Educación

Cuando el fútbol no es el rey del patio

Barcelona transformará este verano 17 instalaciones para poner más verde y diversidad de juegos

Barcelona"Quedará muy chulo". Este es el veredicto de Gina, una alumna de quinto de primaria de la Escola Concepció de Barcelona que, como si hubiera hecho un máster en participación ciudadana, este miércoles ha detallado todo el proceso que se ha hecho en su centro para decidir cómo tiene que ser el nuevo patio. El espacio desierto y dominado por el hormigón que es ahora, se tiene que convertir en un lugar con una franja de un metro y medio de tierra donde tener huerto –y "plantas aromáticas", como apuntaba Marcel, otro alumno–, un gran arenero y una ágora de madera donde hacer diferentes actividades. "El rocódromo no ha podido ser, y tampoco los columpios y los toboganes, que no caben", lamentaba Gina, que añadía, conciliadora, que todo ha sido fruto de la negociación y que todo el mundo ha tenido que ceder en algo. Y que sí, que "quedará muy chulo".

El rocódromo ha quedado descartado, pero lo que sí que era un imperativo, como han expuesto las representantes de la asociación de familias (AFA), era que hubiera más verde y un "pavimento más amable". Y en el proceso ha tenido lugar el debate sobre cómo hacer que los espacios no condicionaran la manera de jugar. En otras palabras, que el hormigón central no impusiera el fútbol y expulsara a la periferia cualquier otra actividad. La escuela, de hecho, ya dispone de otro patio con pista deportiva en la azotea. Ahora el hormigón se mantendrá solo en una cuarta parte del patio para hacer juegos que necesitan suelo duro. Ester Segarra, miembro del AFA, ha insistido que el debate ha servido para dejar claro que hay mucho juego más allá del deporte.

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El patio de la Escola de la Concepció es uno de los 17 que el Ayuntamiento de Barcelona reformará este verano, después de procesos de coproducción con las comunidades educativas afectadas dentro del plan Transformemos los patios, que llegará así a las 40 intervenciones hechas. Este verano se destinarán 3,5 millones de euros y, según ha remarcado la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, el objetivo es, sin expulsar los usos deportivos de los patios, fomentar también el verde y los usos coeducativos. Los patios –ha dicho– son espacios donde los niños pasan "miles de horas" y, por lo tanto, hace falta que sean más saludables y plurales. Uno de los hits de estos nuevos patios menos duros es, entienden, la implantación de estas ágoras que los alumnos pueden usar también para sentarse a trabajar.

El debate que se hace en cada centro sobre cómo reformar los patios tiene como base la guía elaborada por el Ayuntamiento y el Institut Infància i Adolescència con criterios sobre cómo fomentar la diversidad de juego y adaptar las instalaciones a la emergencia climática. La guía pone énfasis también en la necesidad que los mismos alumnos, profesores y familias se impliquen en el proceso de debate sobre cómo tiene que ser cada patio. En el caso de la Escola Concepció, los que han llevado la batuta del tema han sido los alumnos de quinto, que el curso que viene todavía podrán vivir el patio nuevo.