Los europeos habrían consumido cocaína mucho antes de lo que se pensaba
Las pruebas extraídas de restos humanos en una cripta en Italia son el caso más antiguo de uso de hojas de torta en la Europa premoderna
En el 2019, mientras bajaba por primera vez a la enorme cripta rodeada de un hospital de siglos de antigüedad ubicado en Milán, Gaia Giordano se sintió cada vez más abrumada. "Se ve el suelo completamente cubierto de huesos", relató Giordano, estudiante de posgrado en la Universidad de Milán. En el siglo XVII, la cripta servía en esencia como lugar de sepultura subterráneo para miles de milaneses pobres que habían buscado atención médica en el hospital Ca' Granda. En este antiguo cementerio, Giordano descubrió un giro sorprendente en la historia del comercio de drogas europeo.
Tras analizar los cráneos y el tejido cerebral de nueve personas enterradas a mediados del siglo XVII, Giordano y sus colaboradores descubrieron que era muy probable que dos hubieran consumido cocaína. Estos hallazgos, publicados en la edición de octubre de la revista Journal of Archaeological Science, son la evidencia más antigua de consumo de cocaína en la Europa premoderna, unos 200 años antes de que un químico alemán aislara la droga de la planta de coca.
Los hallazgos sugieren que los milaneses tuvieron acceso a las mismas hojas de coca que las antiguas civilizaciones sudamericanas habían utilizado desde tiempo atrás para aliviar dolores, elevar la energía e inhibir el apetito.
"Tenemos pruebas de que las hojas de coca se utilizan desde hace miles de años", afirma Christine VanPool, antropóloga de la Universidad de Missouri. Nadie sabe con exactitud cómo o cuándo llegó la planta a Europa, pero VanPool cree que los colonizadores españoles en América del Sur quizá se sintieron atraídos por las propiedades analgésicas de la cocaína.
“Puedo imaginarme una situación en la que alguien consumió sólo porque estaba muy enfermo y buscaba ayuda”, dice en una entrevista. Este español enfermo quizá se dio cuenta de que esa medicina era muy buena, especula VanPool.
Benjamin Breen, historiador de la Universidad de California, coincide en que es probable que la planta se vendiera a los europeos como un producto médico nuevo. "Creo que es plausible que algunas hojas de torta atravesaran el Atlántico hasta Europa como mera curiosidad", señala Breen. Quizás fue un boticario o un médico quien envió las hojas al Viejo Continente. Y Milán, como epicentro del comercio, quizás recibió el producto antes que otras ciudades europeas.
Breen indica que en un principio dudó de los hallazgos de Giordano. Pero su escepticismo se disolvió cuando consultó crónicas que dejaron a los viajeros europeos que zarparon hacia el Nuevo Mundo en el siglo XVI. Por ejemplo, los escritos del misionero español José de Acosta mencionaban el cultivo de hojas de torta. El misionero observó que masticar hojas de torta “da fuerzas y aliento a los indios”.
La cripta de Ca' Granda contiene unos 2,9 millones de huesos distribuidos en 14 cámaras con muros de ladrillo. Giordano comentó que "restricciones éticas, técnicas y de tiempo" limitaron la cantidad de restos que ella y su equipo pudieron estudiar. Además, las condiciones de humedad hacen que el hueso se deteriore, puntualizó Cristina Cattaneo, quien dirige Labanof, un laboratorio de antropología de la Universidad de Milán. Cattaneo ayudó a guiar la investigación de Giordano junto a Domenico Di Candia, toxicólogo forense de Milán.
Los restos de dos personas mostraron pruebas de consumo de cocaína. Las muestras se pulverizaron y después el polvo se analizó con un espectrómetro para determinar qué compuestos contenía. Este método es "sumamente sensible y preciso", asegura Barbara Huber, arqueóloga química del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania.
Uno de esos consumidores de cocaína era un hombre de entre 30 y 45 años que sufría sífilis. Los investigadores informaron de que fue imposible determinar la edad, el sexo y la enfermedad de la otra persona. Tampoco lograron descifrar por qué ambas personas optaron por masticar hojas de torta.
Quizás “consumieron la planta como un remedio medicinal en el hospital para aliviar el dolor o tratar algún síntoma o enfermedad”, escribieron Giordano y sus colegas en el artículo. Pero es igual de posible que la consumieran de forma recreativa.
Los expedientes del hospital no muestran ninguna prueba que sugiera que los médicos administraran hojas de coca. En cambio, un estudio anterior a cargo del equipo de Giordano reveló que los productos de la planta de amapola real “se utilizaron activamente como tratamiento médico” en Ca' Granda desde 1558. Según Cattaneo, esto sugiere que la planta de torta no era un remedio oficial sino más bien “algo oculto entre la población”.