Tercer Sector

Adeu a Enric Morist, el activista que trabajó por la justicia social

Decenas de personas despiden al presidente de la Mesa del Tercer Sector en un acto emotivo en el Tanatorio de Igualada

IgualadaAdiós multitudinario para Enric Morist, presidente de la Mesa del Tercer Sector, fallecido de un infarto a los 59 años el viernes 2 de mayo en Igualada. En el acto de despedida del activista, que durante dos décadas había sido coordinador de Cruz Roja Catalunya, se han reunido familiares, amigos, miembros de entidades sociales, así como una amplia representación política, encabezada por la consejera de Derechos Sociales e Inclusión, Mònica Martínez Bravo, y buena parte de la cúpula directiva. También acudieron el expresidente Pere Aragonès y antiguos consejeros de diferentes gobiernos que habían tratado a Morist. La gran afluencia en el tanatorio de la capital anoiense este lunes ha obligado a realizar la ceremonia en el exterior, donde el sencillo féretro ha sido recibido con aplausos.

El acto ha estado marcado por la emoción de los asistentes, todavía impactados por la repentina muerte del activista, de quien se ha subrayado la bonhomía, el liderazgo sin imposiciones y el compromiso inquebrantable con la paz, la justicia social y la inclusión de las personas con discapacidades. Una amiga suya ha calificado a Morist de "persona árbol", por la gran dedicación a las causas sociales que le motivaban y la capacidad de tener siempre en la cabeza las amistades. "Nos enseñó a vivir cualquier cosa con pasión", aseveró.

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Las grandes pasiones de Morist han sido la familia, la montaña y el FC Barcelona, ​​a quien dedicaba tiempo arañando de donde fuera para acompañar a sus hijos a los partidos de fútbol infantil e incluso hacerse pasar por un representante, una anécdota explicada por uno de los hijos que ha hecho sonreír a la audiencia. Otro de los hijos ha definido al padre como un hombre "poco convencional" y "la roca" que sujetaba y que facilitaba volver a levantarse después de un atolladero.

Educador social de formación, Morist ha sido un profesional de la gestión de entidades como Cruz Roja, desde donde supo responder a la llegada de los primeros refugiados que huían de la guerra de Bosnia de los años 90 o la coordinación durante la crisis sociosanitaria de la covid-19, que estalló en la cuenca. Es en este ámbito en el que una emocionada Francina Alsina, amiga y su antecesora en la presidencia de la Mesa, ha querido subrayar la gran huella que deja Morist en el sector, gracias a su capacidad de diálogo y de cohesión, y ha prometido que acabarán todo el trabajo que impulsó el activista.