Vivienda

Los primeros ocupas: “Antes éramos jóvenes que queríamos hacer cosas, ahora son familias que no pueden pagar”

Barcelona“¿Me has llamado Jesús? Ostras, nadie me dice así ya”. Jesús Sahún –más conocido como Joni D– responde así de sorprendido al teléfono. Acepta al instante un encuentro y una entrevista a dos voces con su compañero Jordi Roca, más conocido como Gos. Los dos protagonizaron, en diciembre de 1984, la primera ocupación reivindicativa y mediática de una vivienda vacío en el Estado. Su iniciativa tuvo tanto eco que al día siguiente fueron la portada de El Periódico. “Nacen en Barcelona los ocupa-pisos”, decía el titular, y añadía: “Pretenden organizar un movimiento”. 37 años después han crecido fieles a sus principios, pero con los cambios “propios de la edad”: uno sigue ocupando, el otro vive en una casa de propiedad. “He tenido que asumir que vivo en un sistema que me lleva a la incoherencia y tengo que decidir hasta dónde quiero llevarla”, admite Joni D. Casi cuatro décadas después de esa primera ocupación repasan al ARA cómo han evolucionado los movimientos sociales a favor de una vivienda digna. 

Transportadnos a diciembre del 84. ¿Qué os llevó a ocupar un edificio de la calle Torrent de l'Olla? 

— Joni D: Éramos unos jóvenes de 16 años del movimiento punk de Barcelona, es decir, un grupo de cuatro gatos. Ese año vinieron por primera vez a la ciudad grupos punk internacionales y alucinaban cuando les explicábamos que nosotros hacíamos conciertos en discotecas o salas de conciertos porque ellos los hacían en casas vacías ocupadas que ellos mismos condicionaban. Vimos que estaban mucho más organizados que nosotros y ese verano decidimos hacer dos grupos y viajar a Italia y Holanda para conocer mejor cómo se autogestionaban y cómo pensaban. 

— Gos: A la vuelta hicimos la primera asamblea de ocupas de Barcelona. Por eso nos llamaron “ocupa-pisos”. En un 90% nace todo del contexto que rodeaba al punk más concienciado, porque en ese momento nosotros estábamos más en luchas como la antimili, la antinuclear, la anticapitalista...

¿Entonces fue más una inquietud artística que de concienciación por el acceso a la vivienda o la propiedad privada?

— Gos: Sí, éramos juventud que quería abrir un espacio de pensamiento y cultural a músicos y artistas. 

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— Joni D: Al principio sí, después incluimos la reivindicación del hecho de que vivir bajo un techo es un derecho.

¿Y cómo fue la primera ocupación?

— Joni D: El edificio era un antiguo centro médico, planta baja y primer piso, y llevaba 28 años vacío. En menos de dos horas llegaron los nacionales con furgones, estamparon los vehículos contra la puerta y cargaron contra todo el mundo.

— Gos: E identificaron y detuvieron a los que estaban adentro. Nosotros estábamos fuera.

— Joni D: Yo lo recuerdo como el primer gran drama de mi vida. Por la noche, corriendo, a golpes... Me costó mucho asimilar qué acababa de pasar.

— Gos: Los del Ateneu de Gràcia nos pusieron en contacto con abogados y nos recomendaron hacer una rueda de prensa para denunciar lo que había pasado. Y de aquí sale la foto del diario. 

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¿Y después?

— Joni D: Nos organizamos mejor y dos meses después ocupamos otro bloque, más discretamente. Cuando hacía dos meses que estábamos ahí lo hicimos público y explicamos que lo habíamos convertido en un casal social. Nos volvieron a echar y esta vez la cosa acabó con detenidos y compañeros en la prisión. Para el colectivo fue muy fuerte. Nadie pensaba que por ocupar un bloque abandonado podíamos ir a la prisión. Durante el año siguiente unimos nuestras protestas a las de las familias que no podían pagar, nos hicimos fuertes ideológicamente y nos preparamos para asumir la represión que ahora ya sí sabíamos que podía llegar.

— Gos: Un año y medio después ocupamos Cros 10 [convertido en centro social en Sants]. Y ahí incluso ganamos la gestión del espacio judicialmente. Ya estábamos mucho más preparados.

Y ahora los movimientos sociales beben de aquello.

— Gos: En parte sí, de esa lucha. A pesar de que la situación ahora es mucho más grave. Antes eran casas abandonadas por la propiedad y jóvenes que querían hacer cosas. Ahora son familias que no pueden pagar contra especuladores que solo quieren seguir enriqueciéndose. Antes salíamos 100 a la calle y ahora salimos miles, es un triunfo.

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Ahora ya tenéis 53 y 54 años: tú, Joni D, tienes una discográfica y tú, Gos, trabajas en el sector del cine. 

— Joni D: Ey, ¡pero seguimos pensando igual! Sí, somos humanos, yo estoy menos vinculado al día a día que Gos, pero pongo la voz siempre que puedo.

¿Tú eres más teórico del movimiento y él más práctico? 

