Sinhogarismo

Los desalojados del B9 de Badalona serán reubicados mañana en un local cedido por la Iglesia

Los expulsados ​​del antiguo instituto pasan la cuarta noche al raso bajo un puente y Albiol avisa de que les echará

BadalonaCon un poco de suerte, la de este sábado será la última noche que Amadou y sus amigos pasen al raso. Toman un té caliente frente al esparcimiento de tiendas de campaña que medio centenar de expulsados ​​del antiguo instituto B9 de Badalona han plantado bajo el puente de la autopista C-31, después de que la Guardia Urbana les echara el día anterior de la calle donde se habían instalado una vez desalojados. "No sabemos lo que será de nosotros, pero eso es muy duro", se lamenta este joven.

A partir de este domingo, una parte de este colectivo se reubicará en un centro que ha ofrecido el Obispado y que funcionará como punto de pernoctación, entre las ocho de la tarde y las nueve de la mañana. Se trata de una solución provisional y de urgencia que han encontrado el departamento de Derechos Sociales e Inclusión y entidades sociales (Cáritas, San Juan de Dios Servicios Sociales y la Fundació Llegat Roca i Pi).

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El local se encuentra en la ciudad de Badalona y desde la conselleria que dirige Mònica Martínez Bravo se ha informado de que no dispone de plazas suficientes para atender toda la demanda de los desalojados. Así que se opta por realizar un realojamiento seleccionando a las personas más vulnerables y con una salud más deteriorada. Técnicos de la consejería y trabajadoras sociales municipales han hecho la elección y ya disponen de una lista con el nombre de los candidatos.

De las 400 personas que vivían en el B9, cuando el miércoles llegó el dispositivo policial para echarlos solo quedaban la mitad. En el nuevo campamento improvisado debajo del puente de la autopista, a pocos metros del antiguo instituto, se comentaba que algunos de los residentes se han ido hacia otras localidades buscando nuevos locales para ocupar o hacia casa de familiares o conocidos. Las redes sociales personales están funcionando frente a la impasibilidad de los servicios sociales públicos.

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Desde el Ayuntamiento de Badalona, ​​el alcalde Xavier García Albiol no ha ofrecido ninguna alternativa a los damnificados por el desalojo y este sábado, el político del PP ha insistido en que una vez pase el episodio de lluvia ordenará vaciar el nuevo campamento. "No se permiten las acampadas en la ciudad", ha manifestado en declaraciones a RAC1.

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El medio centenar de desalojados se trasladaron hasta el puente de la autopista a última hora del viernes cuando la policía municipal les prohibió encender hogueras para calentarse. Las previsiones de lluvia –que se cumplieron–, decidieron al grupo ya las entidades que les acompañan a buscar un nuevo refugio. Enseguida, las tiendas de campaña se agruparon bajo las columnas de la autopista que parte Badalona, ​​junto al barrio de Sant Roc, en un espacio donde los vecinos aparcan los coches.

Pese al nuevo refugio, el sábado lluvioso y húmedo ha calado en los cuerpos de los jóvenes desalojados e incluso en las tiendas y en la ropa. Hace frío y charlan mientras voluntarios pasan repartiendo café y té calientes. En un rincón se ha improvisado un mostrador desde el que se ofrece comida caliente, fruta y pastas dulces que vecinos y activistas de entidades sociales se han apresurado a llevar. "Hay mucho, demasiado, y ya no podemos gestionar más", afirma Cristina mientras atiende a las peticiones. Macarrones y arroz con pollo es el menú de este mediodía. Por la noche, un par de jóvenes anuncian que llevarán una cazuela de pasta con coliflor que cocinarán en casa. Como ellos, otros cocineros improvisados ​​prometen menús reconfortantes para combatir las frías temperaturas de la noche.

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El punto del campamento es un ir y venir de gente. Los coches paran un momento en plena calle poco transitado y salen con mantas, con una tienda de campaña o un paquete de zumos y leche. "Nos están llevando mucha comida, pero aquí no podemos cagar", se queja Disi, con un gorro de lana y una chaqueta de cuero negro. En los pocos bares que hay abiertos "no dejan entrar a los negros", se lamenta el joven, que lamenta que "los discursos de odio vayan contra los más débiles de la sociedad". Otra voluntaria, viendo cómo crece la despensa, explica que lo necesario es "ropa de abrigar, calzoncillos, calcetines e impermeables".

Aliens a esta petición, un grupo de jóvenes suyo en unas sillas que ha llevado desde Igualada la Mar, una joven a la que hizo remover la conciencia ver las imágenes de los desalojados sin nada. Llegó con comida y con "muchas cosas" que encontró en el piso de su abuela que murió hace unas semanas. A un joven también llamado Sidi le ha dado una mochila con una manta. "Muchas gracias", le responde el chico, que valora "la ayuda de la buena gente".

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Desde Justícia y Pau Badalona se ha hecho un llamamiento para encontrar familias que quieran abrir su casa para acoger durante unos días a una o dos personas. Tienen una lista de candidatos seleccionados, "de buena gente", afirma Jaume Ventura. Los interesados ​​pueden escribir en el 618 31 13 84. Jimena Silva, una activista que lleva tiempo acompañando a jóvenes subsaharianos de las naves ocupadas de Badalona, ​​ha acogido por segunda vez a Abdul, al que conoció en el 2022 cuando se quemó la nave donde vivía. "Ahora le he vuelto a decir que venga a casa y esté todo lo que quiera".

Mamadou charla con un compañero del B9. Justo a su llegada de vacaciones de Senegal, tras ocho años de no haber visto a su familia, se encontró con el desalojo que le ha dejado en la calle. Mañana domingo le toca ir a limpiar a la residencia de ancianos en la que trabaja desde hace años. "Somos muchos los que trabajamos y tenemos papeles, pero los 1.200 euros no dan para un piso, vivir y enviar dinero a casa. ¿Y sabes lo difícil que es encontrar una habitación por un negro como yo?", pregunta sin esperar respuesta.