Universidades

Las trabas que hacen imposible captar estudiantes de grado internacionales

Las universidades lamentan que los visados duran poco y las convalidaciones tardan demasiado

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Alumnes al recinto de la Universidad  Autonoma en una imagen de archivo.

BarcelonaEl Reino Unido atrae a 450.000 estudiantes universitarios de otros países cada año y Francia, 260.000. A España, en cambio, llegan 70.000. ¿Cómo se explica esta diferencia? Una normativa de admisión inflexible y poco adaptada a la internacionalización y una política muy restrictiva sobre los visados impiden a las universidades, centros de estudios superiores y escuelas de negocios captar talento internacional. "Si no tenemos más estudiantes internacionales es por una cuestión de trabas y trámites, no es que no quieran venir", apunta Joan Martí, director de admisiones de grado de EAE Business School Barcelona. Ahora el sistema universitario atraviesa un momento clave en este sentido: si en 2016 cambiaron de país para estudiar un grado 5,1 millones de estudiantes, las previsiones auguran que en 2030 la cifra se habrá doblado y llegará a los 10,2. De las universidades y las administraciones depende que Catalunya aproveche esta oportunidad.

"Que vinieran más estudiantes internacionales nos favorecería en los rankings, porque tener pocos nos penaliza, y además mejoraríamos mucho la financiación de las universidades", argumenta el rector de la Universitat Pompeu Fabra, Oriol Amat, que ejemplifica que cursar el grado de Humanidades cuesta 1.200 euros por curso para un estudiante autóctono y 6.800 para uno que venga de fuera de la Unión Europea. Los rectores piden cambios normativos para hacer más fácil captar alumnos internacionales. Por un lado, piden a la Generalitat que "abra el grifo" y permita reservar más plazas para estos estudiantes. "En la UPF tenemos un 1% de estudiantes de grado que son internacionales y hay otras universidades españolas que tienen un 30%, y esto es por la normativa catalana", lamenta Amat. La conselleria de Universidades e Investigación dice que para poder reservar más plazas internacionales haría falta que "simultáneamente" se incrementara la oferta total y se redujera la demanda en los títulos más solicitados.

Por otro lado, las facultades también reclaman cambios al Estado. Y aquí entran en juego dos de los trámites más complicados: los visados y las homologaciones de los títulos de bachillerato. El visado es uno de los dolores de cabeza más importantes para los universitarios extracomunitarios: en España ahora dura un año, así que los estudiantes tienen que renovar los papeles cada curso. Pero este es un tema que podría cambiar bien pronto, porque la ley orgánica del sistema universitario (LOSU) o ley de universidades prevé alargar los permisos hasta el final de los estudios e incluso alargarlos dos años más para hacer prácticas o trabajar. Queda por resolver, sin embargo, el problema de las convalidaciones. Los estudiantes que provienen de un sistema educativo europeo o que tenga convenios con España pueden convalidar su título de manera más o menos fácil por la UNED, pero los que no pertenecen a la UE tienen que hacer otro proceso, la homologación, que se puede demorar meses, lo cual hace que a veces pierdan un curso esperando los documentos oficiales, sobre todo si quieren entrar en una universidad pública. Las privadas, que no van ligadas a los tempos que marca la selectividad, tienen más margen para atraer este perfil de alumnos. Una vez llegan a Catalunya, los estudiantes tienen que obtener el NIE. "Hay pocas citas, muchos no hablan español, y algunos son todavía menores de edad y necesitan a un responsable legal que les acompañe a comprar una línea de teléfono, a abrir una cuenta bancaria o a firmar un contrato de alquiler", añade Albert Díaz, director de reclutamiento y admisiones de grados de Esade. "Han de entregar muchos documentos y mucho papeleo en muy poco tiempo", lamenta. Propone soluciones concretas: facilitar la documentación en inglés, poder reservar citas para hacer el NIE, crear un portal web actualizado para saber qué residencias de estudiantes tienen plazas libres... "Captar talento internacional es una medida clave para crecer como país", asegura Díaz.

Diferencias abismales

Una de las entidades que más han presionado a las administraciones para facilitar la llegada de estudiantes internacionales es Barcelona Global, una asociación centrada en potenciar la marca Barcelona. "Es casi imposible venir a hacer un grado a la ciudad", se queja Aurora Catà, presidenta de la entidad hasta la semana pasada. Compara el modelo catalán con otros que están en auge, como el holandés. En Amsterdam hay una web con información de todos los grados, entrevistan a los estudiantes interesados por videoconferencia a muchos meses vista para agilizar el proceso y aceptan la nota de la selectividad del país de origen sin tener que hacer más trámites. En cambio, en Catalunya convalidan las selectividades extranjeras sobre 10, de forma que hay alumnos extranjeros que tienen que presentarse para subir nota hasta 14 en las PAU, en castellano y con un temario que no es el mismo que en su país. "Está claro que hay gente que desiste. Hay estudiantes que nos piden información, los hacemos una entrevista y después nos dicen que prefieren quedarse en su país porque no quieren hacer tantos trámites", admite Martí, de EAE.

Otros lo intentan hasta el final. Ana Goebel estudió el bachillerato en México, pero tenía claro que quería marchar fuera a hacer la carrera, quizás derecho o psicología. Contactó con varias universidades americanas, y en una entrevista en la Universidad de Minerva (California) le hablaron de Esade. "Barcelona es muy internacional, muy segura, hay playa, museos, mucha cultura", dice. Se informó y vio que Esade estrenaba un grado "con impacto social" como el que buscaba y no dudó más. El pasaporte europeo le agilizó los trámites y reconoce que algunos amigos suyos de México han tenido que esperar meses para obtener los visados y han empezado sus estudios a medio curso. Ahora Ana estudia el primer curso de un grado que se llama Bachelor in Transformational Leadership and Social Impact y se quiere quedar en Barcelona unos años. Uno de los retos del sector es facilitar llegadas como la de Ana para hacer de Barcelona un gran campus universitario internacional.

"Preocupación" por los catalanes que se van fuera a hacer bachillerato

En materia de internacionalización de los estudios, Barcelona Global también ha mostrado su "preocupación" por los casos de estudiantes catalanes que hacen bachillerato fuera y que cuando vuelven tienen dificultades para acceder a una universidad pública porque el proceso para homologar el título es muy lento. Fuentes de la conselleria de Universidades e Investigación afirman que es un trámite que depende de la conselleria de Educación, con quien se reunirán pronto para tratar este tema, pero dejan claro que estos estudiantes pueden acceder a la preinscripción universitaria sin el título de bachillerato homologado (una admisión provisional) en la convocatoria de septiembre. "No pierden un año", dicen las mismas fuentes, aunque también admiten que "es cierto que el número de plazas en la convocatoria de septiembre es pequeña". "Sí que pueden acceder a la universidad en la convocatoria de junio en las universidades que hacen la admisión directamente", dice la conselleria, es decir, las privadas.

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