— Joni D: Admito que en el proceso de madurez me conocí a mí mismo y vi que había cosas que no encajaban con mi manera de ser... Decidí que mi frente de lucha era más bien cultural; ahora bien, dando siempre la cara contra las desigualdades. 

— Gos: ¡No hace falta que todos hagamos lo mismo! Seguimos luchando cada uno a su manera por la diversidad, la justicia y en contra de las desigualdades. 

¿Vivís ocupando, en propiedad o de alquiler?

— Joni D: Yo sigo ocupando lugares de maneras que no quiero decir en público..., pero vivo, eso sí, en una casa de compra. Mucha gente me acusa de ser contradictorio, pero es que nuestra vida entera es una contradicción: soy anticapitalista y tengo una cuenta bancaria. Y móvil, sí. Me gusta vivir la vida, pero tengo límites, muchos: por ejemplo, nunca trabajaría de policía. 

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— Gos: Yo sigo viviendo ocupando. Y que nadie piense que lo hago para vivir bien o sin pagar. Yo trabajo, tengo ingresos y pago impuestos, pero mi cerebro no me deja pagar un alquiler que considero carísimo y abusivo cuando todavía hay 30.000 locales abandonados. Y en la situación actual todavía más. Hay casas o solares que ocupamos hace 20 o 25 años, nos echaron, y ahora siguen vacíos.

¿Os han detenido alguna vez?

— Gos: Ocho veces. Todas por ocupaciones o por haber ido a manifestaciones antifascistas. Siempre he acabado absuelto.

— Joni D: Yo he pasado por comisaría varias veces y me han detenido una vez, pero el juez me soltó enseguida.

¿Cómo veis los movimientos sociales actuales de la vivienda?

— Joni D: Todo lo que sea moverse para que la gente pueda acceder a una vivienda digna nos genera simpatía. Ahora bien, a veces se hacen propuestas demasiado –entre comillas– reformistas, que la única cosa que hacen es dar oxígeno a la especulación.

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¿Te refieres a las últimas leyes y decretos de vivienda?

— Joni D: Es que son parches que en realidad no ayudan a la gente, solo a mantener la situación.

— Gos: Solo hacen que el sistema perdure. Yo también soy partidario de los movimientos sociales: de todos los que quieran luchar por los derechos de los vecinos, de la colectividad, contra la especulación y la gentrificación y a favor de la vivienda. Ahora bien, yo he compartido asambleas en las que estaba Ada Colau y en las que nosotros éramos los más duros. Nos llamaban radicales y nosotros a ellos los llamábamos reformistas, porque vienen de la universidad, de casas guais..., de una propuesta social y cívica correcta y positiva pero que a veces hace que nos quedemos con aquello de mejor malo conocido.

¿Creéis que las políticas actuales por la vivienda son ingenuas?

— Joni D: No diría ingenuas sino que se cogen al hecho de que más vale un pequeño cambio que no hacer nada. Y se olvidan de exigir lo que por derecho es nuestro. 

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¿Y cómo valoráis las interpretaciones que hacen los jueces de estas políticas y las actuaciones de la policía ante los desahucios?

— Gos: El problema es que venimos de una dictadura y no se ha hecho limpieza de estos estamentos, ni de la policía ni de los jueces.

— Joni D: Ni del ejército. 

— Gos: Seguimos sufriendo una dependencia de mandos que vienen de una dictadura en la que tenían barra libre. Tienen una prepotencia, un poder y un funcionamiento ya no nefasto o fascista, sino dictatorial. Esto en otros países no pasa. Tenemos deficiencias de justicia y de igualdad.

— Joni D: No hay violencia en ocupar un piso o una casa vacía. 

¿Ocupar es una acto pacífico, pues?

— Joni D: Por supuesto. Es entrar en un espacio abandonado donde una familia necesitada se instala para vivir, y punto. Hablo de estas ocupaciones, yo. 

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¿Creéis que los propietarios más pequeños, los que tienen una o dos propiedades, lo ven igual? ¿Cómo se lo explicaríais a los propietarios que tienen miedo de que les ocupen el piso o la casa?

— Joni D: ¡Es que no se ocupan estas residencias! Ningún movimiento social ocupa este tipo de pisos o segundas residencias. Otra cosa es que la estrategia de los poderosos sea hacer creer a estos ciudadanos que los movimientos por la vivienda le ocuparán el piso, para generarles miedo. Pero no es así.

— Gos: Si destrozas a la población diciendo que cuando vayas a comprar el pan te pueden ocupar el piso, y repites el mensaje de que ocupar es un delito, generas miedo. Cuidado, otra cosa diferente son las mafias que quieren extorsionar ocupando pisos: gente mala hay en todas partes y también, por cierto, en todos los estamentos del poder. ¡Pero los movimientos sociales no hacen esto a los pequeños propietarios! Lo que pasa es que el poder intenta generar esta imagen, degradar los barrios, echar a los vecinos, esparcir el miedo...

— Joni D: ¿De verdad alguien se cree el discurso que una familia necesitada y sin techo quiere hacer daño a otra familia? No va así.