Rutas

Reclaman la reapertura del camino de ronda de Garbet a Colera, cortado desde el franquismo

Entidades ampurdanesas denuncian que las vallas de una finca privada obligan a los peatones a hacer un tramo de la ruta por las rocas junto al mar

Garbet (Alt Empordà)En el extremo norte de la playa de Garbet, más arriba de Llançà, comienza el camino de ronda que bordea la costa hasta la bahía de Colera. Es una de las rutas más bonitas del Alt Empordà, con un trazado agreste que recorre piscinas naturales de piedras a pie de un viñedo, hasta la punta de la isla Grossa y el mirador de los cañones. Sin embargo, todo el primer tramo del camino está cortado: pasa por dentro de la finca privada de un gran chalet con vistas, propiedad de la familia Suqué Mateu, del Grupo Peralada, que fue construido mucho antes de la ley de costas del 1988 e impide el paso.

El tram tallat del camí de ronda
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Para realizar esta ruta hay que hacer todo un trozo a pie por debajo de la casa, caminando por las rocas a orillas del mar durante unos 300 metros, hasta la cala de Port de Joan, donde ya se puede reanudar el camino de ronda. Durante este tramo la travesía es poco accesible, ya que las piedras son escarpadas, es fácil resbalar y hay que poner los pies en el agua para avanzar. Si hay olas es bastante peligroso y si hace frío es poco recomendable. Es por ello que diferentes entidades ampurdanesas –entre ellas SOS Costa Brava, Iaeden-Salvem el Empordà y los centros excursionistas de la comarca– han iniciado una campaña para reclamar el acceso público de este tramo del camino. De momento han presentado una denuncia administrativa en el Ayuntamiento de Colera y el domingo 6 de octubre han organizado una marcha de protesta para hacer presión.

Hacer compatible la propiedad privada con el uso público

“Sobre el papel es un trazado público, pero se privatizó durante el franquismo, así que pedimos que se haga efectiva su disponibilidad para todos –dice Arnau Lagresa, portavoz de Yaeden, que añade–: En caso de oleaje el paso por las rocas es peligroso y complicado, así que urge que se haga compatible la finca privada con el paso público”. Jaume Delclòs, presidente del Centro Excursionista Empordanés, afirma: “Desde la Cataluña Norte hasta el cabo de Creus, pasando por Cervera, Llançà, Puerto de la Selva, Cadaqués y cala Jóncols, históricamente mucha gente ha hecho este camino, así que este tramo cortado por la casa de Garbet es totalmente anómalo”.

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Las entidades, además, en su reclamación al consistorio colerense alertan de que más arriba de este tramo cerrado, a la altura de los cañones, los propietarios de la finca este verano han hecho nuevas obras para evitar el paso de peatones en otro punto del camino. Sin embargo, el Ayuntamiento aún no se ha pronunciado y los ecologistas avisan que si no responde favorablemente iniciarán la vía judicial.

Este caso –que no es ni mucho menos el único en la Costa Brava– pone sobre la mesa el conflicto entre uso público y propiedad privada. "Los caminos públicos siempre atraviesan alguna finca privada, pero no pasa nada, deben conservarse igualmente", argumento Eduard de Ribot, abogado de SOS Costa Brava. “Además –añade–, si la finca está en el límite de la costa, como es este caso, existe una franja de 6 metros a partir de la zona marítimo-terrestre, siguiendo las playas y los acantilados, que están sometidos a una servidumbre legal de paso público y que la propiedad privada no puede cerrar, construir ni ocupar".

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La casa, propiedad de la familia Suqué Mateu

El chalé señorial que ha desatado el conflicto pertenece a la familia Suqué Mateu, del Grupo Peralada, la empresa familiar que gestiona el festival de música clásica, los casinos y los vinos que llevan ese mismo nombre. De hecho, en Garbet es donde tienen uno de los viñedos de su bodega. La casa se construyó en época franquista, cuando no había ningún control urbanístico en el litoral, e incluso en la misma cala de Port de Joan también se edificó una piscina, un embarcadero y una barraca para hacer banquetes .

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En ese momento la cara visible de la familia era Miquel Mateu, abuelo de los actuales propietarios, amigo personal de Franco y alcalde de Barcelona durante los primeros años de la dictadura. De hecho, en el Empordà corren muchas historias sobre las visitas de Francisco Franco, escoltado por la Guardia Civil, en el chalet de los Mateu con su yate, donde parece que también habían hecho parada otros personajes ilustres, como Josep Pla y Salvador Dalí.

Las entidades que protestan por el cierre del camino de ronda, sin embargo, no quieren entrar en polémicas con los herederos Suqué ni entrar a valorar su historia. "Reclamamos la apertura del camino, independientemente de quien sea el propietario", concluye Lagresa.