Dos manifestaciones opuestas se enfrentan en Badalona por los desalojados del B9

BadalonaDos concentraciones de posiciones a favor y en contra de la acogida de los desalojados del instituto B9 de Badalona se han enfrentado este lunes por la tarde frente a las puertas del albergue municipal que se cerró, hace casi dos años, en el barrio de Montigalà. Son las dos Badalonas. Por un lado, cientos de activistas convocados por el Sindicato Socialista de la Vivienda han defendido la atención humanitaria hacia el colectivo de jóvenes migrantes, una decena de los cuales ocupa este servicio desde que se quedaron en la calle hace una semana. Separados por un cordón de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, unas 300 personas han exigido con gritos racistas que se les eche de Can Bofí Vell y no se les dé techo.

"Que se vayan a su país", ha sido el eslogan menos ofensivo que se ha escuchado desde la concentración vecinal, donde se han visto familias con hijos y también individuos de extrema derecha que acusan a los "negros" de ser delincuentes y crear inseguridad. "No los queremos en el barrio", afirmó una vecina, pero a su lado el marido también rechazó que se abra ningún otro espacio para atenderles.

A pocos metros de Can Bofí Vell, el alcalde de Badalona ha convocado un encuentro informal con vecinos que expresan el miedo por la presencia de estos jóvenes desalojados. Xavier García Albiol pide "calma" y ante la crispación confirma que esta noche "no está entrando nadie en la parroquia de la Virgen de Montserrat", el espacio que ayer domingo debería haber acogido a quince de los jóvenes más vulnerables gracias a un acuerdo entre entidades sociales como Cáritas y el departamento de Derechos Sociales. Sin embargo, una concentración de cincuenta personas impidió que la iglesia abriera puertas y se decidió detener la acogida y buscar una alternativa.

Las conversaciones entre la conselleria y la alianza de entidades sociales han continuado durante todo el día de hoy, pero ha vuelto a descartarse la parroquia por la imposibilidad de una mediación con los vecinos contrarios y por la falta de seguridad hacia los alojados y el personal técnico.

En la reunión con los vecinos, Albiol ha indicado que, en relación al medio centenar de jóvenes migrantes que se han refugiado debajo del puente de la autopista, "la Generalitat está trabajando con las entidades para sacarlos" de ahí. En cuanto a la decena que entraron en el albergue, el alcalde insistió en que su objetivo es "cerrarlo y los que están dentro, sacarlos, para después hacer un precinto y poner una alarma nueva" para impedir nuevas ocupaciones.

"Está pensado para personas sin hogar como ellos"

Fuentes de entidades que acompañan a los jóvenes del albergue explican que el grupo se encuentra "relativamente tranquilo", pese a las abucheadas y las amenazas de muerte que lanzan los vecinos y que pueden oír desde el interior del edificio. "Creen que han hecho bien ocupando este espacio pacíficamente porque está pensado para personas sin hogar como ellos y no quieren confrontaciones con los vecinos", revela una activista, que reprocha a Albiol que atice el odio y la confrontación de los vecinos contra este grupo de jóvenes migrantes vulnerables, mientras que durante los años que funcionó Can Bofí Vell. Precisamente, el director de Cáritas de Barcelona, ​​Eduard Sala, hizo un llamamiento a "rehacer puentes" para encontrar una solución consensuada.

Ante los gritos e insultos proferidos por los concentrados contra los migrantes desalojados, Sala ha atribuido la crispación vecinal al aumento de la precarización social, que afecta a uno de cada cuatro catalanes. "Existe una rivalidad entre los precarios contra los más precarios", ha subrayado en una conversación con el ARA, en la que ha reconocido que los vecinos de barrios degradados "se sienten abandonados por las instituciones y las propias entidades". Por ello, afirma que es necesario que todos los actores que trabajan para atender a los expulsados ​​del B9 "se sienten en la mesa" y continúen el diálogo. "Sería injusto decir que todos los vecinos convocados son racistas, al igual que es injusto acusar a los residentes del B9 de delincuentes", ha indicado Sala, quien afirma que sin los esfuerzos comunes no saldrán adelante.

Hace semanas que las entidades y la conselleria trabajan conjuntamente para localizar espacios disponibles y en condiciones para poder acoger al mayor número de personas. Pero no es fácil porque la población vulnerable crece constantemente debido, en parte, a las dificultades para hacer frente a los gastos de la vivienda y los sueldos bajos. La oferta de plazas residenciales que tienen las entidades está colapsada por la alta demanda y existe una larga lista de espera de colectivos también vulnerabilizados. Se han analizado locales de todo tipo, incluso despachos parroquiales, que se han descartado por no reunir un mínimo de condiciones. Por su parte, el Ayuntamiento de Badalona se niega a darle respuesta, a pesar de ser la administración competente.