto. El curso que viene los centros tendrán que recoger otros cambios, como la respuesta a la sentencia del 25% en castellano o un nuevo calendario escolar.

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Otra de las críticas es sobre el cambio en el nombre del suspenso en primaria y la ESO, que pasará a llamarse "en proceso de logro", en lugar del actual "no logrado". Según el manifiesto, el cambio se debe a la "fobia injustificada" de evaluar con notas numéricas, lo que estos docentes consideran un "baremo preciso de calificación". "La aparición de la calificación "en proceso de logro" difumina o enmascara la realidad actual de los alumnos y esto puede provocar problemas a la hora de gestionar situaciones de fracaso en un futuro", dicen estos profesores. Según Pla, todo esto servirá para hacer pasar de curso a alumnos que con la ley actual repetirían y, así, poder "camuflar" las cifras de fracaso escolar –en Catalunya, casi un 18% de los alumnos abandonan los estudios antes de tiempo, ocho puntos más que la media europea.

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En cambio, fuentes del departamento de Educación han explicado al ARA que, a pesar de que las notas numéricas pueden ser "el representante más genuino" para calificar, a menudo no reflejan realmente "aprendizajes profundos y duraderos". De hecho, las mismas fuentes hacen una distinción entre calificar y evaluar: a pesar de que tradicionalmente se ha entendido que eran lo mismo, los nuevos currículums quieren superar la idea de que evaluar es solo poner notas y quieren pensarlo como un proceso de acompañamiento en el aprendizaje de los alumnos. "La calificación es un artefacto administrativo que el profesorado está obligado a introducir para certificar la superación de un área, pero aprender no necesita calificaciones, sino evaluación", dicen las mismas fuentes. En este sentido, defienden que decir "en proceso de logro" sirve para decir al alumno "dónde se encuentra y cómo puede avanzar", pero avisan de que "no tiene sentido" si la nota en sí no va acompañada de propuestas de mejora y descripciones cualitativas.

Se "desvirtúa" el trabajo del profesor

Una tercera crítica es que en los dos primeros cursos de la ESO "prácticamente se obliga" a trabajar por ámbitos (como hacen muchos centros de primaria) y que cada docente "imparte dos o más materias". Según el manifiesto, esto "diluye" la figura del profesor como especialista "que dota a los alumnos de conocimientos y competencias". "Desvirtúa nuestro trabajo", se queja Pla. Por todo ello, sumado al hecho de que el departamento de Educación ha decidido no consensuar los borradores con la comunidad educativa, el manifiesto también pide la dimisión del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, y del director general de currículum, Ramon Grau.